V E I N T I U N O

838 56 29
                                    

Finalmente, Walls y yo habíamos ido a esperar a Sara a la salida de su avión, ya no faltaba nada.

Mi teléfono no paraba de vibrar con mensajes, no tenía ganas de contestar ahora. En verdad, no tenía ganas de hacer nada estos días, por el viaje, la mudanza. Me había costado mucho trabajo grabar el vídeo de house tour y editarlo había sido peor.

No quería imaginar cuando tuviese que ir a la editorial también.

- ¿La ves? -preguntó Ginés al ver que comenzaban a salir algunas personas. Negué, trataba de buscar bien para no perderla, Sara era tan distraída como yo y ella no nos vería.

Mi teléfono sonó con tono particular para Sara, saqué el celular y contesté.

- Elisa, ¿Dónde estás? -preguntó, busqué cerca de nosotros una referencia- mentira, ya te ví -soltó una risa- ¿Quién es el rubio guapo junto a ti? -miré a Ginés que seguía buscando por la puerta, reí.
- Es Ginés -llamé su atención, me miró y sonrió- Ya te ví -colgué el teléfono y corrí hasta ella.

La abracé con fuerza, sin quererla soltar. Sara era mi mejor amiga de toda mi vida, habías estado juntas desde preescolar, juntas en la misma primaria, secundaria, preparatoria y universidad. Habíamos vivido juntas un tiempo y trabajábamos en el mismo lugar... Separarme de ella un tiempo era para mí una eternidad.

- Te extrañé Zadro -murmuró
- y yo a ti Díaz -besé su mejilla- te va a encantar la casa... Blon me ayudó a elegir los muebles
- muero de ganas por verla, y por conocer a Blon -hizo una cara extraña, como de galán. Reí
- Bueno, de momento, quiero que conozcas a mi amigo Ginés -me giré a verlo, lo tomé de la mano y lo acerqué a nosotras. Sentí como Ginés entrelazó nuestros dedos, se sentía bien llevarlo así.
- Hola, que tal? -saludó Sara, dió un vistazo rápido a nuestras manos y sonrió
- Un gusto, Sara
- Bueno, vamos a casa -les dije a ambos y caminé fuera. Con mi mano jalé a Ginés que corrió tras de mí emocionado.
- Claro, déjenme aquí sola -gritó mi castaña amiga y rodó lo ojos- nomás consigues novio y te olvidas de mí -Ginés y yo la miramos al instante, nos soltamos las manos y sonreímos.
- No somos novios, solo amigos -aclaré
- Esa no te la cree ni tu papá -se burló, bufé- ni dios te cree eso.
- Creeme o no, no es mi novio -alcé los hombros. Ginés detuvo un taxi y subimos todos en él.



- Tengo hambreee -me quejé, Ginés acarició mi cabello y soltó una risa
- ¿Quieres que pida algo de comida? -preguntó, asentí y me di la vuelta recargando mi cabeza en su abdomen de mejor manera para poderlo ver mejor.
- Pollo, o pizza, o lo que sea -hice puchero- fuck, ya extraño los tacos -reí, Ginés igual- En México cuando me daba hambre en la madrugada salía a la calle y compraba tacos. Siempre hay tacos en México, es increíble
- Oigan, parejita -entró Sara a mi habitación, rodé los ojos y me incorporé.
- Corta ese tema -pedí
- hay un chico afuera buscándote -me apuntó, me puse de pie y caminé hasta las escaleras para ir a ver quién me esperaba en la entrada. Apenas bajé pude ver la cabellera blanquecina con el mechón rosado saliendo de ella. Suspiré

- ¿Qué haces aquí? -pregunté de mala manera
- Elisa, perdóname por favor -se acercó
- ¿Por llamarme puta o por desconfiar de mi? -cuestioné, agachó la mirada
- Por ambas -sonaba en serio arrepentido
- Sabes que... Hablemos fuera, no quiero que Sara se entere de esto -tomé mi chaqueta del perchero y salí de casa. Chemi iba detrás mío.

Me alcanzó, en silencio y siguió caminando conmigo. Honestamente no sabía muy bien a dónde iba.

- Hay un parque girando aquí por si quieres hablar ahí -murmuró, asentí.

Chemi dió vuelta y comenzó a guiarme él, caminé a su lado. La molestia había disminuido, pero me seguía sintiendo como una idiota.

Pude ver el parque frente a mis ojos, nos apresuramos. Tomé la iniciativa y me senté en una de las pequeñas bancas de madera del lugar, Chemi se sentó a mi lado y me miró.

- ¿Y bien? -pregunté
- Lo lamento, en verdad no quería decir eso. Lo que ha pasado entre nosotros para mí es algo muy especial... Y creo que estoy empezando a sentir algo más por ti -miró a otra parte- te lo dije aquella vez en tu casa. No le digo eso a cualquiera, esto no se lo decía a una chica en años... -tomó mi mano- me gustas Elisa. Eres una chica fantástica. Y por eso me da miedo que te enamores de alguien más apuesto que yo, más joven, con el que tienes más en común...
Por eso actué como un imbécil, porque estaba celoso de Walls... -sus ojos parecían decir la verdad. Sonreí de lado
- No justifico tus acciones, y tampoco es un perdón absoluto... -hablé claro- pero... -me acerqué a sus labios y lo besé. Un beso corto, muy corto- No me gustas por lo guapo, o joven que eres. Me gustas porque nadie me había hecho sentir como tú. Nadie me había robado el pensamiento como lo has hecho tú. No te puedo sacar de mi mente con nada, José Miguel -sonreí- y eso no lo ha logrado nadie... -sin terminar mi discurso, Chemi me tomó por la nuca y me acercó a sus labios besándome con pasión. Haciendo que nuestros labios bailaran su canción favorita tomados de la mano.

Lo abracé tratando de unirlo más a mi, de sentirlo más mío. Me acercó con una de sus manos mientras que con la otra acariciaba mi mejilla.

Me separé de él sin despegarnos por completo, manteniendo mi frente contra la suya y nuestras narices rozándose.

- Nuestro trato vuelve? -murmuró, puse mis manos en sus mejillas y acaricié su cara con mis pulgares. Lo miré directamente a los ojos con una sonrisa en el rostro.
- No, no será tan fácil Manzano -me puse de pie y caminé velozmente a casa.

Y no lo sería, si quería volver a tener algo conmigo, le costaría trabajo.

Pᴇʀᴏ ᴍᴀɴ̃ᴀɴᴀ ~ Sᴋᴏɴᴇ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora