Capítulo 18

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Adivinad quién vuelve a tener insomnio y va aprovecharlo para quedarse despierta y leer toooodos los interesantes comentarios que van a provocar este capítulo *sonrisa malvada de saber algo que vosotrxs no sabéis*

A leer :D

Ya habían pasado unos días desde lo de Mike y no había vuelto a saber nada de él.

Tampoco había hablado de ello con Jack. Habíamos llegado a la decisión conjunta de que no le diríamos nada hasta que volviera. Y yo era la encargada de hablarlo con él, claro. Las tareas fáciles siempre eran para mí.

Una parte de mí no estaba muy entusiasmada con contárselo. Después de todo, conocía a Jack, sí, pero... ¿lo conocía realmente enfadado? La vez que más enfadado lo había visto había sido conmigo. El día en que tuvimos esa discusión tan fuerte. Pero... incluso en esas circunstancias me había dado la sensación de que se había controlado mucho para no gritarme. Dudaba que tuviera tanta consideración con Mike.

Estaba sentada en la azotea con Will. Él fumaba mientras mirada la ciudad. Yo, para varias, le estaba dando vueltas a cómo hablaría con Jack. 

Will suspiró y me miró.

—Deja de pensar en ello —me recomendó.

—No sabes en qué estoy pensando —protesté.

—Jenna, no te ofendas, pero no es que seas un gran misterio.

Le puse mala cara y sonrió.

—A veces, eres como un abuelo pesado.

—Me lo tomaré como un cumplido.

—Me lo tomaré como un cumplido —imité su voz y se rió suavemente mientras yo suspiraba—. ¿Por qué crees que lo hizo?

Me miró de reojo, pensativo.

—Mike... bueno, es impredecible —admitió—. Siempre que creo que puedo llegar a entenderlo, hace algo que me demuestra que no es así.

—¿Las otras veces también...?

—¿...nos engañó durante meses y de repente hizo lo que hizo? Sí, exactamente —negó con la cabeza—. Mira, no le digas a Ross que te he contado esto...

—No lo haré —dije enseguida, ávida de información.

Él soltó el humo y sacudió la cabeza.

—Mike siempre ha sido así. Es gracioso, entrañable e incluso puede llegar a ser buena persona algunas veces, pero... a la hora de la verdad... nunca lo he visto dando la cara por nadie. Y lo conozco desde hace muchos años. 

Hizo una pausa y yo me giré hacia él, interesada.

—Ross puede decir lo que quiera, pero tú y yo sabemos que es incapaz de guardarle rencor a nadie por mucho tiempo. Ni siquiera contigo cuando lo dejaste. Y, no te lo tomes a mal, pero creo que fue uno de los momentos más bajos de su vida. Cuando volviste, creí que sería incapaz de mirarte a la cara en meses, pero... un solo mes y ya estabais juntos otra vez.

—Sí, tienes razón —murmuré.

—Mike siempre se ha aprovechado de eso. Siempre lo hará. No sé por qué, pero cada vez que creemos que realmente ha cambiado, hace algo parecido a lo que hizo ayer y no se vuelve a hablar con su hermano hasta que Ross decide perdonarlo.

Por la forma en que me miró, adiviné que esa era la parte que no quería que dijera a Jack que sabía.

—La cosa es —siguió— que cuando empezaste a vivir con nosotros por primera vez, era muy obvio que Ross babeaba a tu alrededor. Y Mike lo notó enseguida, claro. Se pasaba el día intentando sacarle de quicio contigo. Ross lo toleraba por aquel entonces, pero... de repente empezó a hacer lo de siempre. A ser parte del grupo, a ser el gracioso, a caer bien a todo el mundo. Incluso se hizo tu amigo, de alguna forma extraña.

Antes de diciembre / Después de diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora