13. Raspones

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Peter se despidió de Ned, quien había sido llamado por su madre, porque lo necesitaba con urgencia. Pagaron la cuenta, se dieron un abrazo de despedida y se separaron, cada quien a su casa.

Peter caminó hasta la parada del bus y esperó, esperó y esperó. Grande fue su sorpresa al ver que un convertible azul marino se detuvo frente a él, no era uno de los vehículos de Tony, sino, era Harry.

El rubio se subió los lentes de sol - que a decir verdad le dejaban con un aire de elegancia muy grande - y miró a Peter

— Sube, te voy a llevar.

— Hola Harry, no es necesario, gracias — sonrió el castaño.

— Hablo en serio, sube, te dejaré en casa ¿Eso hacen los amigos, no?

— Es que no quiero ser molestia

— Pete, ¿cuando fuiste molestia para mí? Si somos amigos de toda la vida.

— Bien, pero solo hasta donde te quede de camino — condicionó Peter y luego subió al lado de Harry.

Osborn encendió el radio, la canción era "señorita" de Shawn Méndez y Camila Cabello. Una canción que a ambos le gustaba y la cantaron con ganas, sobre todo el coro.

— I love it when you call me señorita

— I wish I could pretend I didn't need you

— ¡But every touch is ooh la la la, it's true, la la la! — Corearon en voz alta, sonaba terrible, pero cantaban con ganas.

Acabaron por gritar toda la canción y luego sintieron un ataque de risa dual. Ambos se estaban divirtiendo.

— ¿En quién pensabas? — preguntó Harry — Cantaste con mucho sentimiento, ¿Era para alguien?

— Ah... Nadie especial — sonrió, pues pensó cada momento en Tony.

— Yo pensé... En ti, Peter. — Harry sonó demasiado sincero para ser verdad

— Bromeas

— Peter, hablo en serio. Me gustas, me gustas muchísimo

— Harry, lo siento... Yo amo a otra persona

— ¿Es Erick? — su voz sonaba desilusionada

— No, el solo es un amigo que se toma muchas libertades

— ¿Entonces quién es?

— No puedo decirlo, Harry...

— Anda, Pete, por favor, dime contra qué estoy compitiendo, por favor.

— Es que es complicado

Osborn, sin dejar de conducir, tomó desprevenido a Peter de las mejillas con una mano y en una rápida maniobra lo besó.

Peter quedó estupefacto, se ofendió por una parte y por la otra... Por la otra también.

Pero gracias al cielo no llevaba cinturón de seguridad, abrió la puerta del coche y como todo un demente se lanzó a la carretera, sí, ese niño estaba loco, loquísimo.

Se sostuvo el brazo herido y rodó sobre el asfalto unos metros, llenándose de rasguños en todas partes y rompiendo su sudadera y jeans.

Harry frenó de golpe al darse cuenta, bajó y corrió hasta Peter, quien ya se había reincorporado.

— Creo que hablaremos mañana. — Peter sonaba molesto

— Jamás me había rechazado de tal forma, ¿Estás bien?

Días de colores [Starker] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora