El particular embarazo de Rania

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Mi vista se nubla como si de repente perdiera la vista, luego con lentitud enfoco mi propio bolo alimenticio y la sádica satisfacción en el rostro de Rania, mientras recojo los restos de mi propio bolo alimenticio, veo que con una alarmante tranquilidad me observa con un brazo encima de otro en la postura más correcta que he visto.

-¿Estas bromeando cierto? Eso es imposible-digo limpiándome la boca con la mano.

-No. Supongo que es un poco impresionante-dice sonriendo de oreja mostrándome todos los dientes junto al malicioso brillo de sus ojos.

-Sí, pero no lo creo, estas mintiendo-digo tratando de asumir la estupidez que acaba de decir.

-Lo supuse-dice buscando algo en su cartera.

-Rania ya nos vamos a separar no hay necesidad de hacer estas bromas de mal gusto-digo tratando de seguir comiendo, sin embargo se me ha quitado el apetito.

-Observa por ti mismo-dice a la vez que me tiende una carpeta.

-Abre, abre-pide con una radiante alegría, con miedo abro la carpeta me encuentro con un examen de sangre, lo leo de arriba hacia abajo.

Estado: Embarazada

Embarazada.

Embarazada.

Esa palabra taladra mi cerebro, me aturde totalmente.

-Podría ser mío y podrías estar diciendo esa mentira para quedártelo-digo, porque tiene más sentido que la aberración que Rania dice.

-Revisa el tiempo, si no crees-dice mientras les veo los ojos brillar

4 semanas

4 semanas

4 semanas

-Como puedes ver, es mucho más tiempo del que llevamos sin tener relaciones-dice tomando café, mientras yo siento un fuerte mareo. Es cierto, llevo sin tener relaciones con Rania desde una semana antes de casarme. Llevo 12 semanas sin tocarla, el triple del tiempo de su embarazo.

-¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué?-pregunto abrumado.

-¡Ohhh créeme es una increíble historia!-dice masticando con el mayor cinismo del mundo su torta, a la par que un macabro entusiasmo se limpia sus manos, dejándome perplejo.

-Bueno me parece que tus preguntas están desordenadas, deja que te cuente la historia, a ver, empezó hace casi tres meses, el día que decidiste aceptar a la cobra de Jade-dice.

-¡No la llames asi!-grito.

-Pero si es lo que es, una pobre arrastrada, que con su veneno se escabullé de hombre en hombre, pero está bien, si quieres ocultar una verdad ya verás tú. No hay mejor ciego que el que no quiere ver. Sigamos, cuando me hiciste volver a la casa castigada, mientras iba por el auto por una transitada calle, lo vi pasar, tiempo después me entere por su propia boca que había dicho a Jade que volvieran que la estaría esperando y lo dejo plantado. Me canse de tus constantes amenazas y he empezado a despreciarte con todo mi corazón, siempre subestimándome, creyendo que no valgo nada y que no iba a ser lo suficientemente inteligente para darme cuenta de que me estabas poniendo anticonceptivos en el té.

-¿Cómo?-logro tartamudear.

-Me entere porque mientras hacía cuernos de gacela, encontré un frasco blanco al lado de la azúcar, las criadas me dijeron que era mi medicina, luego las mande a revisar todas las bolsas de basura y encontré la caja completamente vacía. Pero hay algo que estimula mi curiosidad ¿Por qué simplemente no repudiarme? ¿Por qué jugar con mis sentimientos?-pregunta intrigada.

Mas allá de la opresión del velo-(Jade y Said) (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora