Atrapada en tu red (Catfish)

Un tiempo y un beso

Fuimos al restaurante del centro, me encantaba la comida ahí pero me traía recuerdos de Ian y él me recordaba a Alex, y ella me recordaba cómo había engañado a mi novio.

Miré mi celular y ya había perdido la cuenta de cuantas veces había verificado que de verdad Ian me había enviado esos mensajes. No aguante más.

-Voy al baño- me disculpé.

Estaba en el lavabo y volví a leer los mensajes.

Ian: Necesitamos hablar.

Ian: Sabes de lo que hablo.

Ian: No me ignores, Jan.

Ian: Llámame en cuanto puedas.

¿Se había enterado?

No sabía de qué rayos hablaba y había estado nerviosa por llamarlo no quería que me terminara por más que me sintiera mal por el beso entre Alex y yo, no quería perder a Ian, él siempre había sido gran parte de mí.

Dejé escapar una lágrima mientras marcaba el número en mi listado de marcación rápida.

-Aló- contestaron al otro lado de la línea y no pude contestar, sabía que mi voz iba a temblar –Jan, sé que eres tú, cariño-

-Lo siento, me quedé sin habla al escuchar tu voz- no era mentira, en serio temía que esa fuese la última vez que él me hablara de esa forma tan tierna.

-Lo sé, parece que hace siglo no hablamos- suspiro.

-Vi tus mensajes- susurré cambiando de tema.

-Si… sobre eso, quiero que sepas que no es mi decisión- dijo aclarando mi mayor temor.

-¿Qué quieres decir?- pregunté con el corazón en mis manos.

-Es difícil ¿sabes? En serio me gustas, Jan, pero mis padres quieren que me quede durante un tiempo-

Y mi corazón cayó al suelo del baño destrozándose como cristal.

-Es mejor si nos tomamos un tiempo, una relación de larga distancia nunca ha sido lo mejor- susurró y hasta pude imaginármelo delante de mí con sus ojos azules agitados empañados por lágrimas.

-¿Por qué quieren que te quedes?- pregunté tragándome el nudo en mi garganta.

-Apoyo familiar- carraspeó la garganta –Mi abuelo murió-

Me tapé la boca con una mano para evitar soltar palabra indebidas a la situación.

-Dios, Ian, lo siento mucho- fue lo único que se me ocurrió decir.

-No te preocupes…- y entonces sentí sollozos al otro lado de la línea.

-¿Ian?- pregunté preocupada.

-Sabes que nunca he sido unido a mis padres, pero mi abuelo siempre me ha apoyado…- volvió a sollozar.

-Quisiera estar ahí para consolarte- me lamenté.

-No quisiera que me vieses así-

-Ian…- dije sin saber en realidad que decir.

-¿Si?- preguntó.

-¿Qué pasara cuando nos volvamos a ver?- pregunté.

-No sé, supongo que lo decidiremos cuando pase-

-¿Y si has encontrado a alguien más?- pregunté tratando de sacarle una respuesta.

-¿Y si tú has encontrado a alguien más?- me preguntó contraatacando.