Capítulo 6 - La caída del hogar de la sabiduría

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La puerta fue abierta por Traful, y esta resonó tan fuerte, que hasta la mujer que daba las ordenes se dio vuelta para verlo entrar. El joven no subió su cabeza, seguía mirando al suelo, con el cabello que le tapaba la cara, y una sombra que le cubría medio cuerpo, lo cual lo hacía lucir bastante terrorífico. A la mujer le entró un escalofrío al verlo, porque pensó que nadie sería tan valiente cómo para ir a dónde ellos. Y si lo era, sólo significaba algo: Que sabía cómo vencedor.

- ¡Oye tú!- Dijo Traful señalando a la mujer.- ¿Qué debo hacer para que dejes a esos dos?- Se refería al anciano y a Kuji.

- No se puede hacer nada, vete si no quieres estar con ellos también.

- Podemos hacer un intercambio... Yo tengo lo que ustedes buscan...

- No hay negocio...

Tras decir estas palabras, desapareció de escena, y Traful comenzó a recibir golpes que no sabía de dónde venían. La velocidad de aquella mujer lo superaba. Intentaba seguir hablando, pero casi ni podía respirar. Kuji estaba viendo cómo Traful era golpeado, y por primera vez en mucho tiempo, se sintió inútil. Tomó fuerzas, y logró alejar a los hombres que lo sostenían. Su ojo izquierdo se puso rojo, y el otro no podía distinguirse, pues lo tenía morado de los golpes. Corrió en ayuda de Traful, y logró golpear a la mujer, alejándola de su amigo. Esta cayó al suelo, y Kuji le dijo:

- Doctora Amanda... No pensé que usted intentaría alejarme de mi hogar.

De su mano, caían al suelo gotas de sangre, y de la cara de Amanda, igual.

- Kuji, sabes que ese no era tu hogar... Estabas enterado que tarde o temprano ya no serias necesario. Sólo eres un sujeto de pruebas fallido... ¡Nadie necesita a alguien cómo tú!

- Eso... Eso es muy duro...- Lágrimas caían ahora de sus ojos.- Creí que usted me quería ¡No lo entiende! ¡La única razón por la que estaba allí, era usted!

- Lo siento Kuji, alguien debía decirte la verdad... Y no lamento haber sido yo.

- Morirás por lo que dices ¡Insolente!

Con una velocidad increíble, fue hacia ella, y pelearon tanto que el lugar comenzó a derrumbarse. Traful se levantó con la ayuda del viejo, quien pudo huir de sus captores, gracias a que ellos fueron en ayuda de su jefa. Ellos y otros pocos más logran salir del lugar. Zoe estaba allí, afuera, esperándolos. Quiere ir con Traful, pero los de traje blanco que habían salido, la ven e intentan agarrarla. Aunque ella se resiste, no logra huir, pese a los intentos de Traful. La meten a un camión y él quiere ir a buscarla, pero el anciano lo detiene, diciéndole que es muy pronto para ir.

- ¿Cómo que es muy pronto? ¡Se la acaban de llevar!

- Tranquilo Traful. Estoy seguro de saber a dónde irán...

- ¿Cómo lo sabe?

- He visitado todos sus laboratorios. Más de una vez cada uno, al menos.

- Entonces guíame.

- No entraremos ahí solos. Esperemos a que el chico acabe, él nos ayudará.

La biblioteca terminó de hacerse pedazos, y el hombre se entristeció al ver tanto conocimiento destruido. En lo más alto de los escombros, estaba Kuji sosteniendo del cuello a Amanda, quien estaba a punto de quedar inconsciente. Traful y el viejo vieron que Kuji movía la boca, pero sólo el anciano pudo entender las palabras que le decía a Amanda, ya que él podía leer sus labios. Kuji la suelta, dejándola caer al suelo. Él camina entre los escombros, algo maltrecho, pero con su postura siempre recta y perfecta. Sus ojos volvieron a su color original, y reconoció a Traful apenas lo vio.

- Hey Traful, quién diría que te volvería a ver...- Traful mantenía su cabeza mirando para abajo.- ¿Dónde está... La otra chica?

- Se la llevaron.- Lágrimas salían de sus ojos.- ¡Ayúdame Kuji! ¡Necesito de tu fuerza!

- Tranquilo, hombre... Vamos a encontrarla.- Apoyó su mano en uno de los hombros de Traful, y le sonrió cuando éste levantó la cabeza.

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