Starlhey, era un pueblo tranquilo, al que muy rara vez llegaba algún extranjero en busca de asilo para continuar su viaje, por ello debe ser que recuerdo con tanto detalle aquel acontecimiento.
Recuerdo que una gran luna llena resplandecía en el cielo cuando aquella desconocida llegó, con su capa negra y su vestido de seda, cara pálida como la nieve, cabello semejante al fuego y ojos grises como la luna. Nadie hablaba, su aspecto era inusual y abría paso a millones de dudas e incógnitas a las que nadie obtuvo respuesta, pues la chica solo siguió su camino sin mirar atrás, alejándose hacia el frondoso bosque que yacía alrededor del pueblo.
Todos los días a la misma hora veíamos a la extraña desconocida salir del bosque y dirigirse al mercado por comida, luego hacia el lago, donde pasaba alguna unas horas, y así mismo volvía al oscuro bosque, sin cruzar más palabras que hola y adiós.
Hasta que aquello pasó, un día soleado y perfecto, ellos llegaron, soldados del tribunal, quienes sin explicación alguna sacaron a todos de sus casas para llevarlos a la plaza central, recuerdo la incertidumbre y el miedo en la mirada de todos, aquello no predecía nada bueno, donde fuera que pasaran solo dejaban desastres tras de sí, cuando el silencio se hizo presente mostraron un papel con un retrato de la misteriosa chica que había estado rondando el pueblo, acompañada de letras grandes donde se leía la frase "SE BUSCA", entonces el hombre de brillante armadura hablo
- quien conozca su paradero debe de entregarla de inmediato, ya que es una hechicera muy peligrosa proveniente de la familia Maztir , quien debería haber sido quemada junto a su familia hacía días, en caso de que nadie hable nos veremos obligados a tomar precauciones -
Pero nadie habló, estábamos anonadados por la sorprendente noticia, esa chica la que a pesar de su extraño aspecto, parecía tan frágil e incapaz de matar una mosca pertenecía a la familia de hechiceros más peligrosos de los todos los tiempos, se decía que habían hecho cosas espeluznantes y que habían atacado a la realeza más de una vez, pero quién puede culpar a esa jovencita de haber nacido en brazos de quien lo hizo, o a su familia por querer terminar con aquella tiranía, al terminar su discurso , los soldados revolvieron todo el pueblo y se fueron, no sin antes llevarse lo que quisieron.
Desde ese día nunca más volvimos a saber de la extraña desconocida, aunque algunos dicen que vieron su sombra escabullirse a lo profundo del bosque, seguro escondiéndose de su cruel destino