Capitulo 16: La calma después de la tormenta

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Cuando me doy la vuelta, Seungkwan está ahí. Él se encuentra en el centro de la sala, con los brazos rígidos a los costados.

Cierro la distancia entre nosotros y pongo mis brazos alrededor de él. No tengo ni idea de por qué hago esto, pero parece correcto. Apoya la cabeza en mi pecho por un momento, y luego tomo su mano.

—Vamos —le digo—. Deja que te lleve a casa.

Levanto su barbilla, y cuando da una firme afirmación, pongo la mano en la parte baja de su espalda y lo llevo al estacionamiento. Él se desliza en el asiento del copiloto, y arranco el motor. No puedo dejar de pensar en los sellos de color rosa en el alma de SeungCheol, sobre cómo llegaron allí y por qué Seungkwan se los dio a él. No cuadra. 

Yo sé que él no sabe nada de su habilidad, pero tal vez sería mejor si lo hiciera. Es algo que tengo que pensar.

Echo un vistazo a Seungkwan. Su rostro está vacío de emoción.

—¿Quieres hablar de ello?

Niega con la cabeza y mira por la ventana. Pero después de unos segundos, él se da la vuelta y me mira.

—Voy a estar bien, ya sabes. Yo estaba bien.

Le doy una mirada de dame un respiro y giro hacia la carretera.

—No fue tan malo como podría haber sido —continúa.

—¿Ellos se metieron con el apuntador? —Estoy seguro de que tengo razón, pero quiero que me confirme lo que ya sé.

Seungkwan suspira.

—Sí. Fueron muy malos. Tengo la suerte de que mi cerebro se apagó cuando lo hicieron —Se ríe de sí mismo, aunque sé que él no piensa que es gracioso—. Fue una manera creativa para hacer de mí un idiota. Voy a darle eso a él.

— Seungcheol recibirá lo que se merece.

Seungkwan se agita en su asiento. Envuelve sus brazos alrededor de él, y luego me mira.

—¿Qué hiciste con él?

Sé exactamente de lo que está hablando, pero yo opto por hacerme el tonto.

—¿De qué estás hablando?

—Quiero decir, he visto el aspecto que tenía cuando te acercaste a él. ¿Tú… hiciste algo?

Pongo mis hombros hacia atrás. Este es un territorio peligroso. Cuanto menos Seungkwan sepa, mejor. Las mentiras son pequeñas bestias resbaladizas.

—Acabo de asegurarme de que no se meta nunca más contigo.

—¿Cómo? —presiona.

—De todas formas, ¿Por qué querías hacer esa transmisión? —le pregunto, esquivando la pregunta—. ¿Qué pasa contigo y estar en la cámara?

Seungkwan muerde sus dedos, y le saco la mano de su boca. Está comenzando a ser un juego que jugamos.

—Me gustan los reporteros —Es todo lo que dice.

—¿En serio? ¿Por qué?

Él empieza a poner sus dedos de nuevo en la boca, luego se detiene.

—No lo sé.

—Claro que sí lo sabes. Entonces, ¿qué es? ¿Tienes algo por Anderson Cooper?

Él sonríe.

—No. Es sólo que… no sé. La noche del incendio, todo era muy caótico. Mis vecinos estaban llorando, los bomberos me pedían describir la distribución de la casa, y todo era tan ruidoso. Y en medio de todo esto, me acuerdo de esta señora. Su cabello 
estaba recogido en una de esas vueltas — Seungkwan hizo movimientos hacia su cabello—. Y ella… se sentó allí y me sostuvo durante lo que se sintió una eternidad. Por último, este tipo con una cámara se acerca a ella y le pregunta si está lista. Ella me preguntó si yo estaría bien solo por un momento, y luego asintió al tipo con la cámara. Pero antes de que ella se levantara, se quitó la chaqueta del traje amarillo y la puso sobre mí. Así mismo, ella coloco mis brazos por las mangas y todo. Entonces el chico hizo una cuenta regresiva, y esta mujer, ella... cobró vida. Mientras observaba, se quedó allí, tranquila como un pájaro, y le dijo al mundo lo que pasó. Y recuerdo pensar... sí, la gente debe saber. Ellos deben saber acerca de mis padres. Es importante — Seungkwan me mira—. ¿Sabes? Era importante, ¿no?

El Coleccionista - Verkwan (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora