Capítulo 18

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[…]

Cuando le conté a Helen que necesitaba un vestido para el baile de Invierno casi le da un infarto. Ni hablar de cuando le dije que iba con Kydd y no con Jack.

-¿Por qué yo no puedo ir a los bailes?-refunfuñó Sophie.

-Cuando crezcas un poquito serás la más guapa de la pista.-le dijo papá.

-¡Mañana mismo vamos a comprar un vestido!-gritó Helen.

-Em, bueno. Había pensado en ir con Tess y Rachel.-me rasqué la cabeza.- Ya sabes, por el tema de ayudar a Rachel a encontrar un vestido que pegue con la silla de ruedas sin que se vuelva loca.

-No te preocupes.-sonrió mamá.- Cuando vayas a ir a comprarlo dímelo y te daré algo de dinero. ¡No te olvides de comprarte unos zapatos a conjunto!

-Por esto mismo odio los bailes.-murmuré.

-¿Y Jack con quien irá?-preguntó Joseph.

-Con Tess.

-Me gusta que Jack vaya con Tess.-sonrió mi hermanita.- Y tú con Neil. ¿Se pasará a recogerte?

-No sé, no sé.-sacudí la cabeza.- Tened claro que vamos como amigos. Nada de pensaros que es el hombre con quien me voy a casar, por favor. Ya pasamos por eso cuando empecé mi amistad con Jack.-miré a mis padres.

-Vale, vale. Yo no digo nada.-papá levantó las manos con gesto inocente.

Un par de días después de que el castaño me dijera de ir juntos al baile, Jack se atrevió (aleluya) a pedirle a Tess que fuera con él al baile. Ella dijo que sí, lógicamente.

Cuando faltaban un solo día para el maldito baile (les costó convencerme para ir.), las mellizas y yo nos fuimos de compras. Cosa que odiaba.

-¡Con este pelo no puedo encontrar ningún vestido que me quede bien!-grité exhausta, cuando ya habíamos recorrido la mitad de tiendas del centro comercial y me había probado tropecientos vestidos.

-Por lo menos puedes ir a dos piernas. Yo ni siquiera puedo levantarme de la silla.-se quejó la rubia.

-¡Sois tan exageradas!-Tess puso los ojos en blanco.

-Jódete, la que ya tiene un vestido, unos zapatos y el novio perfecto.-levanté una ceja.

-No somos novios.-frunció el ceño.- Solo nos estamos conociendo a fondo.

-¡A fondo del pantalón!-rió Rachel tirando la cabeza para atrás.

-No sé cómo aún no te he matado.-la morena le lanzó una mirada asesina a Rachel.- Vamos, chicas. Spencer, deja de quejarte de tu pelo porque es precioso.  Y tú, Rachel. Estarás guapa te pongas lo que te pongas, en silla de ruedas o sin ella. Aceptadlo ya.

Encogí los hombros mientras seguía buscando entre los vestidos hasta que por fin vi uno que me convenció.

Era largo y azul. Precioso. O eso creía yo (no tenía mucha experiencia en lo que se dice moda.). Se pegaba desde mi pecho a la cintura y luego caía de golpe hasta los pies.

La única putada era que pasaría mucho frio ya que era de palabra de honor. Debería agarrarme un buen pedo para entrar en calor.

Fui a probármelo mientras las mellizas seguían buscando algo para la rubia. Entré en el probador y me deshice de las mil capas de ropa (friolera.) para ponerme el vestido.

He de decir que me gustó mucho como me quedaba a pesar de que yo apenas tenía pecho, pero el vestido se amoldaba perfectamente a mí.

Di varias vueltas sobre mí misma por que no estaba acostumbrad a que algo me quedara tan bien. Me gustaba mucho, el único problema era que arrastraba el vestido y tendría que comprarme unos tacones de aproximadamente diez centímetros.

Imposible, somos mundos opuestos. [[[COMPLETADA]]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora