Pequeños sollozos salían de sus delgados labios perdiéndose dentro de aquella blanca máscara que solía usar todos los días, se encontraba recostada en el frío piso de madera de la sala de ensayos, habían terminado hace un rato y ya no se encontraba nadie en la sala, bueno solo ella y sus lamentos.
Su cuerpo comenzo a temblar por el frío que hacía en aquella sala, pero no se levantaria estaba demasiado cansada tanto física como psicológicamente.
Creía que seguir sus sueños era lo correcto, pero al leer cualquier comentario negativo (tanto para ella como para el grupo) le hacía sentir mal, amaba con todo su corazón a sus compañeras y no dejaría que alguien las lastimara, aunque para lograr aquello tenga ella que ser la lastimada.
El calor de su respiración la estaba sofocando, le estaba costando trabajo en respirar, podría quitarse la máscara pero el nuevo modelo que ahora usaba se engachaba a su ropa lo que se le dificultaba un poco.
Escucho pequeños pasos afuera y trato de calmarse, se sentó y entonces la puerta se abrió dejando ver a la mayor del grupo entrar al lugar.
-¿Daewang? ¿Qué haces aquí todavía?-pregunto Aini dirigiéndose al cuerpo de su menor.
Ante aquella pregunta la conejita tomo un cuaderno y un lápiz que tenía cerca de ella escribiendo un:
"Solo estaba descansando a sido un día pesado"
-Pero mejor ven con nosotras, estamos esperándote-sonrió la mayor y la chica contraria volvio a escribir.
"No sé preocupen por mi, ire después de que me reponga" finalizó con una sonrisa, que lamentablemente la pelinegra no logro verla.
-No tienes por que estar sola, me tienes a mi y a las demás todas te apoyamos nos imaginamos lo difícil que es estar con una máscara todo el día-comentó la mayor sentándose a un lado de la chica.
Entonces algo en Daewang se rompió, las lágrimas que antes habían cesado volvieron a salir y aquellos pequeños sollozos ahora serían escuchados.
-¿Daewang? ¿Por que lloras?-pregunto preocupada la mayor tocando con delicadeza la máscara de conejito blanco que la menor usaba.
Con la mano temblorosa volvió a escribir algo, pero termino colapsando por completo lágrimas caían sin parar perdiéndose en los limites de aquella barrera que impedía ver su rostro.
Aini abrazo a la chica con mucho cuidado, sabía lo estresada que se encontraba la menor pues a pesar de no ser la líder o la maknae mucha responsabilidad recaía sobre ella.
-No tienes por que escribir, vamos háblame solo estoy yo nadie sabra esto-dijo Aini en un intento de animar a la menor.
-Estoy mal, no se que me pasa creí que mis instintos hacían lo correcto-susurro y Aini quedo sorprendida la voz de la conejita era realmente dulce, delicada y tierna.
-¿Por qué lo dices?-preguntó nuevamente la mayor, atrayendo mucho más a la chica de máscara.
-Creí que cumplir mis sueños sería lo correcto, pero veo comentarios ¡Son horribles! No quiero que les pase nada a ustedes, evitare que algo malo les pase aunque yo tenga que salir lastimada-exclamó Dae entre pequeños sollozos.
-Pequeña Dae no estarás sola, mi pequeña yo te ayudaré a todo-respondió Aini con una gran, hermosa y sincera sonrisa.
-Gracias Aini~Unnie-comentó Daewang, se encontraba mucho mejor pero eso no evitaba que sus pensamientos aún tuvieran cosas negativas sobre ella.
-No entiendo como puedes respirar con esto-dijo Aini con una mueca un poco rara en su rostro-¿Segura que puedes?
-Es un poquito trabajoso, pero supongo que te acostumbras-respondió Dae encogiendose de hombros.
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ʟᴀɢʀɪᴍᴀs ᴅᴇ ᴜɴ ᴄᴏɴᴇᴊɪᴛᴏ
Fanfiction❝DAEWANG ODIABA CON TODO SU SER USAR AQUELLA GRAN MÁSCARA DE CONEJO.❞