Otoño Asesino (segundó lugar en el concurso otoño)

Otoño Asesino

Relato corto para el concurso "Otoño"

Se podía escuchar fácilmente el sonido que hacían sus pisadas sobre las hojas secas, también se podía escuchar el sonido del viento entre las hojas carmesí que aún quedaban en las copas de los árboles que estaban a su alrededor, pero más allá de todo eso, lo que más se alcanzaba a percibir era su agitada respiración.

- Maldición...-mascullo mientras corría lo más rápido que sus piernas se lo permitían-esto no debería estar pasando, todo iba perfecto ¿Por qué se arruino?-susurró apresurando el paso para que ella no lo atrapara.

La persona que corría era un chico de cabello alborotado de un extravagante color rojo con puntas amarillas, vestía una bermuda roja con flamas y una camiseta amarilla con un sol dibujado sobre ella. ¿Por qué corría? Solo él lo sabía, ¿Qué era él? Nadie lo creería pero el chico que iba corriendo entre las hojas secas, golpeándose con ramas y cayéndose de vez en cuando no eras nada más ni nada menos que el Verano, si, el mismísimo Verano.

El Verano era un chico alegre, energético y bromista, justo como era esa época del año, él se hacía cargo de que hiciera calor toda la temporada, de que los árboles se nutrieran, que las personas se divirtieran en sus vacaciones y que ya no hubiera rastros de la primavera. Normalmente se llevaba de maravilla con las otras tres estaciones, celebraban juntos el año nuevo y hacían bromas entre ellos...bueno, cada quien a su manera.

La Primavera hacía gala de su belleza, ya que gracias a ella los brotes de las flores, los árboles y los animales retomaban su papel en la naturaleza, gracias a la primavera la nieve se derretía dando inicio a algo nuevo, a algo bello que solo se podía asemejar a ella. Largo cabello rubio hasta el suelo y un hermoso vestido color crema con pequeños estampados de flores en él, era pequeña y tenía la apariencia de una chica de 15 años.

Por otro lado estaba el Invierno, un chico frío que nunca hablaba más de lo necesario y cuando lo hacía generalmente era para corregir o llamarle la atención a Verano por ser tan impulsivo, su cabello era corto pero de un blanco inmaculado que solo podía asemejarse al color de la nieve, su vestimenta consistía en un pantalón, un abrigo, unos guantes, unas orejeras, una bufanda y par de botas, todo del mismo color, lo cual reflejaba la pureza de su alma.

Por último el Otoño era una chica callada, no solía reírse demasiado, su cabello era muy especial ya que cambiaba de color a cada segundo, igual que las hojas. Su deber era pintar las copas de los árboles y de avisarle a los animalitos que era hora de prepararse para el invierno. Era responsable, siempre cumplía con su deber, era mucho más relajada que el invierno y más sensata que primavera, su vestimenta casi no se notaba gracias a una capa con capucha que le gustaba usar ya que su festividad favorita era el Halloween que los humanos celebraban.

La pregunta aquí era... ¿Cómo era que una chica como ella se había desquiciado hasta llegar al punto de querer asesinar al Verano? Si, así era, había una persecución a muerte en el bosque, la cazadora era el Otoño y la presa era el Verano.

-No te puedes esconder para siempre-dijo la chica encapuchada mientras reía con diversión, en su mano cargaba una guadaña alusiva a su fecha favorita-será divertido... ¡SAL A JUGAR VERANO!-grito furiosa y su capa ondeaba con el viento otoñal, tenía casi todo de su lado, si ella quisiera ya podría haberlo atrapado, pero era más divertido infundirle miedo a su antiguo amor.

***Ocho siglos antes***

- ¡O-Otoño!-sus mejillas estaban rojas mientras hablaba-Soy yo...Verano.

-Sí, lo se...nos conocemos hace milenios-sonrió ligeramente mientras bajaba su capucha y dejaba a la vista su brillante cabello actualmente rojo.