Al final, El amor siempre gana (Ragoney)

CAPÍTULO 6: Primer Beso

Raoul y Agoney tenían claro una cosa y es que, cada uno pensó en que se iban a dar una oportunidad con el otro o por lo menos a intentarlo.

El resto de la semana se pasó en quedadas de los dos y en qué cada vez estaban más a gusto juntos; fueron al parque con Valentina una tarde como le prometieron, otro día volvieron los dos solos a la playa... No se besaron porque no se dió el momento no porque ambos no tuvieran ganas. Parecían quinceañeros enamorados con tanta vergüenza pero es que Raoul después de lo que le pasó no ha podido estar con nadie y prefiere ir despacio a ir deprisa y que todo salga mal. Agoney, sin embargo, se moría de ganas de darle un beso y aunque tuvo varias oportunidades no se lo dió porque prefería esperar a que el rubio estuviera preparado ya que el siempre iba a ir al ritmo del rubio, se lo prometió a sí mismo y lo iba a cumplir aunque eso supusiese ir en contra de sus sentimientos. Se habían dado muchos besos pero ninguno en la boca, suponían que esperarían a que se diese la ocasión y fuera especial.
Hasta que llegó el día. Se iban a ir a la cabaña de Agoney el viernes por la tarde cuando Agoney saliera de trabajar y volverían el domingo.
Iban a ir en el coche de Agoney porque iban a llevar todas las cosas necesarias ahí y además iba Valentina.
Ese mismo día por la mañana intercambiaron una serie de mensajes sobre la hora en la que Raoul tenía que estar en la casa de Agoney para irse.
Agoney le encargó a Miriam que se ocupara de meter en el maletero todo lo necesario para pasar un fin de semana en la cabaña del campo y después le dió el fin de semana libre.
Raoul comió con Ricky para decirle el plan que tenía con Agoney y Ricky cómo no podía ser de otra manera se alegró internamente por los dos porque desde primera hora estaba seguro de que sus dos amigos iban a congeniar muy bien. Esperaba que fueran felices porque ambos se lo merecían.

Raoul no tuvo ningún problema en llegar a la casa de Agoney ya que tras las varias quedadas de esa semana, sabía perfectamente dónde estaba.
Agoney no le dejó llevarse nada con la excusa de "Te he invitado yo ¿no? Pues entonces no hay más que hablar del tema".
Raoul por primera vez estaba feliz, se sentía muy a gusto con Agoney y se llevaba súper bien con su hija Valentina. Cómo no le dejó llevar nada pues le compró un regalo a su hija.
Raoul llegó a casa de Agoney antes que éste por lo que le abrió la puerta Miriam.
-Hola Miriam, ¿Cómo estás?
-Hola Raoul, Agoney no ha llegado todavía pero Valentina está en su cuarto, ¿Quieres que la llame?
-¿Puedo ir a llamarla yo y le doy la sorpresa?
-Claro, sube, es el segundo cuarto a la derecha
-Gracias

Agoney estaba deseando de que llegara la hora de su último cliente para ir corriendo a su casa a esperar a Raoul porque tenía muchisimas ganas de verlo y de abrazarlo. Agoney tenía claro que se estaba enamorando de ese rubio chiquito de ojos miel, no tenía dudas. Esperaba que en el fin de semana en la cabaña, Raoul lo pasara bien y que pasaran cosas bonitas.

Cuando por fin acabó con su último cliente, se despidió de Aitana y salió rápido para su casa; Raoul le había mandado un mensaje y le había dicho que ya estaba en su casa, que estaba esperándolo con Valentina.

Agoney condujo hasta su casa y cuándo llegó, aparcó el coche en la cochera y subió las escaleras sin saludar siquiera a Miriam, ya la saludaría después.
Abrió la puerta del cuarto de su hija y los encontró hablando, no los quiso interrumpir y se quedó escuchando apoyado en la puerta.

Narra Raoul

Cuando subí las escaleras, toqué en la puerta que me dijo Miriam y me contestó Valentina con un adelante

-Holaaa Raoul- se levantó del suelo donde estaba jugando con sus peluches y corrió a abrazarlo-

-Holaa mi niña, ¿cómo estás?- dije abrazándola fuerte dejando el regalo que le traje en el suelo-