🐟La liberacion de langostas 🐟

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Si me portaba bien en el supermercado, me compraban una leche sabor chocolate. Si me portaba muy bien ,me llevaban a ver las langostas.
Hoy me porte muy bien.
Mamá me dejo junto a la pecera de las langostas , en medio del pasillo principal, mientas iba a la sección de embutidos a comprar las chuletas de cerdo que pidió papá. Las langostas me fascinaban.
Me gustaba todo de ellas: su nombre, sus tenazas y su increíble color rojo.
Mi cabello era del mismo tono, el tipo de rojo que se ve bien en todo menos el la gente, porque las personas no deberían tenerlo de ese color. Naranja,sí. Castaño, seguro.
Pero no rojo langosta.
Tome mis dos trenzas, las presione contra el cristal , y miré directamente a los ojos de la langosta más cercana a mí.
Papá decía que mi cabello era rojo langosta. Mamá decía que era rojo comunista. Yo no sabia lo que era comunista,pero no parecía ser algo bueno. Tampoco pude comprobar si papá tenia razón, ni siquiera cuando puse mi cabello contra el cristal. Una parte de mí no queria que ninguno de ellos dos estuviera.

-Dejame salir- dijo la langosta.

Siempre decía lo mismo. Tal vez podía sacar las langostas de algún modo. Se veian tristes, todas amontonadas una encima de otra, con las antenas retorcidas y sus tenazas amarradas con bandas elasticas.

-Vas a comprar una?

Vi el reflejo de un niño de Ojos azules en el cristal de la pecera antes de que me hablara. Unos grandes ojos azules, como las moras. No, ese tono era muy oscuro, Azules...como el océano. No, demaciado verde. Azules como mis crayolas derretidas en una sola.
El sorbete que había metido en el cuello de la botella de mi leche con chocolate colgaba de mis labios.

-Vas a comprar una?-preguntó otra vez.

Negué con la cabeza. Se acomodo los lentes sobre la nariz,empujándolos hasta que regresaron a sus mejillas llenas de pecas doradas. El sucio cuello de su playera se habia deslizado hacia abajo dejando descubierto el hombro lleno de pecas. olía a pescado y a agua podrida.

-Sabias que los fósiles de las langostas con tenazas se remontan en el periodo Cretácico?-preguntó.

Volví a negar con la cabeza y le di una gran trago a mi leche. Tendría que preguntarle a papá lo que era un Cretácico.
Ojos azules no estaba viendo a la langosta, sino a mi.

-Animalia Anthropoda Malacostraca Decapoda Nepheopidae- Dijo.

Se atoró un poco en la ultima palabra, pero no importó porque no habia entendido nada de lo que dijo.

-Me gustan las nomenclaturas cientificas- Comentó.
-No sé qué significa eso- respondí.

Volvió a acomodarse los lentes.

-Plantae  Sapindales Rutaceae Citrus .
-Tampoco se que significa.
-Hueles a limones. -Eso si entendí.

Sentí una oleada de alegria delirante porque había dicho:"Hueles a limón" en lugar de "Tu cabello es rojo".
Ya sabía que mi cabello era rojo. Todo el mundo podía ver que era rojo. Pero no sabía que olía a frutas.

-Tu hueles a pescado- le dije.
-Ya sé- su cara palideció y sus mejillas pecosas se pusieron rojas.

Mire a mi alrededor y vi aun a mamá hacuendo fila de los embutidos y no parecia tener prisa de volver pronto. Le dí la mano. Dio un brinco y se quedo mirando fijamente nuestras manos como si fuera a pasar algo mágico y peligroso al mismo tiempo.
-Quieres ser mi amigo?
-Bueno.-levanto la vista y volvió a acomodar sus lentes.
-Quieres un poco de esto?-le ofreci mi bebida
-Que es?
Acerque mi botella a su cara,por si no lo habia visto bien. Tomó la botella e inspeccionó el sorbete.
-Mi mamá me dijo que no debería compartir bebidas con nadie. Es antihigiénico.
-Pero es leche con chocolate- respondí.
Tomo un débil sorbo y después se inclino a dar otro trago .
Resultó que Ojos Azules sabia mucho más que nomenclaturas científicas de plantas y animales. Sabía todo: los precios de lo que había en la tienda, cuando dinero costaría comprar las langostas que habían en la pecera (101.68 dólares, sin incluir el impuesto de venta), los nombres de los presidentes y el orden en que habían ocupado el cargo. Conocía todos los emperadores romanos ,y eso me impresionó todavía más. Sabía que la circunferencia de la tierra mide cuarenta mil kilómetros, y que solo el cardenal macho es el rojo brillante.
Pero lo que más sabia era palabras.
Ojos Azules tenía una palabra para todo.
Palabras como dactylion, brontide y petrichor. Palabras con significados que se escapaban de mi comprensión cono agua entre los dedos.
No entendí casi nada de lo que dijo ,pero no me importó. Era el primera amigo que tenía. El primer amigo real.
Además me gustaba mucho tomarlo de la mano.
-Porque hueles a pescado?

Empezamos a caminar lentamente mientras hablábamos dando vueltas en el pasillo central en largos círculos.
-Estaba en un estanque.
-Porqué?
-Alguien me aventó.
-Porqué?

Se encogió de hombros y se agacho para rascarse las piernas que estaban llenas de benditas adhesivas .
-Porque tienes heridas?
Era mi primer amigo y quería saber todo de él.
-Animalia Annelida Hirudinea
Las palabras sonaron como una grosería. Sus mejillas se pusieron muy rojas mientras se rascaba las piernas con más fuerza y los ojos se le pusieron llorosos. Nos detuvimos junto a la pecera de los mariscos e ,ignorandolos, abrio la tapa de la pecera. Metio una mano aguantada y sacó al Señor Langosta. Cerró la tapa y se llevo al Crustáceo.
Y entonces se me ocurrio una idea .
-Ven conmigo- Jale a Ojos Azules hacia la parte trasera de la pecera. Se secó los ojos. lo miré fijamente hasta que me devolvió la mirada-. ¿Me ayudas a sacar a las langostas de la pecera?

Y asintió con un movimiento de cabeza. Puse mi botella en el suelo y alcé los brazos.
-Puedes cargarme?

Puso sus brasos alrededor de mi cintura y me levantó. Mi cabeza paso por encima de la pecera y mis hombros quedaron al nivel de la tapa. Yo era una niña regordeta, y Ojos Azules pudo haberse partido a la mitad, pero solo gruñó y también tambaleo un poco.
-No te muevas- dije.

La tapa tenia una manija cerca del borde. Tomé la manija y la abrí , temblando por la agua ráfaga de aire que salio de la pecera.
-Que haces?- Preguntó Ojos Azules. Su voz sonaba ahogada por el esfuerzo y por mi playera .
-¡Callate!- me apresuré a mirar al rededor. Nadie nos había visto.
Y haci comencé a sacar langosta por langosta y muy pronto ,todas las langostas de la pecera estaban arrastrándose por el piso del súper mercado 'Meijer' . No sabia a donde irían ,pero ellas parecian estar muy seguras . Ojos Azules me bajo , y los dos aterrizamos en un charco de agua fría. Me miró fijamente, con sus lentes casi en la punta de la nariz.
-Siempre haces cosas hací?
-No. Sólo hoy.
Sonrió.
Entonces comenzaron los gritos. Unas manos me tomaron por los brazos y me alzaron. Mi mamá estaba gritándome mientras me alejaba de la pecera.
Mire hacia el otro lado y Ojos Azules seguia parado en medio del charco . Tomó mi botella de leche con chocolate y se despidió con la mano . Traté de hacer que mi mamá se detuviera, para regresar y preguntarle su nombre .
Pero empezó a caminar más rápido.

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