Capítulo 1

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Erick, un chico de 22 años de edad, se encontraba camino hacia su casa después de haber salido de su trabajo, el cielo estaba nublado y no faltaba mucho para que la lluvia se hiciera presente, era el clima favorito de Erick; al día siguiente presentaba un examen importante, así que tenía que estudiar en lo que restaba del día. Él, con una estatura que rondaba un metro con ochenta centímetros, no pasaba desapercibido por el resto de las personas -aunque en ese momento se presentara una aglomeración asfixiante-, pero no sólo por su estatura, sino por la expresión de su rostro, una expresión agobiada, cansada, pero aún así, esforzándose por vivir, por no rendirse; a su vez, se lograba apreciar en su mirada perdida un mar de pensamientos y dudas, lo cual convertía sus ojos cafés en objetos profundos, en los que no muy fácilmente se podía entrar. Él casi siempre mantenía la mirada hacia abajo, concentrándose solamente en sí mismo, en sus propias preguntas, en su mente, muy pocas veces levantaba la vista, y cuando lo hacia era porque había conseguido resolver alguna de esas cuestiones, había tenido un insight; él era una persona reservada con los extraños, aún con sus compañeros de clase o trabajo él no expresaba nada, solamente con los más cercanos, aquellos que, según él, eran los únicos capaces de comprender su diminuta mente; de todos modos, no resaltaba mucho en ambos lugares.
En sus oídos siempre reinaba el silencio, contrario a su cabeza redundante en miles de ideas, no importaba que se encontrará en medio de un enorme bullicio, el silencio seguía estando presente, el único ruido al que prestaba atención era al de su cabeza, con ese tenía más que suficiente, y era lo único que le interesaba. No obstante, aquella tarde resultó distinta.
Al estar caminando tranquilamente y desplazándose entre aquellas personas, Erick, como siempre, se encontraba sumergido en sus ideas, en sus propias preguntas y conclusiones, sin embargo, un ruido ajeno a aquel ambiente seco se hizo notar en un instante, a pesar de lo extraño que sonaba tal estruendo, por llamarlo de alguna manera, era familiar para la mayoría de personas, era el sonido de un disparo, todas aquellas personas fueron invadidas por el miedo, a lo que sus piernas respondieron con la acción inmediata de correr, al igual que un grupo de gacelas intimidadas por el rugido de un león. Ese sonido se hizo presente en más ocasiones, era una balacera. Corrían despavoridos en toda dirección, Erick se despertó de repente, y, por obviedad, corrió al instante, a una zona un tanto segura. No obstante, una bala rozó su pierna, un poco más arriba de la rotula, así que no tuvo más opción que tirase al suelo, por lo general, él era una persona muy débil, así que no tolero tal cosa. Cuando estaba en el suelo, uno de aquellos leones se acercó a él y le inyectó algo, no lo notó, pero paulatinamente comenzó a quedarse dormido, el ruido de los gritos de las personas fue disminuyendo, la luz se fue haciendo más tenue, sus sentidos se iban desconectando de poco en poco hasta que se quedó dormido por completo.
Cuando se despertó, tenía la boca seca, no sabía dónde se encontraba. El lugar era un tanto extraño.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2022 ⏰

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