Preacher man

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Ross.
Me desperté a la misma hora de siempre, temprano.
Decidí cambiarme, hoy estaba nublado, me puse una chaqueta negra, jeans del mismo color y mis converse.

   Salí de mi departamento y empecé a caminar por la acera, tome el bus para que fuera a la 3era parada, y entonces subió ella.

Llevaba unos jeans ajustados, un suéter crop top y unos vans. Se miraba preciosa, ella es hermosa, su cabello castaño iba en ondas y su piel pálida se miraba tan radiante, sus caderas danzaban cuando ella caminaba, era un diamante en bruto, subió al voz y se sentó unos cuantos asientos lejos de mi, y empezó el viaje.

Cada día desde hace tres meses, tomo el mismo bus y la miro como va a su universidad, siempre la espera un chico afuera, su novio, Calum Hood, 19 años, alto, moreno, trabaja ayudando a su padre en su empresa, junto a él casi siempre está una rubia, mejor amiga de ___. Dove Cameron, 18 años baja estatura, delgada pero con buena figura. Vive con sus padres. Cómo pueden ver conozco la mayoría de cosas sobre las personas que la rodean y sin duda de ella.

Llamada entrante.
-¿Dónde estás?- pregunto mi hermano
-Estoy ocupado, Riker. ¿Qué quieres? -escupí
-Estoy en tu casa, te tengo un trabajo.
-Voy para allá- colgué.

Tome el bus que iba a mi departamento. Y ahí estaba Riker, fumándose un porro sentado en mi sillón, mientras tenía una lata de cerveza en frente.

-¿Qué trabajo quieres que haga?- dije sentándome junto a él

-ocupó que dejes estos paquetes de coca en la calle 13, avenida great. Antes de las 5 de la tarde.- me dediqué a asentir.

-Riker, ocupó que hagas algo-dije para luego verlo

-¿Qué pasa?

-Necesito ayuda para el secuestro de ___ Jáuregui.

-¿Jáuregui? ¿hija del oficial Jáuregui? -asentí-estás loco, bro.

-¿Riker, no sabes la pasta que nos darían por ese rescate?

-Claro que si, pero si en ese plan fallara algo, tú y yo estaremos muertos, Ross

-No fallará, mis planes nunca fallan.- me miro- aparte, como si nos importara estar vivos, solo somos unos pobres diablos. -murmuré

-Cuéntame, ¿Qué haremos?- preguntó Riker.

Le conté todo mi plan, que por cierto estaba todo perfectamente acomodado.

Así que inicia ahora...

Después de haber estado con Riker y contarle todo decidimos llevar acabo el plan el día de hoy, ya que ella iría al gym y saliendo de allí iría a correr un rato como lo hacía de costumbre. Preparamos todo y nos fuimos, la tendríamos en una recámara que está en mi departamento. Dónde solo había un colchón.

Ya era algo noche, ella iba saliendo del Gimnasio y como de costumbre empezó a correr, Riker y yo la mirábamos desde el auto, vimos como ella se agachó para atarse la cinta de su calzado y aprovechamos, la ataque por atrás y le puse un pañuelo en su boca, sentí como ella se quiso parar, puse mas fuerza y no la dejé. Poco a poco sentí su cuerpo sin fuerza hasta que me di cuenta que quedó inconsciente, la subí al auto y arrancamos.

En casa la amarramos los pies y sus muñecas.

-hasta que despiertas- le dije cuando mire que ella estaba con sus ojos tratando de descifrar dónde estaba. Me agache y le quite la cinta de sus labios.

-¿Quién eres? ¡Suéltame! -Me exigió

-No, nena, tranquilízate aquí estás a salvo-dije acomodando un mechón rebelde tras su oreja.

X | Ross Lynch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora