Promesa

Capítulo Único

La tercera temporada se estrenó hace poco y estoy lista para seguir escribiendo historias!!

Esto es sólo algo muy simple (como de costumbre) basado luego del reciente episodio 4...

¡Espero les guste!

La imagen portada pertenece a mimimomo0307 vía twitter.

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Luego de atravesar aquella situación difícil, en la que vaya a saber cómo terminó encerrado en una de las habitaciones poco visitadas de la academia, Hoshitani se enfrentaba ahora a un obstáculo más grande...

Nayuki estaba raro... Lucía como de costumbre hacia los otros, pero en el caso de Hoshitani era diferente. Parecía enojado, ni siquiera cruzaba miradas con él, y una nueva angustia creció en su corazón... Es que, ¡Nunca había visto a Nayuki tan molesto! ¿Qué hizo esta vez...?

-Nayuki...-

Esa noche, luego de que el asunto de su desaparición se arregló, estaban ambos en su habitación compartida. Nayuki no lo miraba y tampoco le dirigía la palabra... Por suerte, el rendirse no era parte de la forma de ser de Hoshitani y acercándose al más bajo, posándose sobre el hombro de este, llamó su atención nuevamente.

-¿Nayuki-san?- y su voz salió pequeñita, estando a la merced del contrario. Sin embargo, Nayuki sólo giró el rostro y siguió en lo suyo. Hoshitani lo intentó nuevamente.

Estuvieron un par de minutos de aquí para allá, Hoshitani probando formas diferentes de lograr al menos la mirada de Nayuki sobre su persona, pero nada resultaba. Incluso, Nayuki parecía más molesto...

-¡Ah, estoy cansado!- comenzando a frustrarse, Hoshitani exclamó. Estaba agotado de todo lo que tuvo que hacer para salir de su encierro, no fue fácil pasearse por esos conductos angostos, pero tener a Nayuki así le gustaba menos... Quería a su fiel compañero a su lado nuevamente, ¿Qué sería de él sin este? Y saber que ninguno de sus esfuerzos rendía frutos sus labios se marcaron en un puchero triste...

Entonces, tuvo una idea fugaz. Corrió hasta sus camas y sin permiso tomó el delfín de felpa que pertenecía al menor, a quien se le acercó después.

-Nayuki-kun, no estés enojado con Hoshitani-kun...-

Y Hoshitani recurrió a lo que mejor se le daba: actuar. Con el peluche intentó acercarse al rubio, creando incluso una vocecita algo chillona para este, y continúo con entusiasmo e inspirado.

-Hoshitani-kun no sabe todavía lo que hizo, pero lo lamenta mucho...- se disculpaba de corazón a pesar de que usaba a un peculiar intermediario- Él quiere ver tu sonrisa otra vez, no estés molesto por favor.- y sin darse cuenta habló con su tono de costumbre, lleno de sinceridad.

Luego de un rato corto, que pareció bastante largo para Hoshitani por la incertidumbre, Nayuki finalmente lo miró... Bueno, más bien al delfín que sostenía a su lado.

-No estoy enojado con Hoshitani-kun...- el menor habló, dirigiéndose al animalito- Yo... De verdad estaba muy preocupado por él.- y su voz se rompió un poco.

Cuando sus miradas se cruzaron, Hoshitani observó una ráfaga de tristeza en los obres claros del otro y se sintió realmente culpable. Él provocó todo eso, entristecer a Nayuki era algo que ni él mismo podía perdonarse, y debido al sentimiento amargo en su pecho decidió actuar.

Fue así como redujo la distancia entre los dos y en un rápido movimiento tomó a Nayuki en un abrazo. Cuando sintió el cuerpo del más pequeño vibrar entre sus brazos, desahogándose a través del llanto, no pudo sino abrazarlo más fuerte, consolándolo en silencio.

-Realmente... eres un idiota.- Nayuki hipó, oculto en el pecho del otro, pero esta vez no era un regaño sonoro como el de esa misma tarde.

-Lo siento.- Hoshitani siguió disculpándose aunque ahora se sentía más aliviado... Sabía que Nayuki no estaba enojado, nunca lo estuvo en realidad, y de cierta forma le hacía feliz que se preocupara de esa manera tan especial por él.

-Por favor, confía más en mi ¿Está bien?-

Deshaciendo un poco su abrazo, Nayuki pidió a una corta distancia. Hoshitani permaneció en silencio, perdido en el color de sus ojitos llorosos, y su corazón saltó con fuerza... Y le asintió, sonriente y sintiendo su rostro arder. Nayuki le devolvió la sonrisa, sólo que la suya era más pequeña, y el corazón de Hoshitani saltó nuevamente... Logró lo que quería.

Se abrazaron nuevamente, pero esta vez de una forma diferente... Su promesa de confianza mutua iba más allá de lo que pensaban. 

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Notas Finales: ¡Gracias por leer! espero les haya gustado.

Nos seguiremos leyendo~~