Capítulo 2|En busca de la perfección

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-Mucho ha tardado -Dije volteando mi rostro hacia la izquierda encontrándome con él rostro de Frank.

-Demasiado -Dijo seguido de voltear hacia mi- Debemos reunirnos todos en él almuerzo, tenemos temas que tratar.

No podemos quedarnos en él pasillo.

-Menciona alguno en específico -Dije dirigiendo mis pasos hacia mi oficina.

Me distraje mirando los cubículos. Algunos estaban llenos, otros simplemente estaban vacíos.

-Pues, necesitamos más personal en recursos humanos, igualmente necesitamos que firmes algunos permisos referentes al resort -Dijo seguido de sacar su teléfono de los bolsillos- ¿Hola?...

Frank es una de las mejores personas que he conocido. Simplemente es alguien de valor en cualquier espacio en él que se encuentre. Tiene años a mí lado, conoce a todas y cada una de mis aventuras. Suena mal que alguien apoye lo mal hecho, pero, él no me juzga. Ni me cuestiona, ahora mismo todo él mundo se dedica a criticar y usar la doble moral a su favor. No tengo tiempo para pedir disculpas sin necesidad.

Caminabamos por los pasillos, Frank contestaba llamadas y yo básicamente buscaba excusas para no pensar en Bianca. A lo lejos vi dos siluetas enfrente de la puerta de mi oficina. Aún mas cerca logré distinguirlas; Támara y Oscar.

-Me encanta que Bianca me de primero los buenos días, que tú -Dijo Támara entre sarcasmo mientras saludaba con un beso en la mejilla a Frank.

-Debo buscar la forma de sacarla de aquí, me estorba -Bajando mi cabeza mientras buscaba una caja de cigarros entre la cavidad de mis bolsillos.

Támara subió mí rostro, saludandome igualmente con un beso en la mejilla.

-No solo te estorba a ti, quiere que la revista Casa Blanca le haga más promoción de la cuenta -Dijo mientras abría la puerta de mi oficina.

¿Enserio ni un solo cigarro?. Él día no quiere que sea yo mismo.

Debo admitir que fue una buena remodelación la de mi oficina. Un gran ventanal justo enfrente de la entrada permitiendo ver todo lo de afuera, mi escritorio totalmente negro con madera refinada y una silla con ruedas, envuelta en cuero del mismo color. Dándole la espalda al ventanal; Enfrente dos pequeños sofás.

Tenia mi propio mini bar, una sala de estar algo apartada pero visible desde él escritorio, y con dos habitaciones una por si debo dormir aquí. Y la otra era un salón de reuniones. Debería mudarme aquí, no descartaré la idea.

Mientras todos pasaban dentro de la oficina, desabotone él primer botón de la camisa que traía puesta. Siento como si aplastará parte de mi garganta. Ya dentro aseguré la puerta. Enterandome al instante, que todos ya habían tomado asiento.

Frank en un sillón de la sala contestando llamadas, Támara y Oscar enfrente de mí escritorio. Tomé asiento, apartando un poco la silla del escritorio.

Támara empezó a sacar unos papeles de su maletin. Quisiera que un día Támara relajará su culo y se calmase; No es alguien de andar con rodeos, definitivamente.

Algo en mi se empezaba a alterar. Como si él sudor fuera agua mis manos resbalaban, se que esos papeles tienen que ver con Bianca. Volteé mi mirada hacia Oscar, sus ojos estaban como platos. Me atrevo a decir que estaban peores que los míos. Estaba nervioso, por supuesto que era así. Pero no lo suficiente para sacarme de mis casillas; Él simple hecho de escuchar él nombre de Bianca en mi trabajo, era algo malo o algo de que preocuparse.

-¿Para qué es toda esa mierda? -Dijo Oscar asustado mirando a Támara. Sostuvo un papel, intentando leerlo y luego me miró.

-Son todas las intervenciones que ha hecho Bianca en la empresa en general -Cerrando él maletín que traía sobre sus piernas.

Pasé mis manos sobre mi rostro tratando de mantenerme en calma. No sin antes hacerle señal con las manos de que me las dictará.

-Te lo explicaré como si fueras un turista... -Respirando hondo- Casa Blanca es una marca que depende de... Un Resort, una revista de emprendimiento, una línea de ropa de golf y otra revista pero de "lujos". De eso consiste Casa Blanca o se mantiene, y la señorita Bianca, ahora Casa Blanca, tomó la decisión de hacer ciertos cambios sin avisar -Destapé mi rostro y mire a Támara, mientras colocaba mi silla más cerca del escritorio- Decidió crear una sección de la revista de emprendimiento en la que se trata sobre él gobierno, en la línea de ropa de golf anuló la ropa de mujer, y se auto promocionó en nuestra revista de lujos -Deslizando los papeles sobre él escritorio.

Bajé la cabeza , con mis ojos en él papel que recién me había facilitado Támara. Problemas y más problemas.

-¡Hey! -Aclarando su voz- Deberíamos ver la entrevista que hizo Bianca la semana pasada para él programa Mocca -Dijo Oscar tratando de tranquilizar las aguas.

Subí mi rostro, sacando velozmente él control remoto y encendí la televisión de la sala. Le pase él control a Oscar y fue cambiando de canal.

-Ese no -Dijo Frank mirando la pantalla, cerrando la llamada.

-Ese tampoco -Contestó Támara mientras colocaba él maletín en él suelo.

-Ese no -Respondí mirando despistado la televisión.

-¡Ese sí! -Respondieron Frank y Támara a la vez.

Instantaneamente nuestras miradas estaban clavadas en la pantalla del televisor. Esto es extraño, ¿Qué se supone que ella dirá?

-Gracias por continuar sintonizando. Pues sin más podemos continuar, ¿Cómo fue eso de pasar a formar parte del imperio Casa Blanca? -Risas del público- Chica eso es mucho dinero

-Pues... Con amor, y unión todo se puede

Unión...

-Entonces, dejemonos de elegancia y vamos donde todas queremos saber, ¿Cómo es que lo domaste?

-No todo es sexo, nosotros somos más que eso. Somos un matrimonio a base de escuchar y ejecutar. Él se desahoga conmigo, es mutúo. Somos más allá de lo que se ve, todo empezó en besos y termino en desnudarme él corazón.

¿Qué mierda?

Escuché como a Oscar se le escapó una carcajada. Al momento Támara lo hizo callar.

-¿Piensan tener hijos?

-Algunos siete, somos una pareja muy activa a decir verdad. Creo que le gustan los niños más que a mí...

 Creo que le gustan los niños más que a mí

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