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«Rainclouds came and stole my thunder,
left me barren like a desert.
But a sunshine boy like you
it's worth going through».

Alex estaba con sus amigos, sentado y mirando a una distancia algo prudente cómo Damon bajaba de las gradas luego de haberse despedido de Graham. Le dio una repulsión que no pudo soportar al verlos tan juntos, un sentimiento de cólera incontrolable. A pesar de lo que había prometido, Damon aún seguía atado a Graham.

 Los sentimientos mezclados de Alex hacían mucho más difícil la situación. ¿Eran celos de amistad, o le gustaba Damon? El dudar de su sexualidad hizo que se enojara todavía más. Claro que no. Por supuesto que no. Todo era culpa de Graham, y el "accidente" de años atrás. Éste mismo vivía dando vueltas en su cabeza. Si no hubiese pasado, quizá él y Graham seguirían siendo amigos. Quizá se alegraría ahora de ver tan feliz a Damon. Pero no era sólo la felicidad de ambos lo que le molestaba, sino el constante muestreo de amor. No era necesario que se besaran en público, ni que se tocaran como lo hacían... no era la primera vez que Alex los observaba sin que lo notaran. Aquella tarde de torneos, donde los dos chicos estaban recostados en la hierba, él los estaba viendo. Y por si el mismo videar de su 'relación secreta' no fuera poco, tenía que soportar que Damon pase todo el tiempo con Graham, y que no le diera atención al que se suponía era su mejor amigo. Alex había llegado primero, Graham después. Las prioridades en ese caso eran claras, y si Damon no quería verlas, entonces tendría que hacerle entender —con métodos distintos a los del principio— que Graham lo estaba cambiando para mal.

—Alex, ¿qué sucede? —le dijo Jamie, uno de sus amigos. El moreno vio la oportunidad y habló.

—Nada... es sólo que me siento un poco traicionado —. Al ver el gesto interrogante de sus tres amigos, continuó: —¿Recuerdan cuando nos reímos de Coxon llamándolo "marica" o algo así? ¿Y que estaba amanerando a Damon? Bien, una vez le pregunté a Damon si eso era verdad... me dijo que no. Le conté lo que podría pasar si llegara a ser real, y lo entendió. O eso dijo. Pero, ¿ven? No lo entendió —dijo Alex, refiriéndose a cuando Damon y Graham llegaron al campo de juego tomados de la mano.

—¿Y qué? Quizá sólo son amigos —volvió a decir Jamie. Los demás asintieron.

—No, no. Los he estado observando. Los amigos no actúan así... —Alex dudó un poco antes de continuar— Incluso oí decir por ahí que Graham te observaba a escondidas en las duchas, Jamie.

El chico enrojeció. Alex no supo si fue de vergüenza o furia, así que continuó:

—Miren, lo único que sé es que es gay, y si no lo paramos ahora, entonces todos los demás lo asociarán con nosotros y ya no nos tratarán igual. Puede que incluso comiencen a correr rumores. Y no crean que no hablé con Graham, pero al parecer el marica ese no quiere entender. Miren lo que le hizo a Damon... imagínense si comienza a acercarse a nosotros. —Todos parecían estar pensativos. Una mueca de asco se hizo presente en el rostro de Jamie —. Yo digo que deberíamos acomodarle las ideas, ¿no les parece? Sólo para que deje en paz a Damon... él es nuestro amigo, ¿no? No merece la pena dejarlo de lado a él, cuando el verdadero culpable es Graham.

Sí, Graham tenía la culpa de todo. Alex no poseía las características de un demagogo, pero sus amigos eran demasiado influenciables y lo suficientemente manipulables como para seguir sus ideas, por lo que de alguna forma u otra logró convencerlos.

Se levantaron del suelo, dispuestos a avanzar. Al parecer, Damon no estaba esperando a Alex para irse juntos.

Graham, por su parte, descendió de donde estaba para dirigirse a las duchas. La mayoría ya comenzaba a irse. Se sentía excelente, a pesar del accidente que había sufrido más temprano ese día. Al fin las cosas con Damon estaban claras. Pero por alguna razón, no podía verse a ambos juntos en un futuro cercano. Sentía que era muy bello para ser real. Y tenía razón.

monday; gramonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora