.

437 28 6
                                    

Te quería ver, te quería ver desde el momento en el que mi avión despegó o incluso antes, quizás cuando en el aeropuerto caí en la cuenta de que tu vida a partir de ahora sólo se conectaría con la mía mediante llamadas de teléfono y un chequeo mensual para saber si seguíamos vivas. Porque ya me conoces...soy un desastre en mantener el contacto, y no es que no tuviera interés en tí, todo lo contrario, sino que simplemente soy una nostálgica y hablarte de más habría sido lo más parecido a vivir en el remordimiento de todo aquello que descubrí en nuestro último abrazo, en ese "te quiero" susurrado que después me daría cuenta del peso que verdaderamente le estaba dando mi subconsciente. ¿Tú también lo sentías?
Eso ya no importa, supongo. Llevo dos años sin verte y después del primero supe que lo de hablarte una vez al mes me mataría más que la nostalgia, así que empezamos a hablar todos los días, como cuando compartíamos pipas y banco, como cuando realmente compartíamos una vida, aunque nunca llegase a nada romántico. Estaba feliz, pletórica de volver a aquello, aunque te echara más de menos, -cuánta contradicción en una sola oración- pero la realidad me dió una hostia tremenda: te echaste novia.
Que sí, que yo me liaba con gente de vez en cuando, quizás con la esperanza de no pensar en ti o de autoconvencerme de que no estaba enamorada, pero cuando se volvía serio salía pitando, cosa que nunca habría hecho contigo -lo sabes-. Pero tú empezaste a salir con Carla y de verdad que sería feliz por tí si no fuera porque es ella...
Ella no te coge de la mano en la calle, como si se avergonzara de decir que comparte vida contigo y de que tú apareces en sus sueños -porque seamos sinceros, quién no te sueña, yo lo hago todo el rato-, no te besa con dulzura, no te recorre los lunares -cuando yo ya me los había memorizado-, no quiere hablarte de futuro, ni quedar un fin de semana porque prefiere salir a emborracharse que ver una peli Disney contigo... No sé, igual es que yo te amo demasiado y todo me parece insuficiente para tí. ¿Pero sabes? Tampoco te veo feliz, tú me lo has dicho, me has dicho que hace mucho tiempo que no te ríes de verdad o que sólo lo haces cuando hablas conmigo y que en la calle te miran raro por andar destornillándote mirando el teléfono. Da igual, qué sabrán ellos.
Y ahora estoy parada delante de las puertas del aeropuerto, a escasos metros de verte, lejos del sensor de movimiento que abre la puerta automática por miedo a que tú también tengas ese imán que tengo yo y que sólo me permite verte a tí entre la maraña de gente. Sé valiente, me repito. 1, 2, 3... varias veces, pero es un hombre que camina despreocupado el que hace que el sensor se active, así que cruzo la puerta, lo sabía, nuestros ojos siguen siendo imanes, sales corriendo hacia mí y me alzas en el aire mientras me respiras tan fuerte como yo a tí.
- Hola -me dices tímida mientras tomas mis manos.
- Hola -te sonrío de vuelta.

Emprendemos el camino al coche en silencio, pero no es un silencio desagradable, todo lo contrario, es un silencio cómodo, es un silencio que nos ayuda a asimilar que tu mano agarra la mía como hace dos años, aunque esta vez mi corazón sepa que la razón de su arritmia eres tú.
- ¿Dónde quieres ir?- me dices mientras te colocas las gafas de sol, estás muy guapa, seguro que lo sabes
- No sé, la verdad es que mis padres y mi hermana siguen en Elche y la Mari me ha invitado a su piso pero no llega hasta dentro de una hora.
- ¿Te gustaría venir a mi piso? Es más pequeño que el que tenía antes pero me las apaño- me dices con una sonrisa
- ¿No le molestará a Carla? -sé que a ella no le gustaba que fuéramos amigas, de vez en cuando me hablaba diciéndome que te dejara en paz, lo siento, pero es que te quiero demasiado como para dejarte del todo.
- Ya...bueno...es que... ya no estamos saliendo. Tenías razón, ella... A ver, que no es que yo sea nada del otro mundo- joder Nat, no, no eres del otro mundo, eres de otra galaxia- pero tampoco me merecía que me escondiera. ¿Sabes? Nunca te lo dije pero un día me enteré de que ni sus amigos ni su familia sabían nada de mí.
- No te merecía, si yo fuera ella...- y me paro en seco, me paro en seco porque he estado a punto de decirte que si fuera ella caminaría contigo de la mano por todas partes, te besaría en cada esquina y mi familia sería la tuya. Entonces me pongo nerviosa- digo... que si tuviera una persona con tus valores, tus chistes malos, aunque esos sí que den un poco de vergüenza -bromeo para aligerar el ambiente- y tu carita -toco tu nariz haciendo que tú la muevas- gritaría a los cuatro vientos que comparte su vida conmigo.
- Gracias-me respondes roja y yo muero un poco más de amor, no has cambiado Nat, sigues siendo la misma niña tímida.
- ¿Qué te parece si elijo yo el destino?
- Perfecto- sonrío, y ahora sí, noto que la sonrisa que me devuelves es de verdad.
___________

¿Qué es Londres sin tí?- albalia one shot-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora