[ 💜 Magnus ]
La noche transcurrió más rápido de lo que quería. Cuando me dí cuenta ya estábamos cenando. Mi sonrisa no se había borrado en ningún momento, no hasta que que me percaté que el asiento de Ragnor seguía vació. Me levanté de mi asiento, poniendo el pretexto de que iría al baño, salí de casa y marque a su número de celular.
El teléfono sonó muchas veces, estaba apunto de colgar, pero escuché la voz de Ragnor: –Lo siento. Ya voy para allá. Guárdame pavo.
–¿Vendrás?
–Sí. Quiero obsequios, desgraciado. Llegó en unos 20 minutos.
–Bien, con cuidado –colgué, recuperando mi sonrisa.
Regrese con los demás, dándole una mirada a Raphael, avisandole que Ragnor vendría. Este sonrió y siguio hablando con Tomás.
Pasaron exactamente los 20 minutos, quizá unos más, cuando Ragnor llegó. Mi tío León bromeó e hizo menos tenso el ambiente que se empezó a crear después de que saludará a Raphael.
–¿Les parece sí empezamos con el intercambio? –pregunto Tomás.
–Sí.
Con paso apresurado subí hasta la habitación que sería del bebé cuando naciera, y saque los juguetes que había comprado. Resulta que Catarina y Tomas a la hora de poner en los pepeles los nombres, pusieron a su hijo y afortunadamente me toco a mí.
Sentí un fuerte dolor en el vientre. Lo toqué y trate de sonreír, pero no pude aunque quería, el dolor era demasiado, no tenia porque espantarme, sólo era el bebé que pateo.
Recuerdo que en la boda de Raphael y Ragnor fue el único día que no dolió y desde entonces duele como el infierno, al principio me preocupe, sin embargo; toda la preocupación se fue cuando note que el bebé pateaba justamente donde semanas atrás se me había roto la membrana, por eso dolía.
El doctor dejo en claro que se tardaría demasiado en sanar, pero él bebe se mantendría bien. No hay nada que pensar.
–¿Qué sucede? –Ragnor se acercó rápidamente.
–Nada, él bebé que no deja de moverse.
–Pero tienes la cara como sí fueras a desmayar.
–Es que duele –confesé, con una mueca.
–¿Y debería?
–Supongo. Nunca he estado embarazado, es mi primera vez.
–Ve al doctor, Magnus.
–No te preocupes, y no me regañes a mí. Regaña al bebé, que sigue golpeado en donde me operaron.
–Me pregunto... ¿Será tan rebelde como tú?
–Realmente espero que sea más como Alexander.
–Sí. Nadie quiere a un Magnus Junior.
Lo empuje juguetonamente. –Mejor ayudame a bajar esto –señale la gran caja.
–Oh, alguien realmente santa lo ama.
Bajamos y todos nos esperaban. Comenzamos a darnos los regalos, Saúl se emociono tanto que no se despegó de su obsequio ni por un segundo durante toda la madrugada. Comprarle algo fue sencillo, sólo lo observe, notando su fascinación por los aviones, entonces fuí a comprar el más enorme avión de juguete que encontré.
Una buena noticia para mí fue que le toque a Catarina. Ella me conoce y me regalo un hermoso y largo abrigo lleno de brillo, por poco lloro de emoción, hacía un montón quería uno así. Después de prometer que cuando naciera el bebé y yo tenga una panza más pequeña, no habrá fuerza que le desprenda del abrigo. Toco el momento de Alexander en darle el regalo a Ragnor, de verdad se esforzó mucho en escoger uno, pero al final le compro un antiguo toca discos.
–Wow. Imaginé demasiadas cosas que podía recibir, pero nunca esto. Es grandioso. Muchas gracias –hablo Ragnor.
–No fue nada.
Sorpresivamente Ragnor abrazo a Alexander, un abrazo pequeño, donde no hubo mucho contacto, pero ahí estaba, algo que jamás pensaríamos que ocurriría. Pegue un grito de emoción, me encanta que ellos se empiecen a llevar bien. Ragnor es mi mejor amigo, y Alec, el amor de mi vida, a ambos los amo con todo mi corazón y daría la vida por ellos.
Todos recibieron su respectivo regalo, y la noche siguio con el postre junto con los chistes del tío León. Hubo algunas palabras que nos dedicamos y así termino la velada, cada quien regreso a su casa.
[...]
–Estamos a nada de cumplir un año de casados –comente, recogiendo los últimos platos de la mesa, llevándolos hasta el fregadero donde estaba Alexander.
Eran las cuatro de la mañana, pero ninguno de nosotros tenía sueño, así que para ahorrar trabajo por la mañana, decidimos escombrar y lavar los platos.
–Mmm –ronroneo. –Supongo que estamos a nada de divorciarnos
–Por supuesto, mi padre tiene el medicamento que necesita y gracias a lo que he ahorrado, puedo seguir comprándolo. La hipoteca está cubierta, afortunadamente con el dinero que me diste, fue suficiente para pagar todo.
–No puedo creer que tu intención siempre fue buena, mientras la mía solo se trataba de egoísmo. Tampoco puedo creer que estemos por cumplir un año, que estemos esperando un bebé y que nuestra familia cada vez este más únida. De verdad, nunca imagine que algo así pasaría. Lo único que quería era llenarme de poder y dinero, pero conseguí algo mucho mejor que eso. Tú eres más de lo que yo pedí, tanto que siento que no te merezco. Eres la persona que ilumina toda mi existencia. Me cambiaste la vida. Estoy tan agradecido por eso.
–Tú eres todo para mí. Siempre fue así. Te amo tanto Alexander Gideon Lightwood.
–Te amo mucho más Magnus Bane. Tú y nuestro bebé son mi mundo entero, daría cualquier cosa con tal de que ambos estén bien... son lo que en silencio deseé, siempre quise a alguien como tú.
[...]
✨ ESTE PUEDE SER UN FINAL PARA AQUELLAS PERSONAS QUE NO LES GUSTA EL SUFRIMIENTO. ✨
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alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]
Fanfic[ ✎ ] Los Lightwood siempre han sido personas rigurosas con costumbres inusuales, que para el juicio de cualquiera llegan a ser ridículas; hablando de legados y herencias, lo son aún más. Casarse con alguien del pasado, con tal de ser dueño de las...