9- Salud.

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April

Estaba que no cabía de la emoción en mí, era es el baby shower de Renata y yo era la única que conocía el sexo del bebé, todos los demás lo sabrían hasta en la reunión. Renata quería que fuera una sorpresa y Peter por más ganas que tenía de saberlo en el momento, aceptó que fuera así. A penas una semana de casados y él se estaba comportando como todo un esposo ejemplar, y pensar que estaba muerto de miedo, según lo que me contó Bastián.

—Amor, ¿llevo las galletas al auto ya? —me preguntó mi hermoso novio que me ayudó a hacer todas las galletas, de niños y niñas.

—Sí, por favor. Yo voy a ir por la caja —en dónde tenía la sorpresa que revelaría el sexo del bebé.

Subí las escaleras y fui a nuestra habitación, tomé la caja decorada con los típicos rosa y azul, quería otros colores, pero el resto de la decoración ya la habían escogido, así que tuve que usar los típicos colores de siempre. Tomé la caja y volví a bajar las escaleras, a bajo ya me estaba esperando mi puntual hombrecito.

—Mami, vamo -dio saltitos y reí.

—Sí, ya vámonos —lo tomé de la mano y salí de la casa con él.

Ya afuera Bastián lo subió al auto y cuando estuvimos listos, condujo al lugar en el que los padres decidieron que se haría, un hermoso jardín, pero literalmente hermoso, tenía flores por doquier, arbustos recortados con formas de animales y un pequeño lago artificial en el cual habían patos que estaba segura Bradley amaría.

—¿En serio no vas a decirme qué es? —vi a Bastián.

—¿En serio vas a seguir con lo mismo? —rodé los ojos.

—¿Por qué no me lo quieres decir, no le contaré a nadie?

—Porque no y ya apresurate que debemos llegar antes que los demás —negó y siguió conduciendo.

Por el retrovisor vi a Bradley y venía jugando con sus peluches de Mickey y Pluto, sonreí, amaba a esos personajes tanto como yo. Bastián se estacionó y fui la primera en bajar del auto, yo saqué a Bradley y a la caja y Bastián se encargó de las galletas. No le dejé la caja porque no quería que viera nada. Entramos al lugar que desde ahí ya estaba cubierto de flores, caminamos por el sendero empedrado y llegamos hasta dónde estaban los futuros papás y los futuros abuelos, por parte de ambos, los saludamos a todos y luego con Renata me fui a acomodar la mesa de la comida y a revisar los globos de la mesa de regalos.

 Entramos al lugar que desde ahí ya estaba cubierto de flores, caminamos por el sendero empedrado y llegamos hasta dónde estaban los futuros papás y los futuros abuelos, por parte de ambos, los saludamos a todos y luego con Renata me fui a acomoda...

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—Estoy nerviosa —dijo comiéndose una galleta.

—Yo estoy que muero de felicidad —aplaudí.

—Estás disfrutando nuestra curiosidad.

—La verdad es que sí —se sentó y yo me senté a su lado—. ¿Celine, vendrá?

—Sí, hace un rato me llamó, ya vienen en camino. Igualmente Gloria, Estefanía y Dakota —lancé una carcajada.

Pequeños West. [West#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora