APOCALIPSIS Libro #2: "TODO EN BOCA DE LUNA"

SILENCE 2

SALTE DE AHÍ LUNA!!!!!!

La mirada de Fabricio se volvió opaca y por un momento un aire de psicótico pareció apoderarse de su rostro. El sudor que le caía por todo el rostro y el tan desagradable olor que emanaba de él. Sin previo aviso me tomo del brazo y levantándome con fuerza me jaló apretando más su mano en mi pequeño y frágil brazo, sentía que me estaba asfixiando el brazo, aunque suene imposible eso sentía, de pronto el lugar donde me tenia agarrado empezó a tornarse de un rojo demasiado visible, todas gritaban en mi cabeza, me pedían que me safara de aquella opresión que se hacia más insoportable. De repente tomándome del otro brazo comenzó a jalonearme al compás de sus insultos. Su voz me taladreaba la cabeza y su aliento pastoso me corrompía la nariz. Las lágrimas comenzaron a caer de mi rostro sin que las viera venir, supongo que era más por el susto, trate de mirar a mi alrededor y era como si nadie se percatara de aquella escena que cada vez se volvía más y más escabrosa. Su boca cayo en la mía y mientras me sofocaba con aquel beso me clavaba sus dedos en mis brazos, me dolía, me dolía el fuerte daño que me estaba haciendo.

-Te prometo que iré contigo donde quieras pero por favor dejame ir al baño, por favor Fabricio, por favor.- las palabras salían de mi boca fingiendo toda la tranquilidad que podían. Él no parecía conmoverse con mis lágrimas y rogarle con la mirada no estaba sirviendo de nada.

-Fabricio qué haces bro?- por fin alguien se había dado cuenta de lo que estaba pasando. Fabricio que no se esperaba la voz de Albert me soltó como por arte de magia.

-no te metas Alberto-

-qué intentas hacer? Tú no eres así Fabricio! Qué pasa?!-

-pasa que esta maldita puta no quiere acostarse conmigo-

Me llamó 'puta', Fabricio me llamó 'puta'. No lo escuches Luna, él no quiere decir todo eso, es por culpa del alcohol. Haciendo lo que la defensora de Fabricio me pedía me tape los oídos con ambas manos y me fui corriendo hacia el baño. No quería escuchar los gritos, no quería estar presente si iba a pasar algo, no quiero recordar que Fabricio me llamó puta. Me encerré en el baño con los ojos llorosos y los nervios a flor de piel, el miedo me estaba ganando, NO PUEDES PERMITIRLO LUNA, debes luchar contra tu enfermedad, ella no te va a ganar. Mi respiración se hacia cada vez más rápida y eso evidentemente no era una señal buena, un sudor frío caía por mi cara, y la vista se me ponía borrosa. MALDITA LA HORA EN QUE NO TOMÉ MIS PASTILLAS. El cuerpo me temblaba, las manos se resbalaban de mis oídos y los ojos empezaban a saltarme. QUÉ HAGO?! QUÉ HAGO?!

Char!!! Luna llama a Char!!!...

Como pude intenté buscar entre las bolsas de mi short mi celular, quizás no se me cayo entre tantos jaloneos, tenia la esperanza de que fuera así. Ahí estaba. Intente llamarlo, no había señal. MIERDA. Con las pocas fuerzas que aún conservaba de mi cuerpo le mande un mensaje  pidiéndole que vaya por mi. Él era el único que podía sacarme de ese lugar.

Casi vomito el poco refresco que tomé en toda la noche cuando de repente Fabricio abrió la puerta del baño, tenía la mano ensangrentada, algo que me hizo preguntarme si era sangre de él o de Albert que ya no le escuchaba la voz. Sus ojos parecían estar fuera de orbita, le tuve tanto miedo que ni siquiera lo reconocí, era una persona que no conocía, que jamas había visto. Fabricio se había convertido en un feo monstruo, me odiaba por no haber hecho caso a Char. Me arrebato el celular de las manos y después de un intento inútile para desbloquearlo lo arrojó hacia mí cayendo en mi pierna y dejando un feo moretón en ella. Fabricio me levantó con demasiada fuerza sujetando con brusquedad mi cabello, me sacó del baño llevándome o mejor dicho, arrastrándome hacia el sofá. Me hacia todas las marcas posibles, en lo único que podía pensar era que mamá se daría cuenta. Me empujó y él encima de mi intentando romperme la ropa, sus besos eran babosos y nada excitantes. Char como te extraño en este momento. La melodiosa voz intentaba llamar a Char al parecer sin lograr absolutamente nada.

Intentaba quitarlo de encima mio pero parecía inútil, en uno de esos intentos sin querer lo golpee, un terrible error. Él indignado por su orgullo me dio un golpe en la cara.

(....)

Todo se me volvió oscuro, el rostro me ardía y ya no me quedaba nada de fuerzas, todo estaba negro y el suelo se movía bajo mi cuerpo que se quedo inmóvil como por unos cuantos minutos. Mi mente reproducía escenas llenas de felicidad, el rostro de Char y su voz susurrándome dulces palabras, sus manos tocando cada parte de mi cuerpo, en verdad quería que él estuviera ahí. Pero en su lugar estaba Fabricio quien me tenía cada vez más y más a dolorida, sus manos no eran suaves sino rasposas, su aliento era horrible no era como el de Char que me abrigaba con su calidez, sus ojos me producían temor y no deseo. Tan distintos.

Logro quitarme el short y apoyo sus manos en mis muslos produciéndome un dolor insoportable, me besaba de una forma torpe. El fuerte olor a alcohol me estaba atormentando.

No quiero tener que mencionar que termine con sus asquerosos dedos dentro de mi, pero así fue. Mi pequeños short rosa tenia manchas rojas a causa del daño que me hizo.

Char no llegó por mi, pero no era por que no quisiera era porque en ningún momento le mencione dónde podía encontrarme, no sabia dónde cavaría mi tumba Fabricio. Crei que ese iba a ser mi fin.

Las manos de Albert estaban heladas y sus labios estaban hinchados, no se como...pero me sacó de aquel infierno, la ultima imagen que recuerdo de Fabricio es viéndolo vomitar sus miserias retorciéndose en sus desdichas.

De un momento a otro me encuentro tirada en mi cama con lágrimas en los ojos, la cara entumida y el cuerpo tembloroso, sólo me levanté para tomar mis medicamentos y  de esa manera conciliar el sueño.

Si tan sólo me hubieras escuchado Luna, en ves de haber pasado aquel momento de crueldad a lado de Fabricio pudiste haber estado entre los brazos de la persona que tanto te ama. Char...Char dónde estas?...Char...