Hyukjae lo amaba, pero su amor no llegaba a Donghae.
Sus sentimientos eran como un torbellino encerrado dentro de una botella de vidrio. Tan fuerte, tan avasallante, pero confinados al fin y al cabo al encierro de tener que contenerse.
Sus sentimientos no llegaban a él, sin embargo, sus ojos siempre viajaban hacia Donghae cuando éste aparecía, captando su atención hasta que nada existía más allá de Donghae.
Hyukjae lo miraba cuando Donghae veía en otra dirección, cuando Donghae se perdía en otra persona... Hyukjae le observaba en silencio mientras el torbellino dentro suyo se agitaba con mayor fuerza.
Una lágrima caía. Sus labios susurraban mientras las palabras que deseaban ser escuchadas se perdían en un mundo ruidoso.
El amor es hermoso cuando se devuelve con la misma intensidad. El amor de Hyukjae no había encontrado un sendero hacia el otro corazón, pero el corazón de Donghae sí había encontrado un sendero hacia el amor.
Un sollozo en la distancia. Una sonrisa triste. La botella de vidrio se rompió en millones de pedazos y el torbellino en Hyukjae se liberó, alcanzando el cielo, disipándose en el océano y los mares.
Hyukjae fue libre de la pasión de su amor contenido, pero su corazón quedó con un vacío que nadie jamás llenó.
