Todos tenemos un capítulo en nuestras vidas que nos negamos a leer en voz alta.
Todos tenemos una canción que nos describe a la perfección y que solo nos atrevemos a escuchar en soledad.
Hasta aquellos que dicen que son un libro abierto tienen alguna parte de la historia que no se atreven a contar.
Sin embargo, es parte de nosotros, aunque omitamos su existencia.
Solo vemos rostros, pero no tenemos idea de los dolores que se esconden tras ellos.
Las cargas, los miedos, las palabras que no salieron jamás de nuestros pensamientos.
Una página llena de borrones.
Un acorde roto.
Y esa fue otra conclusión tardía, otra cosa más que me hubiese gustado comprender de antemano.
A pesar de que me había preparado lo mejor posible contigo los días previos, cuando llegó la mañana del primer ensayo con todo el elenco estaba realmente aterrada.
Creo que la única razón por la que no salí corriendo fue porque tú estabas en las butacas apoyándome con una sonrisa calmada.
Cantar en la comodidad de un salón donde solo estábamos tú y yo era ideal para mí, pero estar frente al director y todos los que participarían de la obra que de seguro tenían un montón de experiencia en musicales, me hacía sentir insuficiente y fuera de lugar.
El director apuntó a practicar algunos cuadros centrales de la obra, más que nada los números musicales, que obviamente eran lo más llamativo del espectáculo.
Si bien fui traicionada algunas veces por los nervios, en general fue bastante bien, el director y el elenco fueron amables y pacientes en todo momento para corregir mis errores y enseñarme las partes que aún no aprendía bien.
Incluso, llegué a la conclusión de que no resultó tan insufrible practicar con Hyunwoo como pensé en un principio. Sin embargo, canté victoria demasiado pronto ya que cuando el director dio por terminada la sesión y luego de aconsejarme sobre lo que debía practicar más, Hyunwoo no dudó en venir hacia mí a comportarse como el cretino arrogante que tanto disfrutaba ser.
- Dicen por ahí que a tiempos desesperados medidas desesperadas ¿no? – soltó Hyunwoo en tono burlón para luego beber de su botella de agua.
- Y supongo que con eso te refieres a mí, qué amable – ironicé, no había forma de que me quedara callada ante sus intentos de hostigarme.
- El director no puede permitirse perder la temporada, pero si de pronto creer en los milagros – se quejó con una sonrisa irónica - Todo este retraso tonto en montar un musical por esperar a Yoo, ahora está desesperado y su única opción es hacer antesala de que llegue ese milagro apostando por una novata ¿sabes en la única parte dónde resultan bien esos planes? – preguntó viéndome con desprecio.
- ¿Ya has terminado? – respondí ignorando su última pregunta.
- Te juro que si me haces ver como un idiota lo lamentarás – amenazó lanzándome una mala mirada y por supuesto, procurando que nadie más alrededor lo escuchara.
- No hace falta que alguien te haga ver como uno, porque en realidad ya lo eres, Hyunwoo – contesté sin vacilar en lo absoluto.
Si quería intimidarme no lo iba a conseguir.
- Tienes una boca muy grande para un talento tan pobre – atacó sin rendirse conmigo.
- Qué curioso ... - en mi rostro se dibujó una pequeña sonrisa - Porque tú tienes una grandiosa voz y lastimosamente tu personalidad da asco – respondí con la voz firme.
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[Kihyun] "Voiceless"
Kurzgeschichten"Estás tan dentro de mí que aunque abras la boca y no salga ningún sonido, puedo escuchar tu dulce voz claramente cantándome (...)" ♪ Disfruten la lectura