Capítulo 40. Decepción.

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Sin corregir.

Narra Morgan

Me encontraba en shock. No sabía qué pensar de todo lo que estaba pasando. Es como si realmente no estuviese allí presente viendo como Chase se comportaba como alguien que no era. O tal vez siempre lo fue y yo nunca quise verlo. Jamás en la vida imaginé que él podría llegar a herirme siquiera verbalmente, ni siquiera en nuestras peores discusiones él me había levantado la voz como lo hacía en ese momento.  Esto era otra cosa.

No podía creer lo que estaba viviendo.

Chase me empujó dentro del auto con fuerza, sin siquiera importarle que me golpeé con el borde de la puerta.

—No puedo creerlo, Morgan. Lo esperaba de cualquier puta con la que estuve antes ¿Pero de ti?

—¿Disculpa? ¿Quién mierda te crees que eres para tratarme así? ¿Estás demente?

—No me grites. —aceleró.

—Gritaré todo lo que quiera. No puedes aparecer de la nada y golpear a Mason.

—Claro que puedo. Y lo haré las veces que sea necesario. —dobló en una curva sin soltar el acelerador. Grité del susto.

—¿¡Qué está mal contigo!? —golpeé su hombro con fuerza. Esto se estaba saliendo de control.

—Cállate.

—¡No voy a callarme!

—¡Deja de golpearme!

Y entonces pasó.

Su mano golpeó mi mejilla dejándome adolorida y desconcertada. Pero mucho más decepcionada.

Quedé totalmente congelada arrinconándome en el asiento. Con una mezcla de sentimientos encontrados que me gritaban que Chase no estaba bien, para nada bien. Que debía alejarme. Pero aún seguía sin poder creerlo, no quería creerlo.

El interior del auto quedó en silencio, yo sin poder quitar la mirada de el temiendo alguna nueva reacción y él  sin dejar de conducir. De la nada sus ojos me miraron sin quitar su ceño fruncido y los vi más rojos, ojerosos y caídos de lo normal. Mi corazón se detuvo.

Estaba drogado.

—No me mires así.  —su voz sonó dura. Sin una pizca de arrepentimiento en ella de lo que acaba de hacer conmigo.  —¿Ahora es mi culpa?

No respondí.

—¡Habla!

—Me golpeaste. —encontré mi voz.

—Lo merecías.

Un nudo se formó en mi garganta. No, no. No podía creerlo. Es como si fuese otra persona o mi mente se negaba a creer que este tipo que estaba maltratándome era el mismo que había conocido hace dos años y el que decía estar tan enamorado de mí.

—Detén el auto, por favor. Quiero ir a casa.

Murmuré muy suavemente aunque me tembló un poco al hablar por más que intentaba ocultar el miedo que de repente me daba estar con Chase. El nudo lo sentía como si quemara mi garganta. Quería llorar.

—No te preocupes, ahí es donde te llevo. —soltó con voz dura. —Y es ahí dónde debías estar.

Una lágrima se escapó.

—Tú no puedes mandarme.

—No, no debería. Pero parece que contigo es necesario. Me descuido dos segundos y ya estás detrás de ese hijo de puta como una maldita z...

—No le digas así.

Me miró con incredulidad y una sonrisa falsa.

—¿Qué no le diga así? —rio. —Eres una cualquiera, aún no puedo creer que estés detrás de ese idiota.

Me enfureció que hablara de Mason cuando él era el perfecto ejemplo de todos esos adjetivos que decía en su contra y no contuve lo que dije.

—Al menos no es un adicto imbécil como...

Un golpe.

Lloré con mas fuerza sintiendo mi piel arder.

—¿¡Qué dijiste!? —sollocé sin responderle. Ahora sí que estaba más que aterrada.

Adolorida, triste, con miedo. Sentía demasiadas cosas. Sólo quería ir con papá. No quería estar allí. Quería irme.

—¡Ya deja de llorar!

Intenté. Juro que intenté parar mi llanto pero no podía dejar de sollozar. Se sentía horrible.

Dobló bruscamente hacia otra calle sin dejar de pisar el acelerador. Íbamos demasiado rápido y teniendo en cuenta que estaba alterado y drogado no tenía demasiadas esperanzas a salir bien de esta.

Hasta que mi mente se iluminó cuando paramos en un semáforo. Me sorprendió siquiera que los tuviera en cuenta y yo no lo había notado. Tampoco había dado con qué estábamos no tan lejos de la casa de Mason. Me sorprendí por un momento aunque no entendí demasiado. Quizás estuvo manejando en círculos. No lo sé. No lo pensé demasiado porque una idea de la nada apareció por mi cabeza.

Era demasiado arriesgado pero debía salir de allí lo antes posible. Ya no sabía qué pensar de Chase, ya no sabía de qué era capaz.

Miré a su dirección sintiendo mi corazón latir a mil, pensando en qué pasaría si mi reciente plan saliera mal. Qué haría conmigo. Metí mi mano al bolsillo de mi pantalones, confirmando que mi móvil estuviera ahí. Respiré suavemente al sentirlo.

Llevé mis ojos hacia la puerta y casi que grito de la felicidad y el alivio cuando vi que no tenían seguro.

Okay, era momento.

Mis ojos fueron hasta el cronómetro del semáforo, faltaban sólo diez segundos para que las luces rojas cambiarán a verde y perdiera mi oportunidad de poder escapar. No era mucho tiempo el que tenía pero que la puerta estuviese abierta y que yo no llevara el cinturón de seguridad me daba demasiados puntos a favor.

Era ahora o nunca.

Lo miré otra vez, con su ceño fruncido, sus ojos irritados y acuosos y sus labios en una fina línea, mirando fijamente el semáforo perdido en su mente.

Ya.

A velocidad de rayo abrí  la puerta y salí del auto. El aire estaba fresco y yo sólo llevaba mi blusa ya que ni abrigo había quedado en casa de Mason

Mason.

Comencé a correr escuchando sus gritos desde el auto pero no me importó, yo seguí corriendo sin dirección. Sabía dónde estaba pero si quería volver dónde los demás tenía que volver por el camino de Chase y no estaba en mis opciones. Eché una rápida mirada a mi alrededor buscando alguna tienda que estuviese abierto y poder entrar allí, con la idea de que si entraba podía pedir ayuda y Chase no se atrevería a maltratarme enfrente de otros. Pero nada.

No había ni un maldito gato en la calle desierta.

Saqué mi teléfono de mi bolsillo y sin dejar de mover mis pies y busqué el contacto de Mason y le marqué lo llevé a mi oreja esperando pero entonces sentí que alguien se lanzó sobre mí haciéndome caer.

Grité al sentir mi pie doblarse.

—¿¡A dónde ibas!? ¡Seguro que ibas detrás de ese idiota! ¡Tu noviecito! —sus piernas se cerraron a ambos lados de las mías para mantenerme inmóvil. Sus manos me sostenían de las muñecas con fuerza lanzando mi teléfono por algún lugar de la acera. Ahora sí estaba perdida.

Por favor, déjame ir. Quiero irme de aquí.

—¿Piensas que soy estúpido o imbécil y que no sabía que estabas... —me tomó por el cabello poniéndome de pie. Grité de dolor. —... con él? Deberías estar en tu casa donde te dejé hace un par de horas. ¿Por qué no me hiciste caso? ¿¡Por qué?! —tirando de mi cabello me empujó de vuelta en dirección a su auto pero no pude dar un solo paso que caí al suelo.  No podía caminar mi tobillo dolía como la mierda.

—¡Levántate!

—No puedo.

Dije con un hilo de voz. El nudo apretaba mis cuerdas vocales dejándome casi sin habla. No podía dejar de llorar y eso parecía hacerlo enfurecer aún más.

—¡Ya deja de llorar, maldita sea!

No puedo, te juro que no puedo.

Y me odiaba. Tenía años en práctica de defensa personal y boxeo. Podía dejarlo noqueado si quería pero en mis condiciones no podía siquiera ponerme de pie. Y estaba aterrada. Nunca antes había sentido este miedo de hasta poder decir una sola palabra. De hacerlo enfurecer provocándole aún más cólera que lo descargaría nada más que conmigo aún sin haberle hecho nada. Y allí estaba, tirada en el suelo siendo consciente de lo que estaba siendo el peor momento de mi vida. Y sin tener idea cómo terminaría.

Desgraciadamente mi caso no era el primero en el mundo y tampoco el más trágico. Y tenía miedo porque ya no tenía esperanzas a salir de esta al menos con mi conciencia sin ninguna tormenta. También saber que no podía hacer nada para evitarlo, estaba totalmente indefensa y sin fe que, ya que yo no podía, alguien me salvara.

O si en algún momento Chase entraría en razón... pero ya no confiaba en él. Nunca más.

—¿Ves lo que provocas? ¡Yo no quería hacerte esto pero tú te lo buscaste! —escondía mi rostro entre mis manos quitándole rastro de mis lágrimas por más que éstas aún siguieran cayendo sin parar. —Si sólo me hubieras hecho caso nada de esto ocurriría. ¿Entiendes? ¿¡Entendiste!?

Asentí con mi cabeza.

—Ya sabes para la próxima vez.

¿Habría próxima vez?

—Ahora levántate. Anda.

—Te dije que no podía hacerlo.

No debí decirle eso.

Me tomó por el cabello otra vez.

—¿¡Te das cuenta que eres una inútil?!

—¡Ah! ¡Me lastimas! —grité en un sollozo.

—¡Camina! —intenté dar un paso pero fue inútil. —¿¡Es que acaso no sabes caminar!?

—Me duele.

—Me importa una mierda. Camina.

—¡Chase, te juro que no puedo hacerlo! —grité con lágrimas en mis ojos.

—¡No me grites!

Entonces como otro golpe que mi cuerpo no pudo resistir haciéndome caer al piso. Sentí que me perdí por unos segundos, mi cabeza había dado de lleno con la acera desorientándome por un momento. No sentía dolor sin embargo, de repente había dejado de sentir mi cuerpo, de escuchar a mi alrededor. No  sentía nada. Sólo algo que escurría por mi frente que al volver un poco a la normalidad supe que era sangre.

—Esto es tan triste. Jamás creí esto de ti, Morgan. Mi novia. Jamás esperaba esto de ti, sinceramente. Creí que serías más inteligente que las demás zorras con las que  estuve. Debí hacerle caso a Hanna.

Mi sentidos se pusieron en alerta cuando escucharon ese nombre. Despegué lentamente mi cabeza del suelo, sintiéndola palpitar.

—Muchas veces me advirtió de ti y el idiota de tu supuesto primo. ¿Tú en  verdad creíste que me había tragado la historia de que ustedes eran parientes?

Si risa sonó tan macabra que me puso la piel de gallina.

—¿Por qué lo hiciste, Moh? —se acercó a mí. Demasiado. —¿Para que yo no notara que quién te hacía estás marquitas de putita era él?

Si dedo tocó justo donde Mason había hecho una marca.

—¿Acaso tengo cara de idiota?

—No sólo la cara.

Mi corazón latió con fuerza cuando mis ojos escucharon la voz de Mason detrás de él. Chase volteó con rapidez pero segundos más tarde se encontraba tirado en el suelo por el golpe inesperado que había recibido.

Mason no perdió tiempo y sin quitar su vista de Chase me ayudó a ponerme de pie. Pero para nuestra mala suerte Chase se recuperó del golpe en menos tiempo de lo que esperaba.

—Mira a quién tenemos aquí.

—Morgan, vete.

—Déjala que se quede y vea como su noviecito da vergüenza haciéndose el héroe.

—Bien que prefirió a este idiota antes que a un drogadicto fracasado.

—Mason, cállate.

—No sabes cuántas veces quise partirte la cara. —murmuró Chase con furia.

—Ven y hazlo. —lo retó caminando hasta él dando largas zancadas. —¿Crees que podrás? ¡Mírate! —comenzó a empujarlo con brusquedad haciéndolo tambalear. —Estás tan lleno de mierda que apenas puedes mantenerte de pie.

—¡Suéltame! —ahogué un gritó cuando Chase hizo el amague de golpearlo pero Mason puso esquivarlo con rapidez.

—¡Maldito hijo de puta! —abrí mis ojos de más cuando le dio un buen derechazo que lo  dejó en el suelo. —¡Eres una mierda! ¡No te quiero cerca de  ella! ¡Nunca mas!

—¡Mason, Detente!

Entré en pánico cuando vi que el rostro de Chase estaba con mucha sangre y abría la boca para tomar bocanadas de aire cuando Mason pateo en su torso.

—Mason, por favor. ¡Vas a matarlo!

Pero no me escuchaba. Estaba como en un transe sin dejar de golpearlo. Y eso me asustó demasiado. Chase no podía defenderse y Mason parecía querer acabar con él  y eso era algo grave muy grave.

—¡Mason! —grité con voz rasposa por el llanto. Su rostro estaba rojo y su respiración era irregular. —Por favor, ya sácame de aquí.

Vino hasta donde estaba y sin preguntar y esperar demasiado me tomó en brazos llevándose hasta su auto que estaba a un par de metros de nosotros.

Aún no podía creer que estaba con él, que hubiese aquí por mí. Estaba a salvo y todo gracias a Mason.

—Ya. No llores. Tranquila, estás conmigo. —Murmuró a mi oído.

Sentí un poco de paz.

***

Capítulo corto narrado por Morgan pero necesario. Sinceramente me costó demasiado escribirlo. Borraba, escribía, borraba, escribía. Y así estuve mucho tiempo. Admito que no sigo del todo conforme pero debía publicar ya.

Ustedes qué piensan? Les leo

Y ahora dejando de lado el ambiente  triste voy a dar las buenas noticias.

QUEDAN SÓLO 3 CAPÍTULOS PARA TERMINAR CON UN PLAN DESASTROSO

Ehh, no se la esperaban a esa. Pues sí, a esta historia ya no le queda tanto. Cómo creen que va a acabar todo esto?

Ah, y otra cosa, me apareció que esta historia podía ser partícipe de los Wattys so... ahora estamos participando jeje

Nos leemos pronto❤

Publicado: 1/08/2019 ; 15:18 Argentina













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