— Aveces pienso que realmente, no importa cuánto lo intente, no seré lo que esperan. Eso me aterra. — La mirada de HaRa se mantenía fija en los ojos de Alice que en aquel momento acariciaba su cabello tratando de escucharla, era cierto que ambas habían compartido la cama minutos antes y era difícil concentrarse en la queja de la castaña, que en aquel momento se encontraba a su lado.
Habían pasado un par de años desde su debut y las dudas acerca de ella y su posición en el mundo seguían fijas, trataba de no leer los comentarios en línea, pero en dado momento lo hacían, las personas realmente eran malvadas, criticando cosas absurdas, el hecho de que se sintiera enferma, si no estaba entusiasta, si acaso usaba la marca de teléfono incorrecta. Los haters la llamaban floja, lo que había mejorado con respecto a años anteriores, en los cuales había sido criticada por hecho de salir con un hombre mayor, un productor musical cuya novia anterior era una belleza, cosa que los internautas no dudaron en hacerle saber, burlándose de su apariencia. En ese entonces ella era un jovencita, ¿Qué podían decir en aquel entonces? Había crecido, era una mujer,icono de la moda. ¿Por qué aún así no lograba estar feliz?
— Eres la más hermosa.— La menor rompió el silencio en el que Kim había formado una lista mental de defectos en su cabeza, misma que desapareció al escucharla, ese era el poder de Alice siempre lograba ponerla de un buen humor, aunque eso les convenía de cierta manera a ambas.
—¿Ya te pusiste ropa interior? — Preguntó la morena a la menor que negó con la cabeza, risueña. Hara no desaprovecho un solo segundo, se introdujo bajo las sábanas, lista para dar inicio a un buen día. Separo las piernas de la candente mujer que tenía a su lado, estaba lista para gozarla por completo.
Poco a poco comenzó a distribuir una serie de besos ascendentes en sus muslos, lamía de vez en cuando sobre la blanca piel de sus piernas, hasta que finalmente llegó a su monte de Venus, que le daba la bienvenida nuevamente a su paraíso, deslizó su lengua sobre este, de manera suave, sabía que la menor se desesperaba rápido, por lo que continuo de aquella manera. Alice jadeaba entre cada lamida, buscando con las manos un manera de aferrarse a la cama, odiaba gritar y que la chicas las molestaran, pero era difícil detenerse cuando la mayor hacía todo lo posible por acabar con su paciencia.
Haram no pensaba permitir un momento más que su mujer suplicará, por lo que su lengua si hizo paso dentro de los labios vaginales de esta, comenzo a succionarlos, sin dejar que su lengua se detuviera en aquel coqueto movimiento, delineaba con ganas aquella femineidad, hasta que un jadeo de su joven amante la hizo caer en la misma desesperación, obligándola a comenzar las lamidas en el clítoris ajeno de manera inmediata, movía su lengua d forma circular sobre aquel botón de nervios. — Estas tan mojada... — Jadeó antes de alejarse para lamer sus dedos frente a ella, introdujo el índice primero, creando un vaivén inicial, cuando las expresiones de placer de la menor fueron suficientemente placenteras, introdujo el segundo dígito en ella, regresando sus labios hasta aquel rincón de su anatomía que adoraba probar repetidas veces. Los minutos pasaron y con ello la ansiedad de quién para aquel momento comenzó a jalar su cabello, para que no separara el rostro de su intimidad, hasta que logró su tan esperado orgasmo, la morena, se alejó limpiando su boca, subiendo luego sobre el cuerpo adverso, estaba lista para una sesión de besos antes de los ensayos.
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In the mind of a tough girl
Teen FictionNada es como parece, ni la fama es brillo ni los artistas como sus empresas los manejan. Y aunque amamos las luces, cuando los reflectores se apagan, comienza la magia.