Estaba caminando solo, como siempre. Ya era algo tarde para estar en la calle, pero sinceramente no me importaba. Camine hasta un viejo parque de diversiones. Ahí donde nos gustaba pasear, ahí donde fue nuestra primera cita, ahí donde nos dimos nuestro primer beso. Me senté en cerca de aquel viejo árbol en el que nos sentábamos a ver el atardecer y veíamos como anochecía mientras nos tomábamos de la mano. Pero ya no eran esos tiempos, ya no estabas aquí conmigo. Ya eran cerca de las dos de la mañana cuando llegue al parque, mire hacia la carretera y te vi acercarte a mi desde lo lejos, logre reconocer tu hermosa sonrisa que se hacia mas grande mientras mas te acercabas, yo no podía creerlo, me levante y corrí hacia ti y te abrace y mi corazón se aceleró. Pasado un momento por fin te solté y dije Te extraño… Ella respondió –y yo ah ti Ed- con su hermoso tono de voz que siempre me ah gustado, te mire directo ah los ojos y te dije –Angie, ¿por que no respondes mis mensajes…? te eh dejado miles… No puedo –me respondiste- con lagrimas en los ojos la seguí mirando y comprendía el por que… Tengo que irme –dijiste para cortar el silencio- te abrace y de nuevo no quería soltarte, pero tenia que hacerlo… te di un beso en la mejilla y te fuiste, vi como desaparecías en la lejanía mientras me volvía ah sentar en el viejo árbol escuche el ruido del viejo coche de mi padre, me levante y mientras se aparcaba mi padre note que mi madre lo acompañaba mi madre, aun el no terminaba de estacionar el coche y mi madre ya estaba saliendo del auto corriendo hacia a mi. ¿Que diablos haces tan tarde en la calle Eddie? –me dijo con un tono molesto- Nada mamá estaba sentado y Angie llego y estuvimos platicando un poco –respondí- mi padre escucho mientras se bajaba del coche y se me quedo viendo sorprendido ¿Qué ocurre? –le pregunté- Nada hijo solo que… Recuerda que… Recuerda que Angie falleció hace un año… Lo se –respondí con lagrimas en los ojos- quizá pienses que estoy loco papá, pero es verdad estaba aquí con ella… Mi madre estaba muy sorprendida y no podía hablar, solo estaba ahí parada en silencio hasta que por fin hablo. Eddie, Robert suban al coche por favor. Los tres entramos al auto de mi padre y nos fuimos a casa.
Desde ese día supe que lo único que me quedara de ti será el recuerdo de ti y de lo que tuvimos alguna vez.