LA PURGA || KOOKMIN ||

Prólogo

Jungkook iba corriendo de la mano de su amado novio, la sujetaba con fuerza ya que si lo Soltaba aunque sea un milímetro, era hombre muerto.

Porque atrás de ellos les seguían un gran grupo de personas con armas, era una familia que había hecho el mismo trato que ellos dos, cuidarse hasta que sean los últimos sobrevivientes y luego ver quien era el convenador después de una batalla.

La pareja logró liberarse de aquella multitud, se refugiaron en una casa abandonada y ahí pudo Jeon vendar con tranquilidad la pierna de Jimin.

Pues este al querrerle robar comida a esa familia, una de esas personas le había clavado un cuchillo.

— Te dije que fueras cuidadoso. —

Habló Jeon mientras curaba su herida, mientras que Jimin mordía la mochila que había llebado en la espalda para no gritar y dieran con su paradero.

Una vez el pelinegro acabó de curar su herida, se sentó al frente de este mirándolo con amor, aunque aveces su novio fuera alguien descuidado así lo amaba, amaba cada cosa de él.

— ¿Mejor, amor? —

El peli castaño asintió haciendo un leve puchero que fue besado por su pareja, provocando que este se sonrojara.

— Llegue a quitarles algo de comida, en lo que tu matabas algunas personas. —

Le Sonreí Jimin orgulloso de su asaña y de su mochila pesada, sacó panes, frutas, botellas de aguas y uno que otro dulce.

Jeon al ver todo aquello sonrió e infló su pecho de orgullo, su novio sin ninguna duda era el mejor.

— Bien hecho, cariño. —

Revolvió los cabellos del castaño y este le sonrió con los ojos cerrados, amaba tanto hacer sentir orgulloso a su novio, y no ser un estorbo o la cara bonita de la pareja.

— Dejaré esto en la cocina. —

Dijo Jimin a punto de ponerse de pie, pero Jeon hizo que se volviera a sentar en el piso de madera algo dañado pues al parecer hubo una masacre en esa casa.

— No, bebé... Debemos ponerlo en nuestras mochilas, que tal si alguien entra y nos roba, eso no lo voy a permitir. —

Jimin asintió sin decir nada y comenzaron a repartir los víveres en las mochilas para que ambas tuvieran más o menos el mismo peso.

Cuando terminaron, Jeon cargo a su novio como una novia y subió las escaleras teniendo cuidado con algunos agujeros.

Al llegar al segundo piso entró a la primera habitación que vio, acostó a su pequeño novio en la cama.

— Hoy pasaremos la noche aquí... Luego tenemos huir a Seúl, allá la batalla será más dura que acá en Busan, pero se podremos lograrlo. —

Bese la frente de su novio antes de acostarse a su costado, una vez lo hizo Jimin de giro para verlo.

— Espero ganemos... No quiero que mueras en manos de otras personas. —

Llevo una de sus pequeñas manos a la mejilla de Kook acariciandola.

— Ni yo quiero que mueras... Solo nosotros podemos matarnos. —