☢¡Cuidado! El capítulo contiene alta violencia, lenguaje obsceno y muchas cosas más, si vas a leer que sea bajo tu propia responsabilidad☢
Debo admitir que esto me costó más de lo que yo pensé, me tomo un largo tiempo, debía ser calculador, un paso en falso y todo se iría al carajo. Esto no sería para nada fácil, está vez no usaría mi sótano como tortura, si no, una parte de mi casa. Quería que fuera especial y única como cualquier otra.
Samanta era una niña fácil, tenía solo 17, en pocas palabras se entregaba a cualquier hombre con dinero, y basto solo llegar con mi Mustang para que cayera rendida a mis pies, un par de comidas en restaurantes lujosos, y en mi cama vino a dar.
Hoy cumplimos 3 meses de novios, o de que sale conmigo, he aprendido toda su rutina de derecha he izquierda, al igual que la de su padre, pasa la mayoría del tiempo conmigo. Así que llegó la hora de comenzar este preciado juego por el cual he esperado tanto.
Llamé a Sam algo temprano. Iríamos por unos Donuts, un café, quizás poco más. Me había ya acostado con ella, y sabia que con solo eso enfurecía a su padre, y podría hacerlo morir del cólera, pero yo quería más, necesitaba más que eso.
Llegué en el Mustang color vino que tanto le gustaba, su padre estaba en su consultorio, ya que este se dedicaba a psiquiatría. Salió con una mini falda, y una blusa que era realmente escotada, daría todo por comerme esa belleza, pero debía concentrarme en el juego.
— ¿A donde iremos esta vez bebé? Mencioné con gran gran ansiedad en mi interior.
— ¿Qué te parece unos Donuts y un café? después a mi casa, o al cine
— Me parece perfecto cariño.
Le abrí la puerta del auto, haciendo que subiera, esto era como quitarle el dulce a un niño, la tenía en un abrir y cerrar de ojos, conduje como por 30 minutos mientras me hablaba de su padre. Algunas cosas ya las sabía pero otras eran nuevas he intrigantes.
— Le han metido demanda a mi padre ¿Puedes creerlo?
— ¿Qué es lo que ha echo?
— Dio unos medicamentos equivocados, y la mujer tuvo una crisis, termino por suicidarse.
Debo admitir que eso me daba rabia, llevaba rato investigando y sabia que él daba medicamentos en lugar de escuchar, no le importaba si los necesitaba o no, solo los daba para librarse y tener más plata. Su hija Samanta solía venderlos en la escuela como drogas, calmantes, la pastilla de felicidad, de la tranquilidad. También los cambiaba por algunas tareas, o algunos exámenes para no reprobar el año, en esta vida solo se puede tener una cosa, es belleza o es inteligencia, y era claro cuál tenía ella.
Al llegar a la cafetería ella no se me separaba un solo momento, ni siquiera cuando ordenamos. Esto me haría más complicado, no podría añadirle el medicamento perfecto para dormir.
Justo cuando me hablaron por la orden, ella fue al tocador, esto me daría unos minutos valiosos para dormirla, añadí un poco de anestesia para caballos en la comida, esto haría que casi al dar el primer mordisco cayera dormida al momento.
Ella volvió, pero no quiso comer en el establecimiento, por qué había mucha gente, además estaba una persona que era su ex, y no quería que le viesen conmigo, ya que esto podría llegar a los oídos de su padre. Nos fuimos al auto mientras conducía ella comía su Donut, lo termino y el medicamento hizo efecto, cayó dormida en el asiento del copiloto sin más, cheque sus pulsaciones, todo estaba bien, solo faltaba su padre.
Una vez ya en casa la saque del auto cargándola, a continuación la subí al cuarto especial. Este es totalmente blanco con paredes acolchonadas, y una pantalla de solo un lado con excelente visión.
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Diario de un asesino © Wattys 2019
AléatoireBienvenido mortal, esta es la historia de un asesino a sangre fría de mente sádica que a existido entre la humanidad. Entre las páginas de este libro conocerás su historia, su provenincia y lo más importante su origen para poder averiguar porque com...