El sueño la estaba venciendo, no había dormido casi nada la noche anterior, la idea de aquél libro se había clavado en su mente y como todas las cosas sin sentido, llegaba por las noches para evitar el sueño.
Había sido un día largo y se acostó en cuanto llegó a su apartamento. El sueño la venció enseguida. No fue sino una imagen entre sus pensamientos lo que la despertó, eran la diez de la noche.
Miró el libro en el buró junto a su cama, estiró el brazo y lo cogió, abrió otra vez la misma página, detuvo los ojos un segundo y la giró, se sorprendió al ver que la siguiente página escribía lo mismo que la anterior, volteó esta también y la siguiente y así todas, en todas se leía lo mismo, la única distinta era la ultima, a mitad de la hoja tenia escrito un mensaje…
“Solo firma para seguir leyendo, tu deseo podrás elegirlo al final”
¿Pero, que clase de libro era éste? Así como inició así terminó. Buscó en todas las páginas el nombre del autor o algún dato acerca del libro pero, no había nada. No lo había pensado tanto pero, este libro era extraño, buscó una pluma para escribir su firma, de alguna manera pensó que eso serviría de algo.
- Maldita pluma- la arrojó hasta el otro lado de la habitación, y fue a buscar una que si pintara.
Encontró otra, pero, justo cuando estaba a punto de ponerla sobre el papel detuvo la vista en dos palabras escritas en el libro, “con sangre”, de alguna forma sabía que la pluma no serviría pero siguió adelante, nada pasó, ni una letra, el papel continuaba blanco.
Fue a la cocina y trajo un cuchillo consigo, se pinchó el dedo y tomó la sangre con la punta del bolígrafo, esta vez si que pudo firmar.
Al dar la vuelta a la página dio un grito y arrojó el libro al piso, las páginas habían cambiado, ya no eran todas iguales. El texto había cambiado, miró alrededor de su habitación, como buscando a alguien, sintiéndose tonta y a la vez temerosa, se bajó de la cama y levantó el libro, no entendía que estaba pasando, abrió una vez más el libro y ahora casi todas las paginas estaban en blanco. Fue directo a la última que tenía algo escrito.
En los próximos días, un hombre vendrá a buscar el libro, para destruirlo, como si pudiera. Es necesario que entregues el libro.
No había más, el libro estaba en blanco después de estas palabras. ¿Cómo?; Miraba fijamente el libro, en su mente un mar de preguntas, un libro que cambia su texto, ¿Era eso posible o era sólo un sueño?, metió el libro en un cajón del buró y se dispuso a dormir, tratando de no pensar más en ese libro.
Tres días después, cuando volvía del trabajo, se encontró a un sujeto sentado en la escalera que llevaba a su departamento en la tercera planta del edificio; era un hombre delgado y se veía algo sucio, como si no hubiera tomado un baño en días.
- Usted no me conoce y no es necesario que lo haga, vengo por el libro- le dijo poniéndose de pie.
- Lo siento no se de…-
- Si lo sabe, es urgente, ese libro es una maldición, pero hallé la forma de destruirlo y esta tal vez sea mi única oportunidad -
Metió la mano a su bolsa y entregó el libro.