relación caótica • TyronexPablo

O4

El pingüino estaba en la cocina, preparando un sandwich como desayuno para el otro. Mientras este último estaba sentado en el comedor dándole de nuevo un vistazo a la casa.

–A-quí está... –Dijo mientras le entregaba el plato en la mesa.

Se dirigió de nuevo a la cocina hasta que un grito le interrumpió.– ¡Olvidaste los pepinillos!

–L-lo siento... ahora mismo yo--

–¡¿De qué sirve un sandwich si no tiene pepinillos?! –Volvió a gritar Tyrone, mirando como el otro retiraba dicho plato para llevárselo consigo.– Rápido. Tampoco olvides mi café.

Al chico le aterraba los gritos del pelirrojo, pero por alguna razón... ¿le gustaba? Le hacía sentir como si dependiera de alguien y que dicho alguien tuviera la obligación de decirle qué hacer y cómo actuar. Cuando le insultaba y ponía apodos, especialmente sobre su estatura, una pequeña sonrisa se le formaba en la cara sin que este se diera cuenta.

Volvió al comedor para darle de nuevo el sandwich (esta vez con pepinillos ;)) junto con una taza de café recién hecho. Se sentó al lado del alce para comer un tazón lleno de cereal y leche corrientes.

–Y... ¿Cuál es tu nombre? –Preguntó el pequeño para matar el silencio incómodo que abundaba en el lugar.

–Tyrone. –Respondió secamente sin apartar la vista a su comida.

–¿Y qué hay de tu apellido?

–No puedo decírtelo. Necesito que nadie lo sepa o de lo contrario les sería más fácil encontrarme a aquellos que me persiguen.

–Bueno... yo soy Pablo. –Dijo con una sonrisa tratando de animar las cosas, entre esas cosas la actitud del otro.

–¡¿QUIÉN DEMONIOS TE PREGUNTÓ?! –Volvió a gritar al mismo tiempo que el pingüino se cubría el rostro con ambas "manos" (o lo que sea que tengan los pingüinos xD).

Volvió a su posición anterior y le dió un pequeño sorbo a su café en silencio, para después agregar:– Pablo... es un lindo nombre.

Para ser sincero, era un nombre algo tierno para este. No esperaba escuchar un nombre latino como respuesta... aunque ahora que lo pensaba, se le podía escuchar claramente alguna clase de acento, ¿mexicano, quizá?

–De casualidad... ¿eres extranjero?

–S-sí, ¿cómo lo supiste? –Dijo tímido con la cabeza volteando hacia abajo y tocándose su nuca. El sonrojo era notable en sus mejillas.

–Tu acento te delata. –Le dió otro sorbo a su café, esta vez más largo que el anterior.

No sabía con exactitud por qué, pero no podía dejar de pensar en lo lindo que se veía. Su corta estatura y cara redonda lo hacían ver como si fuera un niño, cuando este mostraba tristeza o miedo y sus ojos se abrían completamente y sus mejillas se enrojecían lo hacían aún más adorable. Y ni hablar de la pajarita que llevaba puesta.

–¿Y cómo fue que ahora alguien te está persiguiendo?

Tyrone no sabía cómo responder a esa pregunta. Ahora su nuevo "amigo" vivía con él y tenía todo el derecho de saber por qué, pero simplemente no sabía como formular una respuesta, era muy difícil encontrar por dónde iniciar.

–Yo... no creo que estés preparado para saberlo... no aún.