31. "Niñita"

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Al siguiente día se llevó a cabo la esperada cena organizada por Joshua, quien se lució extremadamente con la elección del vino para esta noche, sorprendiéndome de la misma manera en la que me sorprendí cuando vi a Acasia entrar a la cocina junto a Abel.

Tras cenar y mantener unas que otras conversaciones entre nosotros, pude observar a mi madre un poco distante de mi padre, e incluso de todos en general, por lo que conseguí distraerme un par de veces mientras conversaba con Shawn sobre temas triviales. Él lo notó, por lo que agradecí internamente porque me respetara y se guardara sus preguntas sobre el tema.

Luego de algunos minutos, Joshua se dio la tarea de ponerse de pie cual presidente, iniciando con esa clase de discursos que admiras al principio pero que luego te provocan unas inmensas ganas de bostezar y arruinar el momento, para finalizar soltando la bomba, la cual venía acompañada de un humo cegador como lo era la apertura de un nuevo edificio Fairchild en Arizona, específicamente en Phoenix.

Y por supuesto, traté de no atragantarme con la mezcla del vino y la sorpresa.

Los ojos de mi auténtico, oscuro y exitoso padre viajaron por cada uno de los presentes, incluyéndome, pero hubo una pequeña diferencia. Sus ojos reflejaban amabilidad cuando se paseaban por los demás, sólo hasta detenerse a vacilar entre Shawn y yo, entrecerrando sus ojos en una fracción de segundos en nuestra dirección.

Esa fue la primera vez que lo hizo.

Cuando estuvimos todos de pie para el brindis fue la segunda.

En el postre la tercera.

Y por un minuto entero, supe que estaba comenzando a temer un poco de él. De sus sentimientos y de lo que pasaba por su mente. Sentí una presión en el pecho, esa que sólo ocurre cuando sabes que algo va mal.

Yo estaba casi segura de que algo estaba mal con mi padre, e iba a averiguarlo. Por eso traté de ignorarlo toda la cena, por eso traté de ignorar la incomodidad de Ruth ante la presencia de Acasia, la facilidad con la que Abel manejaba el ambiente junto a mi mejor amiga, lo tensa que estaba mi madre y lo mucho que estaban comenzando a resaltar los pómulos de Shawn. De alguna forma, algo dentro de mí sabía que dentro de la vida de cada uno habían nudos casi imposibles de desatar.

Al pasar la hora del vino, Joshua decidió continuar el pequeño evento con unas dos botellas más de champaña, las cuales ninguno pudo desaprovechar, causando que ya por último mi cuerpo me exigiera un gran vaso de agua. Por lo que, pidiendo un silencioso permiso, caminé en dirección de la cocina, encontrando lo que buscaba.

Apoyé mi trasero y una mano en el mesón, bebiendo el líquido con ayuda de la otra, cerrando mis ojos mientras disfrutaba de lo mucho que estaba saciando mi sed.

Pero saciar fue lo último que pudo pasar en cuanto, al abrir mis ojos, me encontré con la figura de Abel, mirándome atentamente con sus profundos ojos verdosos.

Terminé con el líquido, dejando el recipiente en el lavabo, para mirarlo expectante.

Se cruzó de brazos causando que sus músculos se contornearan aún más y me saludaran muy educadamente. Lo impecable que lucía era una de las virtudes y una de las pocas cosas en las que era idéntico a Shawn. Ambos eran condenadamente ordenados.

—¿Buscabas algo? —cuestioné al borde de su mirada penetrante.

—De hecho ya lo encontré —se apoyó al otro mesón frente a mí, recargando su peso en una sola pierna. Bajó la mirada en vista de que no percibía respuesta alguna en mí, por lo que pareció dar un suspiro para alejarse de cualquier papel armado —. No pareces emocionada con la idea de que tu padre expanda la empresa en otros lados del mundo.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2019 ⏰

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Impure© | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora