Capítulo 11

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Rei suspiró, antes de separarse de mí y mirarme fijamente a los ojos. Eran tan claros, y desde a esta distancia lograba distinguir todas sus formar y líneas desiguales. Iba a volver a besar aquellos deliciosos labios pero un ruido me interrumpió.

Llamaban a la puerta.

Suspiré derrotado. Besé el cuello de Rei antes de volver a separarme de su cuerpo. Me coloqué la camisa que me había quitado después de levantarme.

—Iré a atender... —dije. Iba a salir de la habitación cuando observé como comenzaba a vestirse nuevamente, y supe allí que aquel mágico momento había desaparecido.

Bajé las escaleras frustrado mientras me arreglaba un poco la ropa y el cabello... E intentando hacer pasar desapercibida mi erección. Al abrir la puerta, vi a Seiya parado allí, completamente de negro.

—Surgió un problema, Demian. Y no, no puede esperar —señaló antes de tener que escuchar mi protesta.

—Dispara.

Suspiró, sacando las manos de los bolsillos de su cazadora, dejándome a la vista la sangre que había en ellas.

—The Red Dead. Llegó hace unos días causando ya problemas. Ahora llegamos de una persecución luego de que hicieran explotar uno de nuestros camiones que iban hacia el sur. Logramos matar a su conductor, pero ellos escaparon. Llamaron advirtiendo que matarían a cada uno de nosotros. Uno por uno. Vine a buscarte para que nos ayudes a investigar sobre ellos. Se que tus padres fueron a la casa de una tía tuya. Los vi cuando íbamos en camino para acá. También llame a Haruka, sé que ella podrá ayudarnos en esta situación como lo hizo la vez anterior.

—No puedo ir con ustedes.

Seiya se mostró estupefacto. Era evidente ya que siempre hacía lo que él necesitaba que realizara.

—¿Qué? ¿Porqué?

—No estoy solo.

—¿Diamante? —llamó Rei.

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Narra Rei

¿Qué estará haciendo? Me pregunté. Llevaba más de 5 minutos allí abajo. Hablaba con un hombre... Podía escuchar sus voces. Me levanté, colocándome un chal de polar sobre los hombros para calentarme y comencé a bajar las escaleras.

—¿Diamante? —pregunté cuando ya llegaba al final. Vi a Diamante parado allí, frente a un chico alto, serio y de apariencia sombría. Él clavó su gélida mirada sobre mí, luego miró a Demian.

—¿Quién es? —preguntó. Su voz gruesa y grave. Un escalofrío recorrió mi espalda. Retrocedí instintivamente.

—Ella es Rei, Seiya. Te dije que no estaba solo.

Lo miró duramente antes de volverse y acercarse a mi. Tomó mis manos.

—Rei, él es Seiya Cárter. Seiya, ella es Rei Hino. Se queda ahora en mi casa —dijo él, recalcando las últimas palabras.

Seiya me sonrió a duras penas antes de hablar:
—Es un gusto conocerte, Rei.

Intenté sonreír, pero en vez de eso salió una mueca.

—No iré, Seiya.

—Llévala, Diamante. Te necesitamos ahora.

—No sabe nada.

''Deberían dejar de hablar como si yo no estuviera aquí'' pensé. Bajé la mirada.

—Si te quedas aquí, podrían venir, ver las luces encendidas de esta casa y matarlos a los dos.

Sálvame (Adaptación Rei/Diamante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora