uno podría creer que alguien demasiado curioso y preguntón es un fastidio, pero harry era la acepción. él simplemente es era ameno, deleitable con cada pregunta, cada palabra que saliera de sus labios rosados. y para louis lo era.
harry es curioso, ama y adora hacer preguntas de cualquier cosa que no tenga bien esclarecida o un tema que en particular, amará querer saber ¿qué es? ¿por qué? ¿cómo?, etc. siempre fue un fetiche en harry hacerlo para estar más seguro y no quedarse con ninguna duda. louis, siempre estaba allí dispuesto a responder y espetar cualquier pregunta que el pequeño frijol le hiciera, esa era la forma en la que louis amaba adjetivar a harry: su pequeño frijol curioso.
harry podría buscar por internet tranquilamente cada aprensión que se le presentase, pero, google no era lo suyo. era demasiado perezoso e indolente para el rizado ir hasta su computadora y teclear algo en internet ¿para qué hacerlo? si tenía a louis para eso. siempre supo que louis estaría allí para él en todo momento, instante, no importa la situación. louis siempre estaba dispuesto a echar a un lado lo que está haciendo para poner atención a su frijol. incluso dejaría todos sus planes con tal de ayudarlo, escucharlo, consolarlo; porque nunca lo abandonaría, no sería apto ni capaz de hacer semejante acción. nunca se lo perdonaría si así fuera. sabía cuánto harry temía quedarse solo y desamparado. se prometió a sí mismo cuidarlo de este mundo cruel.
harry lo sabía.
eran las nueve de la mañana y harry tuvo la dicha de ir a visitar a louis. hace dos meses que ya no lo hacía porque los estudios lo mantenían ocupado por los días de exámenes. recorría el vecindario llendo por las veredas, viendo las casas conjuntas que tenían un aspecto veraniego, elegantes, que hacían evocar inmediatamente las novelas victorianas con tardes de té.
"hey lou", habló el rizado"
"pequeño frijol!", habló louis sacando la mirada de su móvil ahora poniendo suma atención en harry, levantándose de su silla y llendo hacía él "¿qué haces por acá? tanto tiempo sin vernos ¡cómo extrañé ver esa hermosa carita de frijol!"
harry se sonrojó y sonrió.
"yo también te extrañé lou lou", dijo el rizado llendo a abrazar a louis y este recibiendolo con entusiasmo en sus brazos.
"¿vienés de visita? pasa por favor", dice louis y el menor avanza con él hasta entrar a la casa.
"ya extrañaba estar en tu linda choza lou", dice el rizado entre risas "¡tengo muchas cosas que decir!" habla en estruendo y al mismo tiempo pegando un salto de emoción.
"parece que así es mi pequeño frijol ¿por qué no te he visto los últimos dos meses?" pregunta louis disyuntivo.
harry absorto anteriormente voltea a ver a louis de nuevo ya que previamente estaba admirando los cuadros elegantes de la casa. la casa de louis era muy grande, elegante y espaciosa; en ella había una enorme alfombra bordo que cubría gran parte de la sala principal en la que había un voluminoso sofá color marrón adornado con cuadrados azules aleatorios, a los costados había mesitas que llevaban floreros, cuadros vetustos adornando las paredes a los alrededores y en las ventanas tenía unas elegantes cortinas color carmesí, pero simples a la vez.
"verás lou, he estado muy ocupado con los estudios estos últimos meses, por los exámenes de matemática e introducción a la física, y adivina qué? los aprobé! me siento genial.", recitó un contento rizado con sus esmeraldas brillantes. "aproveché este gran momento para venir a visitarte y contártelo y ¡oh! tengo una nueva pregunta".
eso último salió entrecortadamente de sus labios y una primera señal de alarma cruzó brevísima por sus ojos.
"¿sucede algo pequeño frijol?" miró expectante.
