ENCUENTRO

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Aquella calurosa mañana de verano, Katsuki madrugó para seguir con la búsqueda de un nuevo hechicero para su actualmente débil aldea. Katsuki, líder de su aldea de bárbaros, era un hombre de cuerpo robusto y piel pálida, la cual estaba "adornada" con múltiples cicatrices que dejaban ver la cantidad de batallas a las que se había enfrentado. Sus ojos eran de color carmín y casi siempre su mirada era ruda y mal humorada, expresando muy poca simpatía, su cabello era rubio y en punta aunque cabía destacar dos trenzas que finalizaban en sus omóplatos, trenzas adornadas con distintas perlas de colores y que acababan con plumas de lo que parecían ser de águila. 

En cuanto a su atuendo, vestía una enorme capa roja que casi arrastraba por el suelo.En la parte superior, justo en el cuello se dejaba ver una enorme "capucha" de pelo de animal. Esta capa, era el símbolo de superior y máxima autoridad en la aldea por lo que realmente no era difícil de dar con el líder.  Sus hombros estaban cubiertos por unas hombreras de color verdoso, además de que todo su antebrazo estaba cubierto por una guante anaranjado y adornado con tiras y pulseras de cuero. Su pecho descubierto está adornado con varios collares tradicionales y artesanales de distintos colores, algunos tienen forma de colmillo y otros simples "perlas". Viste un pantalón bastante poco holgado con rodilleras y unas botas que cubren todos sus gemelos.


Salió de su cabaña en el centro de toda la aldea y vio como su aldea poco a poco despertaba también. Se dirigió con paso firme y ceño fruncido hacia una cabaña donde estaba alojada su consejera, la mujer más anciana de la aldea y que poseía poderes mágicos sobre la naturaleza, aunque estos menguaban por cada día de que pasaba. 

Katsuki: -Saldré en busca de un hechicero, asegurese de que mi aldea está en buen cuidado hasta que vuelva cuando caiga el sol.- Pronunció rudo nada más entrar en la cabaña y divisando al momento a la mujer sentada en un banco de madera adornado con pelo de animal. La anciana no miró a Katsuki, manteniendo su vista cansada en el fuego de la pequeña chimenea que tenía formada en su caseta. 

Katsuki: - ¡Oe! vieja, ¿no me has escuchado?-

La anciana no respondió ante su grosera intervención, pero al cabo de unos segundos dirigió su mirada color miel hasta el rubio.

Anciana: -El Sol ha salido muy brillante hoy y la Luna anoche era llena. Las estrellas se han alineado después de muchos años. Mi señor..hoy es posible que el destino le ofrezca algo que no podrá rechazar.- Dijo la anciana con voz cansada y entrecortada.

Katsuki: -¡¿Ah?! ¡¿Por qué iba el destino a actuar ahora después de meses sin resultados!? Tsk.. ¡No voy a caer en esa mierda!- Sin decir más el hombre abandonó la tienda refunfuñando.

 La anciana con gran calma no apartó la mirada de la entrada de su tienda esbozando una amplia sonrisa en su rostro. Dirigió nuevamente sus ojos color miel al fuego y susurró algo, "βƦujα".

El joven rubio salió de su aldea tan pronto como pudo a lomos de su caballo color negro carbón. Visitó aldeas cercanas preguntando en tiendas de hechicería por alguno de sus hechiceros, aunque fuera un aprendiz. El pueblo del líder bárbaro poco a poco iba cayendo por las enfermedades y heridas de batallas y necesitaban urgentemente a uno.

Transcurrió el día sin ninguna buena noticia, cosa que colmó la paciencia del bárbaro haciendo que abandonara la sexta aldea que visitaba en aquel día. El hombre se subió a su caballo y miró al cielo resoplando y frunciendo el ceño del largo camino que le esperaba hasta su aldea. No se demoró más y comenzó su regreso a la aldea con un trote calmado, para que el caballo no se agotara demasiado rápido.

El sol se había puesto, por lo visto el camino duró más de lo que creyó el joven rubio tras salir de la última aldea que visitaba ese día. Decidió parar en un lago que encontró al desviar la mirada de su camino a casa. Se bajó del caballo y seguidamente dejó que el animal bebiera el agua del lago mientras el hombre acariciaba levemente el cuello del corcel. Se apartó del animal para sentarse en unas piedras que habían a su lado y suspiró frunciendo nuevamente el ceño y mirando un punto fijo. Seguidamente el chico llevó su mano derecha hasta su barbilla acariciándola y mordiéndose el labio inferior, pensando de este modo qué más aldeas solicitar ayuda o en otra alternativa. Chasqueó la lengua enfurecido y tomó la primera piedra que encontró para arrojarla al lago mientras soltaba un grito entrecortado de rabia. Su caballo a su lado ni se había inmutado de lo acostumbrado que estaba a este tipo de comportamientos por parte de su dueño. 

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⏰ Last updated: Jul 28, 2019 ⏰

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