Gerard se despierta en su pieza, con su mamá dormida en una silla agarrando su mano.
mira por la ventana, hacia el sol hundiéndose y entrecierra los ojos.
- recuerdame - susurra.
su mamá se mueve, abriendo los ojos - hey, Gee Gee.
- hola - dice el mirando a la ventana todavía.
- ¿como te sientes?
- cansado - contesta - ¿me puedes traer eh, agua?
- si, ya vuelvo, no te muevas ¿si?
- mirame.
Gerard arranca la mirada de la ventana con cansancio, mirando a su madre.
- no vayas a ninguna parte - le ordena.
- está bien - dice y su madre lo abraza antes de irse.
apenas ella cerró la puerta, Gerad abre la ventana y baja de la misma forma que solía hacerlo Frank. corre hacia el bosque, con su piel sintiéndose repentinamente apretada a su cuerpo.
sucio, sucio, sucio, sucio. el tipo de suciedad que Gerard puede tener en su alma, el único lugar que no puede lavar fuertemente con jabón.
sus pies tienen agua azul negra y puede ver todo tornándose del mismo. quiere gritarle a Frank decirle que por fin lo entiende, pero Frank se fue y no volverá y Gerard cree que sus pulmones explotarán.
- ¡lo siento! ¡ahora lo entiendo! ¡lo prometo!
todo se está volviendo más azulado y todo más negro y Gerard puede sentir el frío en sus huesos, se filtra por sus ojos e intenta cerrarlos tan fuerte como puede, pero sigue filtrándose, esta temblando, se siente tan, tan sucio.
Gerad lentamente se vuelve conciente de que le esta rogando a Frank que vuelva, que vuelva a buscarlo, pero Frank nunca va a volver porque el no es real y Gerard un idiota a quien solo le queda su trastornada mente y se siente demasiado sucio, es obsceno y nunca será amado.
- ¡por favor! - solloza, áspera y guturalmente como si las palabras fuesen arrancadas de su garganta - ¡por favor!
sus palabras hacen eco en el bosque, rebotando de árbol en árbol, Gerard siente sus palabras hundiéndose dentro de el, cubriendo sus huesos, haciéndolos vibrar - por favor, por favor, por favor.
- ¿dónde estás? - grita el - ¡te necesito! te necesito conmigo, por favor.
sus manos se encuentran en su cabeza, tirando de su pelo, enterrandose en su piel, sus uñas pasan por sus cachetes, arrancando, y el siente que el dolor es lo más real que jamás sintió. se agarra desesperadamente a su propia cara, cuello, brazos. duele, duele demasiado, y el está sollozando pero también ríe porque... ¿no es esto lo mejor de todo?
- ¡soy real! - grita Gerard. apunta al cielo acusadoramente - soy real ¿porque tu no? - colapsa en el helado suelo - ¿porque tu no eres real? - solloza - ¿porque ~ no ~ eres ~ real? - demanda, golpeando su cabeza con el suelo en cada palabra.
Gerard se calla cuando se da cuenta de que está tirado frente a la casa, la casa del árbol. su casa del árbol, cierra los ojos y deja los recuerdos fluir. besos, toques, susurros y canciones que nunca fueron reales.
nunca fue real.
esta oscuro, en silencio. el aire pesa, Gerard no habla. se sienta y mira las lágrimas caer sobre el tallado A-T-E-R-R-O-R-I-Z-A-D-O que se encuentra en el piso de madera.
el mechero de Frank esta tirado al lado del pie de Gee, lo agarra lentamente, prendiéndolo, la llama brilla en la oscuridad y Gerard se observa a si mismo presionar la llama contra la pared.
la mantiene ahi, mirando la madera volverse negra, carbonizada, por un rato, nada más pasa, pero Gerard de repente ve la madera encenderse. apaga el encendedor, viendo, paralizado, como la llama crece y crece, alcanzando el techo.
se recuesta y ve la llama tomando control sobre el techo. la casa del árbol llenándose lentamente de humo.
algo dentro de el está llamándolo, insistiendo en que tiene que salir de ahí, antes de quemarse o ahogarse. ya no le importa.
Gerard se queda dormido mientras todo a su alrededor arde.
no le importa.
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