✧ ¿Porque a mi? ✧

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— Por favor.... Mi madre puede morir— sollozo el infante, quien sentia el dolor en sus rodillas, rojas debido a la posición en que se encontraba.

La pobreza se sentía en cada barrio donde hubiese gente solo algunos gozaban del poco de riqueza que el gobierno les brindaba.

Muchos morían de frío, sobre todo hambre. María Stark era una mujer sumamente pobre quien lamentablemente moría poco a poco, marchitandose como una flor pero lastimosamente con un bello retoño quien rogaba a Dios piedad por su familia.

Ese trágico día, ese maldito día donde la madre del chiquillo amaneció peor que cualquier otra mañana. La mujer temblaba y sollozaba de dolor puro, el pobre niño se sentía impotente la inocencia era lo que destacaba en el.

— Mami... Mami— movía con ojos llorosos el cuerpo de la mujer quien deliraba — Dios va. Salvarte ¿Si?—

Su madre lo miro con la poca fuerza que tenía, mientras pasaba delicadamente sus manos por la carita de su hijo. Susurrándo un débil perdón mientras toda la fuerza se le iba del cuerpo. Su mano cayó haciendo eco en ese frío callejón.

— ¿Mamá?— el castaño tomo al fría mano de su madre aferrándose a ella — Voy a salvarte mamá— sollozo mientras se levantaba y se quitaba el abrigo mal gastado y la bufanda rasgada poniéndola sobre el cuerpo de su madre con la firme promesa de volver.

Lastima que... El destino era demasiado cruel.

— Mira que tenemos aqui—

— Sueltenme!!! Mi mamá está mal ayúdenme— gimoteaba el niño mientras intentaba safarze de aquel tortuoso agarre del hombre quien lo tenía prisionero

— Eres muy lindo— Alabo el otro mientras pasaba sus asquerosas manos por el cuerpo del pequeño — Demasiado bueno a mí parecer—

— Basta!!— Anthony mordió al hombre mientras paseaba al otro. Pero seamos realistas nada salió como el espero.

Los hombres lo miraban furiosos, el niño no pudo escapar las ropas del menos estaban rasgadas debido a lo que esos malditos buscaban, la sangre debido a los golpes se hacía presente.

El niño se sentía adolorido, asqueado, usado. No entendía el porque, el maldito porque de su mala suerte. Aún con su dolor se arrastró hacia su "Hogar" con la esperanza de ver a su madre una vez más dándole esa sonrisa que le tranquilizaba el alma.

Pero... No fue lo que vio.

Unos hombres estaban levantando del suelo a su madre, sus ojitos brillaron " Van a salvarla" pensó. Se arrastró lo más rápido que pudo hacia ellos solamente para ser empujado y destruyéndole toda ilusión.

— Está muerta mocoso—

El pequeño castaño se aferro a la pierna del oficial solo para ser pateado una vez más y abandonado en la calle cual animal resignado a la muerte.

Lloró. Ese pobre niño lloro desgarrándose el alma, inundando cada rincón de esas calles siendo ignorado por todos. Las campanas de la iglesia resonaron y la lluvia empezó a caer.

Sus pies se arrastraban lentamente por el frío de las calles, dejando que el agua recorriera sus dedos y su piel. Intentando olvidar su trágica vida.

Llegó a la iglesia y se quedó en la puerta. No entró, no lo hizo.
Vio la imagen de Dios y sus ojos destellaban odio y rencor.

— Los odio— dijo en un susurro

— LOS ODIO A TODOS!! — La iglesia tembló

— TODOS DEBERIAN DE ESTAR MUERTOS Y ELLA VIVA!!—

Los vidrio de la iglesia estallaron sin alguna razón aparente o lógica, al menos no para los mortales pero si para aquel ser que veía con diversión e intriga cada detalle.

Anthony se dejó caer de rodillas

— Solamente quiero que este viva—

Volvió a llorara golpeando el suelo con sus pequeños puños, odiandose por su incompetencia y debilidad.

— Yo puedo traerla para ti—

Los pasos acercándose, sonaban limpios en el lugar. El niño no hablo solo escucho la voz de ese momento.

— Puedo traerla y darle la vida que merece — El sujeto sonrió al notar el temblor y las manos en puño del menor — A cambio solo te deseo a ti—

Anthony alzó la mirada viendo por primera vez al ser que le hablaba. Observo sus alas negras y el traje fino que llevaba, sus pupilas rojas le daban curiosidad más no miedo. Su tatuaje en el pecho demostraba su poder y que él no jugaba.

— No creo que nadie te extrañe —

— No quiero que la revivas— Vocifero por primera vez el crío haciendo que el contrario frunciera el celo — Ella no merece vivir en esta porquería. Pero si me quieres tómame—

El rubio lo miro, dejando brillar sus ojos al sentir el alma del pequeño.

— ¿Que quieres a cambio?— pregunto divertido

— Poder y fuerza. Es todo lo que pido —

El demonio tomo un trozo de vidrio, pasándolo por su muñeca dejando su sangre correr dejando que está goteara.

— Bebe mi sangre, bebe de mi y serás parte de esto. No soy un ángel pero te daré más que cualquier imbécil—

El niño asintió y escucho

— venganza, poder, riqueza, dominio y lo que desees está en una gota de mi sangre—

El castaño gateo hasta el, pasando su lengua por la muñeca del rubio dejando que este mostrará una mirada de satisfacción, sintiendo como enredaba sus dedos en su cabello.

— Eres mío Anthony y yo soy tuyo —

El chico asintió tomando su mano dejando que la marca del hombre se tatuara en su pecho

— Tu nombre— fue lo único que pregunto

— Steve Grant Rogers, demonio de Belcebú— fue lo único que necesitaba para entender que ya no había vuelta atrás

(✷Pactos de Sangre ✷)(☆ Stony☆)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora