Volvamos a ver esas llamas (One Shot)

Días grises

No sé si hoy es un bonito día para volver a verte.

El cielo está demasiado hermoso así, lleno de nubes negras como el color natural de tu pelo. Se me había olvidado ese color por culpa de todos esos tintes que te gustaba echarte. Para qué mentirte, nunca lo olvidaría.

Está lloviendo y te reflejas en cada gota de agua que lucha por mantenerse en el cristal. Te reflejas en la luna cubierta, todas las noches.

No puedo engañarte, también todos los días.

Hoy es un buen día, lo es. Lo se.

Esta mañana te besé antes de abrir los ojos en los labios de Taehyung.

Ya lo había hecho muchas veces.

Al igual que anoche.

Te deshiciste entre mis manos, mis blancas manos que tanto te gustaban.

También le gustan a él. Me lo dijo entre gemidos y ahí me di cuenta que no eras tú.

Con más fuerza, mis manos apretaron su cuello y su boca entre abierta mendigaba cada vez más aire.

Me gusta mucho este chico, no lo voy a negar. Taehyung se porta muy bien.

Mientras mis manos ardían mi cuerpo se fusionaba con el suyo y cuando cerraba los ojos, lo hacía con el tuyo.

Me encantaba el sonido de tu risa cuando explotabas contra mi cuerpo.

Tae también sonríe, de una forma diferente. Es muy guapo.

Anoche dijo por segunda vez su palabra de seguridad. ¿Recuerdas la nuestra?

Sentí que por un momento perdí el control, no le hice caso.

Mi cuerpo estaba con él pero mi alma estaba haciéndote el amor tan fuerte que querías mantenerla fuera de mi cuerpo todo el tiempo del mundo.

Tae se puso nervioso, yo también.

Paré cuando vi sus lágrimas correr por toda su preciosa cara, mojando mis manos en su cuello. Había llegado hace tiempo y no me percaté, solo buscaba liberarme y sentir ese placer que tú me dabas cuando estabas bajo mi piel.

Eras tan hermoso.

Aún sigo buscando unos labios que se asemejen un mínimo a los tuyos. No los encuentro, te los llevaste.

Mi tesoro más preciado.
No te lo perdono.

Taehyung tiene también unos labios bonitos, ¿sabes que tiene un lunar en su labio inferior? Y otro en la puntita de la nariz.

Y otro en el párpado inferior.

Es tan precioso que a veces pienso que no es real.

Cuando paré no pude mirarle a los ojos, pero sí a sus tres lunares.

No se enfadó conmigo, sabía que hoy era un día bonito para no enfadarse. Me abrazó a pesar de que le dejé marcas en su cuello.

A pesar de que el que lloraba era él.

Me abrazó y sentí ese calor que tú me dabas.

Le quiero. Le quiero mucho, muchísimo.

Me levanté de encima de él y fui a por crema para sus rojeces. No quería que le quedara ni una marca de mi estupidez.

Su piel es tan suave. Me dijo que le gustaba la blancura de la mía y cómo se podían ver mis venitas verdes marcadas a través de ella.

Dejó de llorar cuando le envolví entre mis brazos después.