Capítulo 41

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¡Aaaaaleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!~~~~

¡Canten conmigo!

Hasta siento a los ángeles cantando conmigo, ¿no les pasa?

Sin más blah, blah, blah

¡A leer!


||*||




KyungSoo tomó la toalla de la silla y se cubrió con ella rápidamente para luego salir de aquel lugar sin mirar atrás, ignorando su nombre.

'¿Qué mierda había pasado?' —Se preguntó alterado. Su mente viajaba de un lugar a otro, la humedad traspasando su piel no le importaba en lo más mínimo. Se sentía sucio, idiota, alterado, nervioso, confundido... Los sentimientos guardados y reprimidos del pasado junto con las actuales se intensificaron y lo dejó asfixiando.

Sentía una gran opresión en el pecho; se sentía como un león enjaulado.

Ingresó al elevador en rápidos segundos y presionó el botón que obligó la puerta a cerrarse. Había un fuerte pitido comenzando a resonar en sus oídos y cien, el dolor de cabeza se intensificaba a cada segundo e incluso le causó mareo.

Estaba teniendo un cuadro de ansiedad.

La mano le temblaba cuando se apoyó en la pared del ascensor sentía que el espacio se reducía. Apenas el ascensor hizo el sonido característico que indicaba las puerta abierta, KyungSoo salió de ahí tropezándose sacó de su bolsillo del short la llave de la habitación, insertándola. Lo húmedo de la tarjeta lo obligó a hacerlo unas tres veces lo cual estaba irritándolo.

Apenas la puerta se abrió ingresó tan rápido que ocasionó que la puerta golpeara contra la pared y se cerrara con fuerza. Pese a su mareo y sus piernas temblándole como si faltara gravedad en la habitación caminó hasta donde se hallaba su maleta. Cayó de rodillas al suelo y arrastró la maleta hacia sí mismo; abriéndola sacó toda la ropa con desesperación buscando sus pastillas. Abrió cada compartimiento del equipaje buscando una y otra vez, para encontrarla en un bolsillo pequeño al lado de la maleta.

Aún con la mala coordinación de sus manos abrió el bote de pastillas con brusquedad lo que ocasionó que la mayoría se regara. Él ignoró aquello y tomó las dos pastillas que habían caído a su mano metiéndolo a su boca. No le importó que la pastilla amargara y le dejara una sensación de asco en la boca y garganta, eso lo distraía del dolor que comenzaba a nacerle en el pecho.

Sintiéndose exhausto se tiró al suelo de espalda y se quedó ahí. Sin moverse.

Consciente de que había pasado pocos minutos, que irracionalmente lo sentía como toda una vida, los latidos de su corazón comenzaron a calmarse, el dolor de la cabeza comenzaba a hacerme menos intenso, su respiración y el temblor de su cuerpo se calmaban... Pero maldecía que aquella cosa no le quitará el dolor del pecho y las ganas de llorar.

Un golpe brusco a la puerta resonó en la habitación, KyungSoo no se movió.

—¡KyungSoo! Abre, por favor.

KyungSoo ni siquiera parpadeó.

—¡Kyung! Tenemos que hablar.

Él escuchó el golpeteo constante contra la puerta pero no intentó nada.

Desde Cero ➵ [Fin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora