—Oye Simón estas muy cerca de la perfección —dijo Matteo, Simón lo miró sorprendido. Mientras tanto Luna estaba sentada a un lado del mexicano pidiendo su comedida.
—¿Enserio? —catarrujio sorprendido.
—¡Claro que sí!, estas junto a mi novia —hablo obvio— ¿Me harías el favor de moverte? —se paro de su asiento.
—¿Qué pasa? —pregunto Lu
—Simón se quiere cambiar de asiento ¿puedes levantarte princesa? —pregunto a su novia.
—Claro —la ojiverde se levanto del asiento y por ahí salio el mexicano, el ojimiel se sentó donde antes estaba Simón y Luna volvió a su asiento.
—Gracias amore —beso la mejilla de su amada.
—Luna —llamo Simón.
—Dime
—Quería decirte que tango dos entradas al cine
— ¡Que bien!, podrás ir dos veces —hablo obvia, Matteo río por lo bajo y se acercó al oído de la castaña.
—Esa es mi chica —dijo para después besar su mejilla.
Eran tal para cual, su sentido de obviedad era muy notorio, se complementaban tan perfecto, su duda su relación no era normal pero le gustaba que sea única y diferente.
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