Sick

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Sentía su cuerpo arder en llamas, más sin embargo sentía también un frío ridículo considerando todas las sábanas que tenía encima, sus ojos se abrieron al sentir la mano delicada y suave de la azabache, sus ojos lucían totalmente angustiados, aún seguía vistiendo su hermoso vestido blanco de dormir y su cabello seguía suelto, a todo esto ¿qué hora era?. "38 º" la escucho murmurar mientras miraba el termómetro que anteriormente había estado en su boca.

- Momo - la llamo, su voz sonó cansada producto al resecamiento de su garganta.

- Lo mejor es que te quedes hoy en cama, no estás para ir a trabajar o para ser nada - se puso de pie y removió el pañuelo húmedo de la frente del peliverde para ponerle uno nuevo.

- No es tan grave - una toz seca arruino su momento de hacerla despreocuparse.

- Esto parece lo suficientemente grave como para que no te pongas de pie - aseguro.

- Momo yo tengo...

- Momo nada - lo calló con brusquedad. El silencio se instaló entre ambos, sólo interrumpido por los jadeos pesados de Midoriya. No estaban en desacuerdo a menudo y él no sabía cómo sobrellevarlo y tal parecía que Yaoyorozu tampoco - Escucha - comenzó con mayor gentileza y suavidad - En tu estado no puedes atender tu trabajo, a nadie le vendría bien tener un héroe en una camilla de un hospital por su negligencia y necedad - paso su mano sobre el cabello verdoso de el - Le hablaré a Tsuragamae-san y le explicaré porque no puedes presentarte hoy, estoy segura que entenderá. Mientras tanto tu te quedarás aquí - acomodo las sábanas - Duerme, lo necesitas - le indico antes de abandonar la habitación.

Un suspiro derrotado salió de sus labios, evidentemente ella se preocupaba más de lo necesario. Una razón más para quererla. El cansancio de los anteriores días de trabajo y encima la fuerte temperatura de su cuerpo, comenzó hacer efecto en el, sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente.

Momo se acercó al baño en donde dejó ir el agua que tenía en el bol, suspiro. Ya sabía ella que terminaría enfermandose, el patrullaje que el peliverde había hecho la noche pasada había sido una de las peores, la primavera comenzaba pero el frío aún no los abandonaba y la lluvia... Debio de haberse llevado el paraguas tal y como se lo había indicado antes de que saliera a su patrullaje. Llego a la cocina, había dejado su teléfono ahí, lo tomo y marco el número de la policía, después de un largos minutos de espera fue atendida por quien había preguntado desde un principio, después de explicarle la situación del peliverde este le dijo relajadamente que no se preocupara y que Izuku tomara el tiempo necesario para recuperarse, la llamada terminó y ella regresó a la habitación, escogió un conjunto de ropa antes de ir a la bañera y tomar una ducha cálida, en cuanto salió, se cambió, se arregló su cabello, tomo las llaves del auto de Midoriya y su cartera. Se acercó al peliverde y le dejó una nota en la mesa de noche, beso su frente con dulzura y salió de la habitación para posteriormente salir del departamento. Necesitaba medicamentos e ingredientes para una sopa de pollo, además tenía que pasara a su trabajo, solo para avisar su ausencia, sabía que si hablaba Miss Elf no contestaría, nunca contestaba las llamadas. Era por ello que su asistente se hacía cargo de las llamadas pero incluso ella a veces las dejaba pasar al estar coqueteando con el del mantenimiento. Era mejor ir en persona y explicar sus razones.

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Miro el cielo oscuro, en un par de días tendría que regresar, se preguntaba si en Japón en estos momentos era de día, seguramente lo era, extrañaba su tierra y eso que solo había estado lejos de ella por unos pocos días, aunque Inglaterra no estaba nada mal, le gustaba su clima pero un clima como este no era bueno para Jiro, aunque ella le asegurara que tomaba las precauciones necesarias, realmente quería que regresara con ella, no podía evitar pensar en que pasaría cuando diera a luz. No queria que estuviera sola en un país tan lejos de ellas, todavía podía recordar como la noche pasada habían resivido una llamada, cuando Jiro contestó le dijo que era Mina, era demás decir que la chica de quirk asido le reclamó a la peliverde por no a verle dicho sobre el viaje para acompañarla, más sin embargo pronto se le olvido entre los consejos que le daba a la de cabello púrpura. Hagakure estaba entereda del viaje era por ello que un día antes de que se fuera le había dado un sin fin de cosas de bebé que había comprado para Jiro, era poco decir que todo era rosado y muy afeminado. No había podido localizar a Uraraka para avisarle, era como si en los últimos cuatro meses la tierra se la hubiera tragado y Yaomomo, la verdad es que tampoco tenía noticias de ella, ni siquiera sabía en donde estaba viviendo. Pero según a lo que Jiro le había contado, la pelinegra le hablaba una vez por semana o dos, dependiendo cuanto tiempo tenga al día, así que sabia que estaba bien. Las que en verdad le preocupaban eran Jiro y Uraraka, la primera por su embarazo temprano y por los sentimientos que seguramente estaba ocultando, no podía evitar pensar que ella estaría mejor con ellas en Japón, necesitaría ayuda con su hijo/a cuando venga al mundo y la segunda... Sabía que Uraraka estaba emocionalmente lastimada, en los últimos meses del tercer año escolar, hablaban poco, pese la sonrisa que siempre le dedicaba a todos ella podía percibir los abundantes sentimientos que trataba a toda costa oculta incluso de ella misma. Además el hecho de no saber donde estaba no aliviaba en nada su preocupación por ella. Tampoco era como que si ella visitara a todos sus ex-compañeros pero al menos había visto pocos de ellos entre las noticias y otro recursos más, claramente no todos ellos salían en las noticias o en medios sociales. Pero al menos tenía la ligera idea de donde estaban.

Book I. Bloody Secrets (IzukoxMomo) BNHA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora