El clóset de la sociedad

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Saliendo del clóset

"El clóset de la sociedad"


Seung Hyun, a sus veintiocho años de edad, había tenido únicamente tres citas formales en toda su vida, tan desastrosas y poco memorables como para no servir de ejemplo a lo que intentaba tener con Ji Yong.

Su primera cita había sido con una linda chica de su escuela, ellos eran novios y, después de tres meses de relación, Seung no pudo negarse a una cita por más tiempo. Tenía sólo diecisiete años, y no tenía ni la mínima idea sobre citas o chicas, pero en aquella época se había esmerado en mostrarse como un hombre "normal". Un paseo por el centro de la ciudad, visitar algunas tiendas y comer un helado fue lo que hicieron, y Seung Hyun nunca se había sentido tan aburrido en toda su vida. Dos días después terminó con esa relación.

En su segunda cita acababa de cumplir veinticinco años y su madre, preocupada por su escasa vida amorosa, acordó una cita a ciegas con la hija de una de sus amigas. "Una buena mujer, joven y lista para casarse", había dicho, Seung sólo fue capaz de darle las gracias a su madre y acudir a la cita. Esa vez fue en un lujoso restaurante, en compañía de una hermosa mujer, no había ningún reflejo de aquella juventud de diecisiete años de su primera novia. Su madre no había mentido, la mujer era claramente bella y madura, educada y amable, y con unas ganas inmensas de casarse. Seung Hyun jamás la llamó.

Al montón de besos húmedos, roces y choques de piel, difícilmente podía llamarle cita, pero había sido la que más había disfrutado sin lugar a dudas. No podía recordar claramente al joven de aquella ocasión, pero recordaba un bonito lunar en la parte baja de la espalda. Aquel hombre no tenía diecisiete años, no quería casarse con él, ni era una mujer, y, por esa razón, fue una cita perfecta.

Con veintiocho años de edad y una carrera formada, claramente entendía que esa clase de encuentros estaban lejos de ser una verdadera cita. Solía arrepentirse de no haberlo experimentado por completo, sin importar si fueran cien citas fallidas, si tan sólo eso le hubiera dado idea de qué hacer con Ji Yong.

Ellos ya habían tenido sus sesión de besos y roces en un sucio baño de cualquier bar meses atrás, había sido memorable y más de lo que Seung Hyun se atrevía a esperar de aquel dulce hombre de ojos bonitos, pero estaba seguro de que no podía contar como una verdadera cita. Se sorprendió a si mismo aferrado con fuerza al volante, con las manos sudadas y un cosquilleo incómodo en el pecho, mientras intentaba respirar y escuchar lo mejor posible a Ji Yong, aparcando el automóvil en un estacionamiento amplio y bastante concurrido.

Minutos después, Seung Hyun se permitió mirar la ciudad, la cual se encontraba por completo iluminada y con las calles transitadas, con un montón de personas de un lado a otro. Ji Yong y él caminando del estacionamiento hacia un restaurante no era nada fuera de lugar, aun así el corazón de Seung Hyun sentía salirse de su pecho. Él no tenía ni idea de que hacer o decir, temía arruinarlo.

Ji Yong había guiado la conversación en todo el camino, hablando sobre lo fría que era la noche o lo buena que era la comida del lugar al que se dirigían, aceptando los monosílabos que Seung le brindaba, sin parecer ni un poco molesto.

Esa era una de las cosas que enloquecía de entusiasmo a Seung Hyun de Ji Yong, aquella capacidad de comprender cada situación, de ver más allá de sus propios deseos. Seung nunca lo había mencionado, pero sentía un inmenso agradecimiento hacia Ji Yong por entender su situación y esperar a que estuviera listo para si quiera intentar algo. Ji esperó pacientemente a que fuera capaz de admitirse a sí mismo lo mucho que le gustaba, sin sentir ninguna clase de culpa.

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