Capítulo treinta y uno.

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–Pero yo no tengo pareja –mencionó Owen.

–Estás con Danbi –Nafla me señaló.

–¿Estás loco? –Owen rio–. Ella es mi hermanita, no voy a hacer nada con ella, yo no soy un pervertido.

Por alguna extraña razón me sentí rechazada y dolida.

–Entonces vamos a cambiar –propuso la rubia apartándose de Bloo–. Yo voy con Owen y ella –me señaló–, con este chico –señaló a Bloo.

–Oye oye oye –Bloo regresó su mirada hacia la rubia–. "Este chico" tiene nombre, y –frunció el ceño–. ¿Me estas cambiando por Owen?

–No lo tomes personal –respondió la rubia enganchándose al brazo de Owen descaradamente.

–Pero es muy personal –reclamó Bloo molesto y pretendía decir algo más, pero decidí interrumpir.

–¿Me podría explicar alguien de que juego hablan?

–El mismo juego que hicimos hace rato –me explicó Liz, pero la sonrisa pícara que mantenía me hacía sospechar.

–No se hable más –intervino Loopy–, vamos a una habitación arriba ya que la sala de juegos está arruinada –hizo una mueca de asco.

–A mi habitación –propuso Owen y tomó la mano de la rubia para subir por las gradas. Los demás lo siguieron entre risitas.

¿Dónde ha quedado el cuidado y atención incondicional de mi bro? No lo sé ya que simplemente fui dejada atrás.

–¿Quieres jugar con ellos, bambi? –cuestionó Bloo acercándose a mi–. ¿O prefieres que tengamos nuestro propio juego privado?

–¿Qu...? –quedé sin habla ya que me invadió el aliento a licor proveniente de su boca–. Oye, ¿Tú estabas bebiendo?

–Un poquito –sonrió cerrando sus ojos y estos se volvieron a abrir con pesadez en los parpados. Aquello me confirmó su estado de embriaguez.

–Pareces demasiado ebrio como para haber sido solo un poquito lo que bebiste –usé un tono sarcástico para la última frase.

Él rio ignorando mi sarcasmo y caminó hacía el baño.

–Pensé que eras más divertida bambi.

–Divertida pero no irresponsable –lo seguí–. Tu brazo está herido y...

–Si si, el brazo el brazo –interrumpió él mientras abría la puertita del botiquín del baño–. Ya me tienen tan harto todos con su preocupación innecesaria.

Sacó una botella mediana de pico largo y regordeta en el fondo, la etiqueta decía "Hennessy", sin apuro alguno le quitó la tapa y bebió varios bocados del pico de la botella.

–¡Oye! –grité y me acerqué a él para arrebatarle la botella de su boca–. ¡Definitivamente estás loco!

–Agh... –gruñó él limpiando el licor que se había derramado por su boca debido a mi acción.

–Podrías intoxicarte si bebes licor y tomas medicamento, ¡Idiota!

–No estoy tomando ningún medicamento –me miró con molestia y estiró su mano hacia la botella, pero me resistí a dársela –. No es asunto tuyo bambi –jaló de nuevo arrebatando la botella de mi mano con brusquedad y salió del baño.

Mi muleta cayó al piso debido al forcejeó y perdí el equilibrio, tuve que apoyar mi pie lastimado para no caer y no pude evitar quejarme de dolor.

Él detuvo su paso y regresó su mirada hacia mí, lo miré con furia mientras me apoyaba en la otra muleta y retiraba mi pie lastimado del piso.

RUDEWhere stories live. Discover now