I KISSED A BOY

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La atmósfera lo recibe con una destacable fragancia de vodka combinado con refresco barato. Sin olvidar la presencia del olor a plantas quemadas que indican que a la mañana siguiente, manzanas rancias brillaran en el jardín.

Es Halloween.

Heavy ama Halloween.

Es de esas celebraciones que merecen durar una semana entera. Causar miedo es el entretenimiento de la noche, recibiendo dulces a cambio de que las travesuras no se presenten como extraños sucesos de una ventana rota.

Sin embargo, Heavy se encuentra en una fiesta donde lo más tenebroso es ser atrapados por la policía si es que se hace excesivo ruido. Porque los diabólicos demonios son muchachas que revelan su busto en vestidos rojos ajustados con a penas unos cuernos de juguete, los zombies son chicos que rasgaron una camiseta gastada y decidieron que eso era una personificación muy completa, sin olvidar que las supuestas vampirezas solo tienen una capa bonita sin nada más.

— ¡Heavy! — Conoce esa voz. — ¿Se supone que eres un perro? — Pregunta entrecerrando los ojos.

El mencionado frunció ligeramente las cejas por esa comparación.

— ¡Soy un hombro lobo! — Respondió, ofendido por esa cuestión.

Heavy usa una dentadura falsa que poseía unos caninos bastante afilados. Se compró unos uñas postizas para que el asunto se viera más creíble con respecto a las garras. Pegó pelo falso a lo largo de sus delgados brazos, zona que se veía descuidada debido a la batalla que tuvo para que nada se pegara a sus dedos. ¡Incluso se maquillo! Se hizo una estúpida nariz de animal con delineador y puso sombra negra alrededor de sus ojos para lograr un buen efecto.

Ya veía que los esfuerzos nunca se tomaban en cuenta. Maldijo a los tontos jeans rasgados que le daban frío.

— Perro. — Repitió la chica con una inocente sonrisa. — ¿Y tu hermano? ¡Quiero ver a mi cuñado!

Irina es su enamorada. Le gusta pensar que llegará el día en el que ella pueda decir que Dee es su verdadero cuñado, a pesar de que su relación tiene un mes recién cumplido.

— Dijo que no quería venir. ¡Le roge toda la semana para que me acompañará! — El puchero se muestra en sus labios al haber fallado.

A la muchacha no le importa demasiado. Supone que es porque Dee tiene cosas que hacer de chico universitario, tanta que le sería difícil asistir a una fiesta de chicos de preparatoria.

— Que lástima. — Se encoge de hombros. — ¿Una probadita, bonito? — Extiende una vaso de plástico que destila alcohol en a penas una aspirada de aire.

Heavy se resiste por un momento debido a que a Glam no le agradaría encontrar a su muchacho oliendo a sustancias tóxicas. Sin embargo, la joven insiste con su sonrisa coqueta.

— Que mas da. — Se encoge de hombros y bebe.

No recuerda en que momento, terminó drenado cinco vasos de vodka puro en su garganta. O en que instante, Irina desapareció de su vista.

°°°

¿Donde se supone que está? Diablos, el panorama parece irse de un lado a otro.

No está acostumbrado a esas situaciones. No tenía planeado terminar tirado dentro de un armario con vestidos golpeando su rostro cuando intentaba levantarse.

— ¡Heavy! — Esa voz. — ¿Donde estás, enano? — Se escucha molesto.

Heavy se mueve un poco. Unos centímetros que ayudan a que su cuerpo caiga del mueble como un objeto inerte, propinando el suficiente ruido como para atraer la atención de Dee.

I KISSED A BOY [ DEE X HEAVY ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora