- Soy mujer –dije en un susurro mientras me acercaba a besarlo. Este chico realmente hacía que mi cuerpo se volviera loco. No sé por qué pero al tener sexo con alguien nunca había sentido lo que sentía con Dean. Luego de un pequeño choque de electricidad quemando mi cuerpo.
- Debe de haber algo que realmente le asuste a ella –susurré entre nuestro beso.
- Los payasos, pero eso la mataría –dijo él riendo.
- No… algo un poco más serio –dije, mientras habría las piernas en torno a sus caderas.
- No lo sé… tal vez… perder la virginidad –dijo serio. A lo cual yo me sorprendí.
- ¿No la ha perdido aún? –dije totalmente sorprendida.
- No… o por lo menos, no lo sé –dijo sonriendo un poco.
- ¿Cuánto tiempo estuvieron saliendo?
- Cerca de dos años y luego terminamos, iniciamos la relación cuando ella tenía 18 años y no me dejó tocarla ni nada –dijo serio.
- Pues… creo que ya sé cómo asustarla –dije con una mirada llena de fogosidad. Me recosté sobre él y dejé que la noche fuera nuestra.
(Narra ____)
Estuvimos hablando mi hermana y yo un rato más mientras conciliábamos el sueño. La verdad era que después de pedirle un “tiempo” a Dean, me sentía realmente libre.- ¡Que descanses hermanita! –me susurró Chloe.
- ¿No extrañas a Nash por las noches? –susurré a lo cual ella rió nerviosa.
- Un poco –dijo- y eso que solo se quedó dos conmigo.
- Nash es un lindo chico, me alegra que salgas con él –dije sinceramente.
- Sí, es muy amable, cariñoso, educado, simpático y me encantan todas sus excentricidades. ¿Sabías que le encantan los gatos? –preguntó.
- En realidad no… -dije y me comenzó a contar ciertas historias sobre Nash.
- Simplemente es genial –dijo después de un gran suspiro.
- Me alegra… -dije suspirando yo también- ¿te puedo hacer una pregunta?
- Claro que sí –dijo estirándose para tomar mi mano.
- ¿Ya… tuviste, bueno… dormiste con Harry? –pregunté
- Te refieres a que si ya… tuvimos… -dijo lentamente.
- Sí… -dije apenada por preguntarle eso.
- No, la verdad es que cuando se queda aquí, nos la pasamos platicando y viendo películas. Si ha habido ciertos besos y caricias… pero aún no llegamos a eso. Dice que es demasiado pronto para él… le gustaría ir lento, dice que no tiene prisa.
- Nash es un amor –dije riendo.
- ¡Sí! –dijo mi hermana con mucha emoción. Sentí cómo mi celular vibraba. Rápidamente lo saqué.
“Hola Iris, hoy necesito de todo tu apoyo. Sabes que siento muchas cosas por ti, pero también estoy pensando seriamente en lo nuestro y… aunque me gustaría estar contigo de novio. Sé que eso no sucederá. Lo lamento si te lastimé o hice que tuvieras esperanzas conmigo” –recibí. La verdad, yo también estaba completamente segura de que nunca estaría con él. Así que leer esto no me sorprendió. Sabía perfectamente que esto sucedería. Así que rápidamente le respondí.
“Tranquilo, estoy bien. Prometimos estar juntos en esto. Te pedí que estuvieras conmigo y que no me dejaras, y espero que no lo hagas. Pero también estoy convencida de que la única forma de estar contigo es tras de esta pantallita” –envié.
Estuve observando el techo de la habitación y Chloe me observaba.
- ¿Quién es el chico con el que hablas? –preguntó.
- En realidad no lo sé, se convirtió en mi amigo por equivocación –dije honestamente.
- ¿Equivocación?
- El primer día en que llegamos al barco, después de que Matthew tumbó mi cámara… me sentía tan mal que le envié un mensaje a alguien pensando que era el número de Dean. Pero no lo era. Desde entonces mantengo una conversación con él.
- ¿Sabías que eso puede ser totalmente peligroso? –preguntó ella alarmada. Mi celular volvió a timbrar.
- Lo sé –dije abriendo el mensaje- pero nunca le he contado nada personal. Solo hablamos de cosas triviales.
- Pues… he visto que cuando estás enviando mensajes sonríes mucho. Espero que de verdad tengas cuidado.
- Gracias Chloe, por comprenderme –dije.
“Gracias por ser tan comprensiva Iris. De verdad, no sabes cuanto me gustaría ser yo el tipo con el que sales. Pero, no lo soy así que solo disfruto de una buena amistad contigo” –recibí.
“Gracias por pensar eso de mí. Tú también eres comprensivo y dulce, me alegra tanto el haberte conocido, Lee” –envié.
“Prometimos ser más sinceros. Cada que te sientas mal, desesperada o triste prométeme que mandarás un mensaje y yo estaré dispuesto a llorar contigo, a reír, a animarte, a sentir el sentimiento que tu sientas en ese instante” –recibí. Era bueno saber que a pesar de todo, tenía un buen amigo con quién hablar.
“Está bien, pero promete hacer lo mismo. Ahora tengo que dormir, pero me alegra tener un gran amigo como tú” –envié y me acomodé abrazando mi almohada.
“Lo prometo Iris. Descansa” –recibí por última vez esta noche.