A Nick lo embargo una felicidad inimaginable. Él se quitó su camiseta, pasándola sobre su cabeza.
¡Oh, cielo querido!
Gretel no pudo respirar cuando tuvo la primera visión de su pecho desnudo. Ella sabía que él tenía un cuerpo grandioso, pero esto...
Esto excedía cualquiera de sus sueños. Sus amplios hombros se afilaban en un estómago del tipo tabla de lavar que podría servir de lavandería para una nación entera. Olvídate de los seis paquetes, este hombre tenía ocho, y todos se ondulaban cada vez que respiraba.
Todo su torso estaba ligeramente cubierto por pelo, haciéndolo parecer hasta más masculino y crudo.
Había varias profundas cicatrices que se curvaban sobre su hombro izquierdo y bíceps, y una que se parecía extrañamente a la mordedura de alguna clase de animal.
Todo lo que ella pudo hacer fue no babear.
O desmayarse.
En serio, ninguna simple mujer mortal debería estar en presencia de alguien tan impresionante y no necesitar oxígeno.Él abrió el botón de sus vaqueros, luego la empujó otra vez a sus brazos.
—No tengas miedo —susurró él—. Seré suave.Él se estiró y le bajó el pelo, acomodándolo sobre sus hombros. Hundiendo sus manos en él, atrajo los labios de ella hacia los suyos para así poder devastar su boca otra vez.
Ella gimió dichosa. Nick ciertamente sabía cómo usar su lengua para su
provecho.
Ella podría haberlo besado todo el día.
Gretel arrastró sus manos sobre los magros músculos de su pecho, asombrada por lo bien que se sentían. Ella golpeó suavemente las yemas de sus dedos sobre y alrededor de los endurecidos pezones masculinos, encantada con el profundo
gemido que él emitió.
Él se movió para desabotonar su suéter y subirle la blusa por su cabeza, pero se desesperó y la desvistió con magia, sólo estaba en ropa interior. Sonrió.El lucía esa caliente, hambrienta mirada mientras la miraba fijamente su cuerpo.
Nick nunca había estado más inseguro de sí mismo de lo que estaba en este momento. Él ahuecó su cara en sus manos y la besó con cuidado, con miedo de hacerle daño. Desde que había alcanzado la pubertad, él había oído historias de pantera que habían matado a compañeras accidentalmente mientras se
apareaban con ellas.
Con cuidado, él presionó la espalda de ella contra la pared para poder sentir cada centímetro de sus exuberantes curvas contra su dureza. El olor de su perfume y su piel lo embriagó. Él mordisqueó un camino desde su delicada boca, bajando
por su mandíbula, mientras desenganchaba su sostén. Oyó su aguda inspiración cuando sus pechos fueron liberados.
Ellos eran una exuberante recompensa. Pálidos e hinchados, desbordaban de sus manos. Él nunca había visto nada más hermoso. Ella enlazó sus manos en su
pelo mientras él bajaba su cabeza para chuparlos.
Cerrando sus ojos, él gimió de placer mientras arrastraba su lengua alrededor de su fruncido pezón.
Él no había tocado a una hembra en casi un año, todo un record para él, porque ni siquiera con Esmeralda había tenido algo como ahora, nadie le llamaba la atención.
Por no mencionar que los recuerdos de Gretel, de la vez que la había visto en el club, lo habían atormentado. Fantasías de medianoche de él tomándola en cada posición conocida. De él explorando cada centímetro de su suculento cuerpo.
Él había pasado horas maldiciéndose por dejar que Ayel se la llevara temprano.
Pero ahora, mientras Nick sostenía a Gretel en sus brazos y sentía su cuerpo suave, tierno contra el suyo, él sentía un extraño sentido de consuelo que lo había eludido todos estos meses pasados.Gretel no podía pensar claramente mientras ella miraba a Nick saboreando sus pechos. Él se veía como si estuviera probando la divinidad. Su cuerpo ardía en
suntuoso deseo. Él era espectacular.
Sus ojos estaban encapotados y oscuros. Ella miró fijamente su espalda en el espejo y se preguntó por las cicatrices que estropeaban su carne lisa, bronceada.
Tocó los bordes de ellas mientras él se movía de su pecho derecho al izquierdo.
¿Qué le había pasado para causarle tantas cicatrices? Ella nunca había visto nada como eso. Algunas cicatrices eran obviamente señales de garras y mordeduras
que parecían haber sido provocadas por alguna pelea. Ella no conocía mucho de él pero sabía que había tenido un pasado difícil.
Bajaba de su omóplato, hasta la parte superior de su brazo.
Había algo tan mortífero sobre él y sin embargo la sostenía de una forma tan
tierna. Él pasó su mano bajando por su estómago, dejando un rastro ardiente sobre su piel.
Con los ojos entreabiertos, ella lo vio mientras introducía su bronceada mano bajo el elástico de su negra braga y la tocaba íntimamente.
Gretel gimió ante la sensación de sus largos, estrechos dedos separando los
sensibles pliegues de su cuerpo para que él pudiera acariciarla. Al ver su mano jugando allí, mientras él con cuidado hundía sus dedos profundamente dentro de
ella.
Ella gimió al verlo y sentirlo.
Ella debería estar avergonzada pero no lo estaba. Ni siquiera se sentía tímida. Si acaso, se sentía extrañamente poderosa por ello.
Un hombre como este tan hambriento de ella.
Era inimaginable.
Nick besó su camino hacia su estómago. Moviendo su mano, él en realidad le quitó su ropa interior con sus dientes. Le sacó las sandalias, tomándose un tiempo para frotar los arcos de sus pies antes de que los subiera sobre su hombro.
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Del Amor al Odio. | Trilogía Were Hunter #1
خيال (فانتازيا)Sinopsis: Ayel pierde todo a causa de su mayor enemigo, Urías. Ahora quiere encontrarle para eliminarle de una vez por todas, pero... ¿Qué pasa cuando el enemigo te encuentra primero? . . . [Historia totalmente pensada por mi, pero tomando la ce...