Estás nervioso, hoy vas a encontrarte con el chico al que le debes disculpas, tu primera clase no te importa mucho, eres listo, puedes entender el tema rápido.
Tu hermano Matt te ha despertado, tal como le rogaste la noche anterior, sabedor de que por tu propia cuenta no llegarías a la hora pactada.
Te alistas como siempre, y te colocas de forma adicional su amada chaqueta de aviador que le quitaste a tu padre desde el momento que tuviste conocimiento de ella.
Hoy hace frío.
Tomás dinero suficiente para poder invitarle un café, sabes bien que no funcionas correctamente sin una buena taza de café.
Matt se despide de ti y te desea buena suerte.
Le agradeces el haberte despertado.
Sales de casa y como tienes tiempo disfrutas del trayecto.
Aún que no vives cerca de la escuela, el metro es eficiente y antes de que te des cuenta ya te ha llevado a ti destino.
Caminas con calma a las puertas de la institución, piensas en el corto trayecto lo que dirás.
No se te ocurre nada. No sueles pensar mucho lo que dices. Eres más de acciones.
Llegas frente al primer edificio, u ahí está el, recargado contra la pared, parece que aún no se ha percatado de que has llegado. Se ve que tiene frío. Está temblando.
Estornudas por una sorpresiva corriente fría. El se da cuenta de tu presencia. Te mira.
Y no te habías percatado... Sobre esos ojos tan verdes hay...
Unas enormes cejotas.
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La vida de adolescente de Arthur Kirkland. Hetalia
FanfictionEmociones que suben y bajan como en una montaña rusa, un joven en la flor de su juventud con la actitud de mierda típica de un adolescente. Ese era exactamente Arthur Kirkland. Un chico mas en la "bendita" etapa de la adolescencia.
