₍ Joon & Moon ₎ ¡namtae!

"Somos parte de la luz de la luna..."

12:O9 a.m

Bajo la tenue luz de la luna, un cuerpo delicado yacía sobre el frío césped, unas pequeñas flores estaban siendo apretadas por sus frías manos, su vista permanecía fija en la luna llena resplandeciente en el cielo, sus lágrimas caían suavemente por sus ojitos.
Él sabía que la luna estaba llena de emoción. Porque NamJoon estaba feliz igualmente.
Antes de su partida recordó lo que anteriormente había leído durante su descanso.
"La luna era señal de la eternidad" recordó que cuando él dejó su lado había una luna gigantesca en el punto más alto del cielo, aquella luna que le confirmo sus sospechas.
Aún sintiendo como el frío le calaba los huesos sonrió, sus promesas seguían en pie, y estaba feliz.
Poco a poco fue dejándose llevar por la abundante sensación de calma, las flores en sus manos ya se encontraban con sus tallos rotos pero aquello no le resonó en su mente, lo único que transcurría era su vida, su problemática vida, se sentía todo lejano, como si sus ojos presenciarán un rodaje donde él solo era espectador. Las imágenes bellas llegaron.
Las sonrisas que compartía con su amante bajo las noches estrelladas, las tarde donde solían bailar y cantar, dibujar y pintar cuadros.
Sus primeros besos y caricias, sus eternas promesas.
El momento cuando se fue, lejos de provocarle dolor y angustia como lo recordaba, sintió calma y esperanza en demasía.
Sus ojos no soportaron la pesadez y frialdad de su cuerpo, sentía como todo se desvanecía junto la fuerte brisa del viento. Jamás dejó de sonreír.
Desde una lejana perspectiva vio como el mundo que era conocido se derrumbaba al igual que una casa hecha de cartas siendo azotadas por una implacable ventisca.
Las flores cayeron al césped de donde fueron arrancadas.
Los cráteres de la luna se hacían más pronunciados, finalmente había tomado el curso hacia aquella. Sintió esa peculiar calidez tan conocida y presente en los atardeceres que solía disfrutar, su corazón siguió latiendo incluso si ya había dejado la tierra por completo, la galaxia le proporciono oxígeno y las estrellas le construyeron un casco, los planetas le señalaban el lugar donde debía ir.
Él estaba ahí.
No lo podía creer, sus miradas hicieron ese tan esperado click, sus corazones volvieron a estar en sintonía, sus sonrisas no podían ser reemplazadas de sus rostros.
Pareció ser que la luna brilló como nunca antes al presenciar la unión de sus almas sobre su superficie.
NamJoon le había dicho incontables veces que ellos eran parte de la luz de la luna, pensó que jamás iba a comprobarlo hasta que sus pies aterrizaron en aquel extravagante satélite.
Había olvidado ese nerviosismo que provocaba estar al lado de aquel ser que tanto amas.

Suavemente posó sus labios en cada centímetro de su rostro, estaban finalmente juntos, estaban finalmente unidos por la eternidad que la luna les prometió.
La tenue voz de Taehyung resonó con tranquilidad con la más esperada pregunta Ahora viajaremos por el universo, dejando constancia de que nuestro amor perduró aún si el tiempo dictaba lo contrario. Ahora veremos las maravillas que prometimos ver, aquellas que nos deleitarán los sentidos y mantendremos recuerdos de ellas. ¿Verdad?

NamJoon había sonreído enormemente ante lo dicho, estaba totalmente seguro que lo lograrían, pues no necesitaban de nadie más que ellos.

“Para nosotros, más que nadie, necesitamos el cielo nocturno.
Solo tú, y no nadie más, puede consolarme.”

Dejaron caer las lágrimas acumuladas, sus labios no resistieron la tendencia a unirse y reavivar esos sentimientos que debieron ocultar. La galaxia se pintó de los colores más magníficos, ellos presenciaron la puesta en escena más etérea que sus ojos hayan podido apreciar.
Un click hizo eco en aquel lugar, TaeHyung sonrió con calidez, sabía que su amado había capturado ese momento.
La felicidad era gigante, sus corazones latían con tanta fuerza que parecía increíble pensar en un ritmo como aquél.

Todo parecía tan irreal.

Sintió las delicadas manos del contrario pasearse por su brazo, donde la última gota de tinta había dejado marca.

“Somos el paisaje nocturno del otro, la luna del otro. ”

Se giró para ver el rostro del contrario, encontrando la grata sorpresa de ver sus ojos repletos de lágrimas cristalinas, esa significativa frase había sido la última antes de su partida, donde sus labios se habían encontrado por última vez.
Sin embargo, hoy en ese preciso instante estaban unidos y permanecerían juntos en la calidez de la luna, viajando y apreciando el arte del espacio.
Disfrutando de la vista más espléndida de los atardeceres, disfrutando de hacer arte con la persona que les inspira a seguir.
Ya estaban juntos y podían respirar nuevamente. Lentamente se adentraron en el cielo estrellado, el sol salía para darles la iluminación que necesitaban y entregarles una cálida bienvenida, las estrellas parecían formar corazones brillantes solo para ellos.

Eran la viva prueba del amor; finalmente podrían decirse aquello que no pudieron en su momento, al fin podrían mostrar lo mucho que se extrañaban, lo mucho que se querían, lo mucho que se necesitaban.
Porque se necesitaban solo ellos para estar bien, para sentirse en la galaxia misma; porque ellos se amaban tanto que parecía impensable la existencia de un amor tan puro, sincero y honesto.

"Tú eres mi luz, no importa que tan separados estemos"

Los planetas se habían alineado tan perfectamente para aquel suceso, donde dos almas jóvenes y destinadas se encontrarán nuevamente, haciendo frente a las adversidades y la presión del tiempo.
La luna brillaba con convicción al saber que había logrado mantener viva las promesas eternas de sus dos corazones.
Desde la tierra, se lograba apreciar el espectáculo que el cielo organizó en honor a su reencuentro, una magnífica lluvia de estrellas, igual que cuando se enamoraron por primera vez.

"Feliz cumpleaños Joonie"— comentó riendo pasivamente, estaba totalmente enamorado de la forma en que sus ojos brillaban a la par de las estrellas.
Jamás se había sentido tan vivo.
NamJoon solo pudo sonreír enormemente y dejar rastro de sus besos en el contrario, realmente había esperado para deleitarse con la belleza de su acompañante, y estaba feliz por lograrlo.

Sellaron su amor una vez más con la muestra más dulce de amor, inmortalizaron el momento con una fotografía, donde sus sonrisas eran hermosas y el cielo les abrazaba con calidez.

“El universo se ha movido por nosotros..
Porque nuestra felicidad ha sido planeada
Porque me amas
Y te amo”.

¡NAMTAE!
FINAL

200919
19:59