Hola de nuevo querida, ¿cómo has estado?
Bueno, creo que si estás leyendo esto ha llegado el momento ¿no?. Es el día de tu boda.
Aún recuerdo cuando correteabas alegremente en el jardín con tu cabello todo alborotado y riendo sin parar, recuerdo cada vez que caíste y me alegro de haber estado a tu lado para ponerte en pie y apoyarte. Creciste demasiado rápido, en un abrir y cerrar de ojos ya eras toda una jovencita con virtudes, con complejos (sabes que realmente detestaba a las personas que te hicieron tenerlos porque, cielo, eres hermosa por dentro y por fuera), con anhelos, con sueños. No puedo evitar recordar el día cuando, tímidamente, te acercaste después de haber soplado las velas (recuerdo que era tu 16° cumpleaños) y me dijiste casi en un susurro que querías convertirte en artista, en muchos sentidos, me miraste con esos ojitos a los cuales yo no podía resistir, lo medité por un momento (entiéndeme, no quería aconsejarte mal) luego te dije "Cariño, has lo que tu corazón te dicte, pero debes tener en cuenta dos cosas: 1) Será un camino complicado, pero si de verdad lo quieres y lo amas debes persistir. Y 2) Te amo más que a nada en este mundo y te apoyaré para alcanzar tus sueños tanto como pueda" me observaste con lágrimas en los ojos y nos abrazamos. Aún lo mantengo querida: No importa dónde o cuándo debes tener claro que te estaré apoyando con todo mi corazón.
Recuerdo cuando entraste a la universidad y, Dios, te dije que siguieras tus sueños pero no pensé que los harías todos a la vez (jajaja creo que eso lo sacaste de mi) mientras estudiabas Literatura y Lingüística con mención en letras (siempre me dijiste que dejara de decir el nombre la carrera completo, pero estoy tan orgulloso de ti que no puedo dejar de hacerlo) te incorporaste a cursos adicionales todos los años (composición musical, arte, danza, entre otros), sinceramente no sé cómo es que lograste hacer que todo funcionara, pero lo hiciste.
Fui la persona más feliz cuando pude observarte con tu diploma ya titulada junto con todos los certificados que obtuviste a través de los años. Tuviste altos y bajos, pero ahí estabas toda radiante con tu diploma en mano y supe que todo tu esfuerzo había valido la pena y no pude estar menos que orgulloso. Solo había un pequeño detalle, pero no fui capaz de decirlo, no tuve el valor de opacar tu felicidad y, aunque dolió, di gracias al cielo de que te ibas a ir a trabajar a la gran ciudad, así no me verías en mi estado más deplorable.
Lo siento. Siento mucho haberte ocultado mi enfermedad, pero espero entiendas que cada momento contigo, ya sea cuando venias de vacaciones o para las festividades me devolvías un poco de vitalidad. Aún cuando me presentaste a tu novio (que resultó ser nada más y nada menos que tu mejor amigo desde la infancia... cariño confieso que me sentí traicionado... ¡Nunca lo noté!). Más le vale que te este tratando bien (se lo advertí el día en que fue a pedirme tu mano).
Se que esto no es suficiente para compensar todos los años que no podré estar, aún es difícil para mi. Mientras escribo no puedo evitar llorar, lo siento si la hoja se ve un poco arrugada, te veo en el jardín donde corrías de niña, sentada en el césped abrazada a tu prometido y sé que estarás en buenas manos.
Dejo adjuntas unas cuantas cosas: cartas suficientes para cada nieto que pueda llegar a tener, una para tu prometido y, bueno... Te dejo algo viejo para continuar con la tradición, espero que uses con orgullo el collar que le regalé a tu madre cuando le pedí que fuera mi novia. Se que no la recuerdas mucho debido a que se fue cuando eras muy pequeña, asi que te entrego uno de mis bienes más preciados para que puedas tenernos a los dos a tu lado en este día tan especial.
Solo me queda decir que Te Amo, mucho, mi niña, mi princesa, la luz de mi vida. Nunca lo olvides.
Nunca dejes que te miren en menos, respeta siempre a la hermosa persona en la que te has convertido. Ama y procura ser amada...
Siempre a tu lado
Papá.
- Ay... Papá- sollozo sentada en el tocador de la habitación dispuesta para poder prepararme- También te Amo, mucho, desearía poder darte un abrazo justo en este momento- sollozo un tiempo más hasta que siento que tocan la puerta avisando que ya todo se encuentra listo, por lo que seco mis lagrimas y arreglo mi maquillaje lo mejor que puedo tratando de no soltar más lágrimas. Papá me regañaría por no sonreír en este momento tan especial de mi vida, por lo que con toda mi fuerza de voluntad tomo el collar de mi madre y me doy cuenta que es uno de esos en donde se puede poner fotografías, lo abro y no logro evitar el sollozo de felicidad que se me escapa al ver la fotografía de mis padres mirándose con amor mientras me sostienen recién nacida en sus brazos, lo coloco al rededor de mi cuello con fuerzas renovadas. "No estoy sola, ellos están conmigo justo ahora", me recuerdo. Una vez lista me encamino hacia mi futuro.
Observame Papá, seré feliz por ti, por Mamá y por mi misma.
Lo prometo...