|°Capítulo 12 pt.2°|

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A Jungkook le resultó demasiado difícil evitar sonrojarse luego de haber escuchado las palabras del mayor, quien le había pedido que se quitara su suéter, pero eso no fue todo; su sonrojo empeoró con violencia en cuanto el recién mencionado se acercó para ayudarlo a retirar aquella prenda. Su corazón por alguna razón que desconocía comenzó a acelerarse a medida que las manos de Jimin levantaban la tela del suéter color crema que llevaba puesto. El pequeño elevó con timidez sus brazos, de modo que le permitió al pelinegro despojarlo de esa delicada prenda, quedando solo con una camiseta que le dejaba la pálida piel de los brazos expuesta.

Recién pudo soltar el aire que estaba reteniendo en sus pulmones en cuanto Jimin abandonó la habitación con la excusa de que iba a buscarle algún suéter viejo de él que pudiese manchar. Jungkook colocó sus manos frías sobre sus mejillas para que éstas dejaran de arderle, mientras intentaba normalizar su respiración a causa de que se había agitado pero no sabía el por qué. Nunca le sucedían estas cosas. Se sentía raro, él se agitaba cuando corría o cuando tenía miedo o cuando estaba muy nervioso. Sin embargo, en ese entonces estaba quieto y no tenía ni un poquito de miedo, ¿estaba nervioso? ¿eso era? ¿Jimin lo ponía nervioso? No entendía la razón del por qué el ojiazul le provocaba nervios, pero debería averiguarlo antes de que Jimin le produjera un ataque cardíaco, literal.

A los pocos minutos apareció el susodicho con un buzo un tanto más grande que cualquier otro de Jungkook y de él. Era un buzo color blanco que muy pocas veces había usado en su vida ya que no le gustaba como le quedaba por su tamaño, un regalo de alguna de sus tías que no conocía muy bien su talla y decidió comprar el extra grande por si acaso. Ya se estaba imaginando en su cabeza cómo se vería Jungkook con él, seguro que le quedaría enorme, le sobraría de todos lados, pero apostaría todo el dinero del mundo a que se iba a ver extremadamente hermoso y adorable... Aunque en realidad, para él siempre se veía así.

Hermoso y adorable.

Sonrió de oreja a oreja al verlo vestido con el gigantesco buzo; le quedaba tan tiernamente perfecto ante los ojos de Jimin, estaba tan maravillado ante la imagen de un pequeño Jungkook dentro de un enorme buzo que le surgían ganas de sacarle una foto para guardarla de recuerdo y sonreír cada vez que la viese.

¿Y por qué no?

—¿Te puedo tomar una foto? —preguntó, sin dejar de sonreír mientras metía la mano en el bolsillo trasero de sus jeans gastados para sacar su celular.

El ojiverde lo miró sorprendido, con sus dos cejas elevadas y, a continuación, se encogió sobre sí mismo dentro de aquella nívea prenda que le había dado él. Le daba vergüenza.

—¿Una f-foto... por... p-por qué? —respondió tartamudeando sin poder eludirlo con otra pregunta.

—Porque te ves bonito —respondió sin más, produciendo un nuevo sonrojo en el menor—. Pero si no quieres esta bien.

—¡No! —exclamó de repente dándole un leve sobresalto a Jimin, quien estaba a punto de guardar su celular—. Es decir... no es que no quiera, solo que... me da pena.

—Si miras hacia otro lado, ¿ayudaría?

Jungkook asintió despacio y no se le ocurrió mejor idea que mirar hacia abajo. Entonces el ojiazul seleccionó la cámara en el celular para luego enfocarlo bien al castaño. En la pantalla táctil se podía presenciar al pequeño con la cabeza agacha luciendo a la perfección su buzo gigante con las paredes blancas de fondo. Se alejó dando un paso para atrás, de modo que la cámara pudiese enfocarlo hasta las rodillas y, cuando creyó que estaba listo, tocó el botón de la pantalla haciendo que se escuchara un sonido característico, el cual daba el aviso de que una nueva fotografía había sido creada.

Peligro de Extinción (Jikook) [Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora